Tren Maya: Consorcio Lamat reanuda demolición de casas en derecho de vía en Candelaria

Hasta el momento son dos casas habilitadas como veterinaria y para venta de comida, cuyos dueños se niegan a desalojar para ser demolidas
miércoles, 22 de junio de 2022 · 09:36

Personal del consorcio Lamat llevó a cabo la demolición de las últimas casas que seguían en pie sobre el derecho de vía en el centro de Candelaria, tras llegar a un acuerdo con los propietarios de los comercios, y ante la sentencia de desalojo de un juez aceptaron el pago de indemnización que realizará el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

Fue al medio día cuando personal del consorcio Lamat llevó a cabo la demolición de las últimas 12 casas y comercios asentados en el derecho de vía y sobre la avenida Primero de Julio, lo cual fue observado por personal de Fonatur-Tren Maya.

Con respecto a los trabajos de demolición, es preciso recordar que de todo el recuento de las viviendas y comercios demolidos, solamente restan dos comercios que hasta el momento sus dueños no han querido desalojar, se trata de una veterinaria y un comercio de venta de comida.

En torno a esta situación, personal de Fonatur indicó que sobre estos dos comercios es el área jurídica la que se encargará de lo que sigue, por lo que dijeron que la sentencia del juez es desalojo, y dependerá de ellos si se salen o no.

Cabe recordar que el tramo no había sido liberado completamente por el amparo de 22 personas, de las cuales 10 desistieron y quedaron 12 personas en esta situación de negarse a salir, pero ante la sentencia del juez para el desalojo, 10 de ellas aceptaron el pago de indemnización. Mientras que dos personas aún siguen renuentes, será en los próximos días que habría el desalojo con la fuerza pública.

En el sitio se dijo que ante los trabajos de la cimentación que sostendrán el puente elevado, era urgente la liberación para que los trabajos avanzaran, porque la obra presenta atrasos, es por ello que se llevó a cabo la demolición de las últimas construcciones a excepción de los dos comercios cuyos dueños al parecer se niegan a salir.

La demolición de estos inmuebles trajo la atención de tricicleteros que estaban atentos para aprovechar los restos de fierros que les sirven para vender y obtener algo de dinero en las chatarreras.

Durante los trabajos, se apreció a un grupo de estas personas que estaban dispuestos a recolectar todo lo que pudieran, pues con la colecta se ayudarían en la economía de sus hogares.

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CC