Jaime Díaz de León perdió su ojo por el “hongo negro”; semanas antes se contagio de COVID-19

Jaime Díaz de León, de 48 años, fue diagnosticado en febrero pasado por mucormicosis rinocerebral tras haber padecido de COVID-19
viernes, 25 de junio de 2021 · 13:44

En el Estado de Chihuahua un hombre identificado como Jaime Díaz de León, se ha salvado de la muerte en diversas ocasiones, debido a que en menos de 15 días dos enfermedades inéditas invadieron su organismo: el COVID-19 y la mucormicosis rinocerebral, mejor conocida como hongo negro.

Sin embargo, Jaime Díaz de León, de 48 años, dijo en entrevista para el medio El País, que a principios de octubre del año pasado comenzó a manifestar los primeros síntomas del coronavirus en octubre del año pasado, por lo que tuvo que ser hospitalizado en Delicias, Chihuahua.

Tras recibir un tratamiento a base de esteroides y ventilación artificial, fue dado de alta. Sin embargo, el hombre originario de Chihuahua, a los pocos días tuvo que ser internado, ahora se le detecto murcomicos, mejor conocida como “hongo negro”.

“No podía respirar, la voz se me estaba quedando, caminaba cien metros y me cansaba totalmente”, relata. La gravedad de su estado requirió hospitalización, administración de esteroides y oxigenación continúa durante dos semanas. A los pocos días de su ingreso al hospital perdió la visión del ojo izquierdo, primer signo de la enfermedad micótica oportunista”, dijo en un entrevista

Pero en ese momento no sabía el diagnóstico. Sus síntomas era la pérdida de la visión del ojo izquierdo y dolores de cabeza que lo hacían despertarse del dolor. Jaime fue al IMSS, pero el personal médico le dijo que era por presión alta.

“Era un dolor de cabeza insoportable, me despertaba en la madrugada llorando del dolor y mi hija tenía que inyectarme para quitarme el dolor, para poder dormir, comer y pasar el día, así pasé casi un mes”, explicó Jaime Díaz de León 

El paciente tuvo que ser atendido en un hospital privado al ver que seguía con síntomas. Ahí encontraron que tenía una sinusitis severa y un aneurisma cerebral; lo operaron al encontrar que su diagnóstico era “hongo negro”.

Los médicos debieron extirpar el ojo izquierdo, que se encontraba completamente invadido por el hongo, para evitar la propagación de la infección. Como la diseminación micótica fue interna, el paciente no desarrolló las características manchas negruzcas en el rostro. 

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AR