Niños de la Región 251 en Cancún 'juegan' entre balazos y ejecuciones

La violencia que se vive en la Región 251 de Cancún va en aumento y los niños viven con temor al ser testigos de ataques armados y ejecuciones
viernes, 18 de agosto de 2023 · 08:44

“A donde vaya, no hay seguridad; aquí ayer mataron a otro señor y hace días por la casa de mi cuñada, unos albañiles violaron a una niña, ya no estamos seguros en ninguna parte, únicamente debemos cuidarnos y que los policías trabajen más; mi mamá sólo me dice que cuándo escuche balazos, me aleje de las ventanas por un falso disparo que me pudiera pegar”, fueron las palabras de una menor de 12 años que habita en el fraccionamiento Paseos del Mar, donde la noche del pasado miércoles un comerciante fue ejecutado con disparos por arma de fuego. Para la Policía Ministerial no hay una clara línea de investigación; sin embargo, continúa indagando.

Tirarse al suelo, correr en sentido contrario a los sicarios, alejarse de las ventanas porque sus hogares tampoco son un lugar seguro, son algunas de las recomendaciones que padres de familia dan a sus hijos como medida preventiva al sentirse todo el tiempo expuestos.

En el 2022 y lo que va del 2023, en la Región 251, 26 personas han sido ejecutadas, esto de acuerdo a lo documentado diariamente, tres de esas víctimas no tenían la mayoría de edad, incluso a uno de ellos, según las autoridades ministeriales que llevan la investigación, era un menor de 16 años que operaba para un cártel cómo “halcón”, y debajo de la playera con el logotipo de una caricatura escondía un arma de fuego abastecida y presumen que anteriormente pudo haberla utilizado.

Respecto al delito de robo a casa-habitación, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional Ejecutivo de Seguridad Pública (SESNSP) tiene el registro de 155 carpetas de investigación de enero a junio del presente año; robos a negocio, es de 757 querellas en la ciudad; riñas, violencia familiar delito que encabeza la lista al contabilizarse mil 563 casos en Cancún, algunos de ellos en la Región 251, así es como viven a diario los habitantes de la unidad habitacional Paseos del Mar, cuyos menores han sido testigos de hechos de alto impacto así como víctimas de la delincuencia común y organizada.

El pasado miércoles, un comerciante identificado como Henri “N”, de 30 años de edad, originario de Chiapas, mismo que administraba varios locales de venta de cerveza denominados “Six”, fue agredido a balazos mientras lavaba su auto en el estacionamiento a unos metros de su departamento; se presume el padre de dos menores estaba siendo extorsionado y los sicarios cumplieron sus amenazas.

Vieron los ataques

Niños que se encontraban en un parque fueron testigos de cómo dos desconocidos a bordo de una motocicleta llegaron y se estacionaron cerca de ellos escondiéndose en la zona infantil carente de alumbrado público, de acuerdo con sus testimonios el copiloto bajó poniendo sus manos a la altura de su vientre al parecer sacando un arma de fuego y caminó por la calle, los menores al tener el antecedente de otros ataques armados sabían que algo malo estaba pasando.

Pero todo fue muy rápido para que pudieran reaccionar; lo siguiente que escucharon fueron tres disparos, que identificaron a la perfección, acto seguido el sicario regresó a la ligera unidad cuyo conductor aceleraba y ambos se alejaron, tiempo después vieron a su vecino tendido sobre un charco de sangre siendo auxiliado por familiares.

Hasta la tarde de ayer, las autoridades ministeriales mantenían todas las líneas de investigación abiertas y continuaban recabando información para dar con los responsables de ejecutar al comerciante, quien dejó en la orfandad a dos niñas.

Otra pequeña cuenta cómo fue testigo junto con otros niños el pasado 4 de agosto, cuando uno de sus vecinos recibió un balazo en la cabeza mientras se encontraba sentado a unos metros de su domicilio cerca de un tianguis, la víctima estaba acompañada de sus hijos y su esposa cuando recibió el certero disparo que días después acabó con su vida, resultando como víctima colateral una menor de edad, ya que las balas rozaron su cuerpo causándole heridas en el hombro y estómago, mismas que no resultaron graves.

Luego del desenlace fatal, lo poco que dejó el crimen organizado de esta familia fue una pesadilla; la esposa quien era víctima de violencia familiar al igual que su pequeña, al no saber leer y tampoco escribir no tuvo oportunidad de salir a buscar un trabajo, ella cómo su niña tenía prohibido estar en la calle, incluso el único en asistir a la escuela era el niño, quien al ser testigo de cómo mataron a su padre le ha contado a sus amiguitos que cuando tenga 15 años buscará venganza, algunos habitantes trataron de ayudarlos, sobre todo a los niños, pero de la noche a la mañana cambiaron de residencia.

Otra menor recuerda que hace dos años se encontraba en medio de una fiesta infantil cuando otro comerciante recibió un disparo en la cara, “yo estaba con mis amigas y a un lado de nosotras pasaron los que le dispararon al señor de la tienda, todos en la fiesta corrieron a buscarnos debido a que nosotros estábamos en los juegos que pusieron en el estacionamiento cuando dispararon”, señaló.

Actualmente, las madres de familia quienes han ido viendo el crecimiento del fraccionamiento y la saña con la cual se cometen los crímenes, tienen miedo de salir a la calle y coincidieron en señalar que poco se logra al ver que las autoridades sólo realizan rondines preventivos cuando ocurre un hecho de alto impacto, pero es mientras duran las diligencia, algunas quisieran cambiar de residencia, pero la necesidad de tener un patrimonio accesible las hizo llegar hasta ahí y no tienen otras opciones.

En lo que va del año, sus calles, avenidas, parques y estacionamientos, han sido escenarios utilizados por integrantes de grupos delictivos para cometer ataques armados incluso a plena luz del día y frente a decenas de personas, en su mayoría, niños, quienes creen es normal lo que se vive en las calles, ya que de los 243 homicidios dolosos adjudicados al crimen organizado en Cancún, 21 han ocurrido cerca de sus hogares, de las que tres de las víctimas no pasaban de los 16 años.

A pesar de los antecedentes, las autoridades municipales no reconocen esta unidad habitacional como foco rojo, sus recorridos como en cualquier punto de la ciudad se hacen visibles por temporadas, pero la mayor parte del tiempo los ciudadanos quedan a merced de la delincuencia.

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