Las colonias irregulares La Guadalupana y La Curva, donde viven alrededor de 500 familias en conjunto, contaminan el subsuelo.
El primer sector tenía un acuerdo conAguakan para el retiro regular de desechos en fosas sépticas o letrinas, pero la concesionaria dejó de brindarles el servicio desde hace dos meses, confirmaron los colonos.
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Por su parte, La Curva es “tierra de nadie”. El predio de más de 2 hectáreas pertenecía a la excandidata a Alcaldesa María de Los Ángeles Novelo Torres, pero sus medios hermanos, entre estos, el exalcalde Paulino Adame, se lo disputan desde hace varios años.
Este dijo que la invasión fue promovida en los últimos cuatro años por sus parientes, a fin de entorpecer el litigio en los juzgados; sin embargo, asegura que posee documentos que lo acreditan como el dueño en herencia.
Los vecinos señalaron que utilizan agua de pozo para el uso doméstico, y sus letrinas van al subsuelo. Algunos tienen generadores eléctricos y cables provisionales con los que sustraen energía clandestinamente de la red de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El personal de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó que desde hace más de 10 años que no están facultados para inspeccionar La Guadalupana para conocer las condiciones de sus fosas sépticas y letrinas.
Se presume que desde que inició el asentamiento, en abril del 2005, los pobladores descargan sus desechos al subsuelo, contaminado presumiblemente las aguas de pozos de los vecinos.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en México, cada persona consume un promedio de 380 litros de agua al día; la mayoría va al drenaje. Por lo tanto, unos 600 metros cúbicos de aguas negras se descargan diariamente al subsuelo entre las más de 2 mil personas que hay en ambos sectores.
Los 219 mil m3 de descargas al año representan 73.3 veces los 2 mil 760 m³ de capacidad conjunta de las cuatro cisternas de reservas que tiene Aguakan en la isla.
En 2019 hubo un acuerdo con Aguakan para conectar a todos los vecinos a la red de drenaje, cuando iniciaron las obras en la Zona Sur.
Aunque el consorcio sí realizó los trabajos, no amplió la capacidad de la planta de tratamiento de aguas residuales, de 30 a 60 litros por segundo.
Ahora, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) anunció que reanudará todas las obras que se cancelaron abruptamente el año pasado. En las que se invertirían más de 35 millones de pesos.
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LV