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Madres buscadoras retienen a mujer policía, en presunto estado de ebriedad, en Cancún
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Escrito por Elisa Rodríguez / José Pinto Casarrubias
Cada año, entre el 1 y 2 de noviembre, México se transforma en un mosaico de colores, sabores y aromas para celebrar una de sus festividades más emblemáticas: el Día de Muertos. Esta fecha, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), no sólo es un evento de profunda significación cultural, sino también un momento donde todo el país se convierte en un escenario de respeto y recordatorio a los seres queridos que han fallecido.
Antigua tradición
Las festividades por el Día de Muertos las mantienen vivas el 70 por ciento de las familias mexicanas, las que entre colocar altares y visitar las tumbas de sus familiares o amigos hacen prevalecer esta antigua tradición.
Sin embargo, la ciudad de Cancún muestra el lado oscuro y nada divertido de estas festividades, pues en los panteones municipales se agotan en muy poco tiempo los espacios disponibles, gracias a los altos índices de asesinatos realizados por el crimen organizado. Hoy, en los festejos del Día de Muertos, uno de los tres camposantos, alberga en el 80 por ciento de sus 800 tumbas a jóvenes a los que les fue arrebatada la vida de manera violenta en varias zonas de la ciudad.
“Álamos”, “Los Olivos” y “Parque Funerario” son los cementerios públicos que, en ese orden, fueron abiertos en la ciudad. El primero ya agotó sus lugares, luego de más de 45 años de servicio; el segundo sólo conserva algunos lugares para criptas; y el tercero, ubicado en la Región 106, está por agotar su segunda etapa, por lo que ya se adelantó la construcción de la tercera, con 300 nuevas tumbas.
En el Parque Funerario, las tumbas instaladas tipo condominio albergan a una gran cantidad de jóvenes, de acuerdo con lo declarado por los responsables del panteón.“Diario hay entre tres y cinco funerales, y el 80 por ciento de ellos son de jóvenes asesinados por el crimen organizado”, confesaron.
Orígenes de la festividad
El Día de Muertos tiene sus raíces en las tradiciones indígenas mesoamericanas, mezcladas con las influencias católicas traídas por los españoles. A diferencia de otras culturas que ven a la muerte con temor o tristeza, en México se le celebra y respeta como una etapa natural del ciclo de la vida. Durante estos días, se cree, que las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos para convivir con sus familias y disfrutar de las ofrendas que le preparan con lo que más disfrutaban cuando vivían.
Para muchos, la celebración del Día de Muertos es, por mucho, una de las más importantes. Esto se refleja en la cantidad de personas que lo festejan durante cada año. Según la información de una encuesta realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), el Día de Muertos es la tradición más importante para los mexicanos. De acuerdo con el documento, mientras sólo el 26.4 por ciento no conmemora esta fecha, el 73.6 por ciento aún suele rendir homenaje a sus familiares fallecidos.
Honran a sus muertos
De la misma manera, el estudio arroja que gran parte de los encuestados todavía tienen intenciones de realizar una ofrenda año con año. De éstos, para el 13.6 por ciento sigue siendo de vital importancia visitar los panteones; para el 8.3 por ciento, por ejemplo, invertir en “calaveritas” o dulces es esencial; finalmente, el 6.1 por ciento da prioridad a la flor de cempasúchil. Asimismo, el pan de muerto, “la Catrina”, la comida tradicional, los disfraces y los rituales religiosos conforman buena parte del interés en estas fiestas.
Fiesta en Leona Vicario
Con la intención de preservar las tradiciones por el Día de Muertos, en la localidad de Leona Vicario, situada en el municipio de Puerto Morelos, se llevó a cabo ayer diversas actividades para honrar a los seres queridos ya fallecidos, por medio de los altares y “la procesión de las ánimas”.
Ayer miércoles, el parque principal de esta localidad se llenó de colorido desde entrada la tarde, donde familias completas (incluyendo a las mascotas disfrazadas) se dieron cita para celebrar a los Fieles Difuntos. Adultos mayores y niños de todas las edades corrían, algunos de ellos con disfraces alusivos al Día de Muertos, pasaron una tarde-noche de muchas emociones, siempre bajo la vigilancia de las autoridades policiacas y del Ejército Mexicano, todo en medio de un ambiente sano y familiar.
La velada inició primero con “la procesión de las ánimas”, a las cinco de la tarde, misma que salió del panteón antiguo para avanzar algunas calles, hasta el parque central. Más tarde, pasadas las 18.30 horas se llevó a cabo el concurso de altares en el parque principal, así como un certamen de “Catrinas” y otro de calaveritas literarias, también en el mismo parque, con lo que concluyeron las actividades por los Fieles Difuntos en el poblado de Leona Vicario.
Los premios fueron sorpresas que otorga el municipio, para lo cual se contó con dos mesas de jueces para definir a los ganadores. Algunos se enfocaron en lo que son los altares y en otros en la categoría de “Catrinas” y “Catrines” en las diversas categorías que se inscribieron; cada uno calificó los elementos que los componen, y en el caso de los altares se tomó en cuenta la descripción, a qué Estado del país pertenecía y cada uno de los componentes que debe llevar, según la Entidad a la que representaba.
En esta ocasión, la mayoría de los participantes provinieron de Estado como Chiapas, Yucatán y, desde luego, Quintana Roo, donde cada uno expuso sus costumbres. En cuanto a los elementos que calificaron los jueces para “Catrinas” y “Catrines”, destacaron el vestuario y la expresión corporal en el escenario.
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AT
