Caso Fernanda: Historia de angustia y desesperación en la Zona Continental de Isla Mujeres

Han sido 15 días de agonía los que la familia Canul Blanco ha padecido tras no volver a saber nada de Fernanda Cayetana, de 12 años de edad, desaparecida el pasado 21 de julio en la Zona Continental de Isla Mujeres.

A los interminables días y noches de búsqueda se han sumado otras perturbaciones que no doblegan a la mujer que le dio la vida, pues a las pocas horas de haber reportado a su hija como desaparecida recibió amenazas para que retirara a las autoridades municipales de la colonia Nazareno, y que participaban en el operativo de búsqueda; “si quieres ver a tu hija de regreso corre a todos esos perros de aquí”, le dijeron en una llamada telefónica. En los días siguientes le pidieron dinero a cambio de regresarla y finalmente, dos hombres trataron de privarla de la libertad, quienes le aseguraron que tenían a la menor en su poder.

Estos delitos, al igual que la desaparición, han sido denunciados ante la Fiscalía General del Estado (FGE), donde no les dan avances en torno al caso y tampoco hay un acercamiento por parte de las autoridades ministeriales; la única respuesta que han recibido es: “estamos investigando”; sus padres no saben cuál será el desenlace, ellos esperan tener de regreso y sana a su hija: “yo no lloro, me aguanto, el día que la tenga en mis brazos lloraré de felicidad o de tristeza, pero hasta ahora, mi bebé me necesita bien”, comentó a Por Esto!, Deisy Blanco, madre de la menor.

El trato que han recibido por parte de la FGE los ha obligado a abandonar sus empleos pero no la búsqueda de la menor, la cual han extendido hasta colonias irregulares en Cancún; sus padres piensan que si ellos dejan de salir, las autoridades, principalmente las que tienen su caso, también lo harán; “aunque sea tortillas, pero eso es tener algo que comer”, comentó la madre de familia.

La mujer se vale de su instinto materno para aguantar los estragos que la pena está causando en ella; las noches en vela, la mala alimentación y las largas caminatas bajo el sol han ido agravando una enfermedad que la aqueja, y esto a su vez ha desarrollado otros malestares; sin embargo, no se ha doblegado durante los 15 días que ha buscado a su hija, a quien pronto espera abrazar.

Han recibido insultos

A la indiferencia de la FGE donde tomaron a la ligera su denuncia, se han sumado agresiones de personas, algunas mal intencionadas, queriendo lucrar con su pesar, y otras que posiblemente tengan que ver con la desaparición de su hija.

Ha recibido cuatro llamadas; en dos le pedían dinero, dos mil 500 pesos, que tenía que dejar en una tienda de conveniencia ubicada en la avenida Rancho Viejo, del lado del municipio Benito Juárez; pero ya no se concretó nada, pues al pedir pruebas que su hija estaba en manos de quien la llamó, simplemente ya no obtuvo respuesta.

El pasado sábado, la familia, acompañada por amigos y conocidos, extendieron las labores de búsqueda con copias de la Alerta Ámber iniciada el día de su desaparición y comenzaron a pegarlas en algunas rutas del transporte público que salen desde el fraccionamiento Villas del Mar, para que su rostro sea visto y posiblemente reconocida en cualquier punto de Cancún; en esa ocasión, la madre de familia fue víctima de un intento de privación ilegal de la libertad, pues uno de dos hombres que llegaron a bordo de una camioneta polarizada y sin placas, le dijo que si quería ver a su hija, al no tener pruebas que Fernanda estaba con ellos, ella se negó, pero uno trató de subirla por la fuerza, sin poder reconocer su voz ni su rostro, el cual estaba cubierto con un pasamontañas y lentes obscuros, pero logró aferrarse para evitar que se la llevaran; por esta agresión también hay una denuncia, así como por las extorsiones. Lo único que falta es el actuar de la FGE, quienes no han dado medidas para proteger a la mujer que les está ayudando a hacer su trabajo.

En 15 días se han repartido más de 5 mil copias de la foto de Fernanda, quien ha sido buscada en las zonas irregulares Avante, Valle Verde y Tres Reyes, en Cancún, en las colonias cercanas a su vivienda, 20 kilómetros a la redonda en zonas de selva, algunas de difícil acceso, cenotes, basureros, y por supuesto, en la casa del vecino a donde fue a trabajar aquella mañana; domicilio que fue cateado en dos ocasiones por elementos ministeriales, quienes tomaron muestras, cuyos resultados no han sido dados a conocer a la familia, y que desde entonces fue abandonado, pero recientemente le colocaron una cadena con un candado.

La mañana de hoy, en el fraccionamiento Paraíso Maya y las regiones 103 y 102, su familia continuará pegando la foto de la menor tanto en comercios, en rutas de transporte y en lugares visibles, con el objetivo que alguien aporte datos de su paradero; “los días pasan y sólo me queda esperar, el tiempo se me va en llorar”, comentó Laureano Canul, el padre de la menor, a quien le rompieron el corazón con la desaparición de su “nené”.

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JG