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La época electoral es un proceso de reflexión para los ciudadanos y una oportunidad para “validar” o “desechar” un modo de Gobierno. Sin embargo, un experto afirma que también es un proceso que refleja “la poca importancia que se le asigna a las propuestas y a la postura política (…) lo que mueve a la clase política es el dinero y cuánto se va a invertir para movilizar simpatizantes y comprar el voto”.
El Estado de Quintana Roo, así como Oaxaca, Tamaulipas, Hidalgo, Durango y Aguascalientes, renovará su Congreso y el Gobernador del Estado. Más de 11 millones de personas participarán en lo que él consideró como “un proceso detonador de Bienestar Social”.
Desafortunadamente, el sistema político se ha degradado y las identidades políticas se han ido diluyendo poco a poco. El doctor Ulises Corona Ramírez es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Derecho Constitucional, Administración Pública y Licenciado en Ciencia Política de formación, y experto en temas legislativos, de escenarios y coyuntura política, políticas públicas y temas académicos, educativos, sindicales y seguridad pública.
Desde la perspectiva de “la cuarta teoría social (que analiza la influencia del poder económico y cómo influye en la vida y administración pública de las comunidades, así como los medios de comunicación)” pone al mejor postor el voto ciudadano. “Lo que quiero decir es que, de tiempo a la fecha, el proceso electoral lo gana quien tiene mejores recursos para invertir.
Ya no lo gana quien forma mejores cuadros el día de la elección o las mejores propuestas, si no quien compró el voto y puede movilizar más gente. Y esto se debe a una baja educación cívica y una nula cultura política”, explica Corona Ramírez. El politólogo menciona que para los políticos “ahora es más importante el manejo de los medios de comunicación. Miden su aceptación y su imagen; y ya no mencionemos los medios tradicionales, como radio, prensa, sino también sus redes sociales. Dependen de cuántos “me gusta, cuanta presencia tienen, la foto bonita”.
“La movilización depende mucho del dinero o, incluso, de la influencia y procedencia del crimen organizado. Si la pregunta fuera, si puede haber participación del crimen y que esto influya en los resultados electorales, la respuesta es sí (…) no lo digo yo, lo aseguro desde las teorías sociológicas, desde la cuarta teoría social que está estudiada de hace muchos años atrás. La compra del voto deja de lado la relevancia de un proyecto, la compra de sufragios deja de lado la ideología de un partido, deja de lado su propuesta política”, dice.
Ulises Corona también destaca la importancia de los medios de comunicación “libres y con soberanía” para informar y mostrar la dimensión del conflicto social, de seguridad y político. Para él “es importante destacar señalar la densidad del conflicto, a quiénes afecta y cómo se soluciona, si con la cachiporra o con las armas”. “Es importante destacar que el Gobierno, el Estado, tiene varias opciones para enfrentar el conflicto, con dinero, o se resuelve mediante la administración del conflicto.
En primer lugar, no todos tienen solución; en segundo lugar, algunos no deben resolverse o, en tercer lugar, algunos conflictos, se deben de administrar. Lo importante en esto es que el votante debe de estar convencido de que su voto es cierto, que esté seguro y que se cumpla el precepto de legalidad”, agrega el académico del Colegio de la Defensa y del Centro de Estudios Superiores Navales de la Armada de México.
Sin “legalidad”, no se puede “legitimar” un proceso electoral y para un gobernante, estos dos preceptos son fundamentales para ascender al poder y administrar. El experto ve que gracias al “chapulineo” se está gestando un “ejercicio del poder por el bienestar personal. (…) no se trabaja por un proyecto político que pugne por la movilización social, la mejoría de la calidad de vida, sólo interesa cuánto dinero se puede agenciar.
Deja el proyecto del PRI, PAN, PRD, Morena o cualquier partido, se pierde de vista un proyecto de mejoría nacional y es por ello que se pierde identidad”. El analista llama a “reflexionar realmente el voto. Salir a votar y emitir un sufragio reflexionado, pensado, condicionado y exigiendo resultados” para el bien común.
“El modelo democrático del futuro, no se gestará ni en este sexenio, ni en el que sigue, llevará buen tiempo para conformarse. Pero este debe ser incluyente, con visión de género, con cultura política. La evolución social es vertiginosa y rápida, las leyes deben de ir acorde a esta evolución”, concluyó.
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CC
