Cerca de 180 colonias irregulares en Cancún carecen de servicios básicos

“Entonces según Aguakan, 95 por ciento de la población en Cancún tiene agua, pero nadie te dice en qué condiciones", expuso el cronista Fernando Martí Brito
domingo, 20 de febrero de 2022 · 09:31

En Cancún hay aproximadamente 180 colonias irregulares que carecen de servicios básicos, como: agua potable, luz, salud y educación, advirtió el cronista de la ciudad, Fernando Martí Brito.

En entrevista con Por Esto!, contó que aún no se sabe con exactitud el número de asentamientos. “Son zonas que cuentan con algunos servicios; el Gobierno es muy tramposo a la hora que te dice que las casas tienen agua potable, porque te dicen que hay agua potable con que tengas un baño dentro de la vivienda, por ejemplo. Mientras que fuera de la vivienda, con que tengas una llave de agua, lo cuentan como que ya tienes agua potable o con acceso a una llave pública”.

Mario Hernández

Explicó que estas familias que están en un diámetro de 100 metros de una toma de agua pública, son consideradas como que cuentan con el servicio.

“Entonces según Aguakan, 95 por ciento de la población en Cancún tiene agua, pero nadie te dice en qué condiciones”.

Agregó que en el caso de la luz es similar, pues hasta 95 por ciento de todos los lotes en Cancún tiene el servicio de electricidad, pero el 5 por ciento restante corresponde a los asentamientos humanos irregulares, que se cuelgan de los cables de energía eléctrica para abastecerse del servicio, “lo que obviamente no tienen es pavimentación y drenaje”.

Mario Hernández

Aunado a ello reconoció que el acceso a los servicios de educación y salud son deficientes, pues los menores tienen que caminar mucho para llegar a una escuela y los centros de salud están lejos, “estas gentes no siempre son derechohabientes, tienen que ir a los centros de salud públicos”

Historia de los asentamientos irregulares

Martí Brito relató la cronología de las colonias irregulares de Cancún y cómo cada Gobierno estatal o federal comenzó a regularizar estos terrenos hasta llegar a lo que ahora es y representa el municipio de Benito Juárez.

El cronista señaló que éstas iniciaron con la clase obrera, trabajadora. “Se pensó que había zonas para vivienda popular, pero en los criterios que tenía el Fondo de Promoción e Infraestructura Turística (Infratur), ahora Fonatur (Fondo Nacional de Fomento al Turismo), querían que los compradores de los lotes fueran sujetos de crédito, que tuvieran un ingreso fijo y comprobable”.

Mario Hernández

Martí Brito destacó de quienes buscaban vivienda eran personas con oficios, como los meseros que vivían de las propinas, taxistas que viven al día y sobre todo, obreros de la construcción, a quienes las compañías constructoras les pagaban en efectivo y nunca los dieron de alta en el seguro social.

“Esa gente no tenía donde vivir, no había manera, entonces se empezaron a asentar al otro lado del límite de la carretera de Fonatur, de la carretera Mérida-Puerto Juárez-Valladolid (la avenida José López Portillo). Ya había algunas casitas por donde ahora está el parque de El Crucero. Antes había una gasolinera y enfrente, algunos ranchitos, por donde se comenzó a instalar la gente”.

Indicó que en estos asentamientos irregulares son habitados por personas que laboran como meseros, taxistas y obreros de la construcción, quienes en su mayoría carecen, principalmente, de servicio médico.

Admitió que en esa época se documentaron hasta 8 mil 500 trabajadores en los campamentos irregulares, la mayor parte de ellos se instaló en lo que se conocía como la colonia Puerto Juárez.

Mario Hernández

“Cuando empezó el Gobierno de Jesús Martínez Ross, en 1975, se creó una institución que se llama el fideicomiso Puerto Juárez para regularizar todos estos terrenos, porque las calles estaban chuecas, obviamente no tenían servicios, no tenían agua, no tenían drenaje, ni señalización (…) esta historia ha sido cuento de nunca acabar en Cancún, porque cuando regularizaban un terreno, seguía el siguiente, había una invasión de colonias irregulares, salía una y otra”.

Sostuvo que posteriormente se abrió un programa llamado “Nuevos Horizontes”, que tenía la finalidad de regularizar los lotes, otorgando los títulos de propiedad con los servicios de agua y luz e incluso, de drenaje.

“Luego otro programa –en otro Gobierno- que se llamó La franja Ejidal; el fideicomiso Puerto Juárez se metió con la creación de las manzanas que están numeradas como las sesentas y setentas, luego Nuevos Horizontes se metió con las regiones 100 y La franja Ejidal con las 200. En el Gobierno de Borge se regularizaron las 500, que esas están del otro lado de los terrenos de Fonatur sobre el ejido de Alfredo V. Bonfil”.

Recordó que en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se titularon las tierras a los ejidatarios de Bonfil. Éstos hicieron una asamblea y decidieron que darían un lote a cada uno de los ejidatarios, “pero esos lotes eran de 500 metros de largo por 100 metros de ancho, todos con frente a la carretera que va a Mérida, entonces cada ejidatario hizo ahí lo que se le dio la gana, metieron una calle en medio y empezaron a vender lotes de los dos lados y esas son todas las colonias que se llaman Los Chiapanecos, El Paraíso, Porvenir y demás”, concluyó.

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JG