El escándalo que se le viene a la Alcaldesa de Solidaridad

viernes, 30 de diciembre de 2022 · 11:57

En política se dice que nunca, es el mejor o el peor momento para ocupar un cargo público, más aún si es de elección popular, simplemente es cuestión de circunstancia, oportunidad y tiempo. Sin embargo, lo que sí hay son coyunturas y esas hay que entenderlas y administrarlas; la política es de ubicación en todo el sentido de la palabra, ubicación física y mental.

Este es precisamente el paradigma que enfrenta la Presidenta Municipal de Solidaridad, Lili Campos, porque en la práctica es el peor momento en el que pudo ocupar dicho cargo. Veamos los antecedentes: ocupa la única posición importante en todo el Estado que es oposición al Gobierno Estatal, un municipio que es observado a nivel nacional por su importancia turística y económica y los grandes, muy grandes, intereses que ahí confluyen.

Lo hace además proviniendo de una fuerza política, Acción Nacional, que literalmente dejó de existir después de la última elección; no cuenta, pues con una estructura operativa que la sustente más allá del poder que le otorga el cargo.

Peor aún, está identificada plenamente como ahijada política del peor Gobernador que ha tenido la Entidad, Carlos Joaquín González, todo lo que se relacione o tenga que ver con él provoca rechazo unánime en Solidaridad y en todo Quintana Roo.

Esto último cobra relevancia porque no hay duda que Lili Campos tiene la esperanza de competir por la reelección, lo cual no depende únicamente de su desempeño como alcaldesa, en ello influyen una gran cantidad de factores, que hoy le son adversos todos.

Por ejemplo, dentro del sistema que hoy mandata el Estado, tanto en Morena como en el poderoso Partido Verde, hay ya abiertamente aspirantes a relevarla, las dos principales están haciendo, y seguirán hasta la fecha de las candidaturas, todo lo que esté en sus manos para meterle los dos pies, hasta que tropiece las veces que sea posible.

Para ello, tanto las dos más claramente interesadas, como la Gobernadora Mara Lezama, cuentan con la posición, los medios y las estructuras para irle ganando cada día el escenario, sin dejar de lado una vigilancia detectivesca de todo cuanto sucede en su administración, con la idea de encontrar los errores que se están cometiendo y lo que se derive de ellos para mediatizarlos.

Según las reglas no escritas de la política, la única oportunidad que Lili Campos tendría para ser competitiva en una eventual reelección es precisamente no cometer ni un solo error, sin descontar el fortalecimiento del trabajo político y de difusión positiva personal. Sin embargo, ha trascendido que no es muy proclive a la asesoría, a escuchar y apoyarse tanto en lo administrativo como en lo político y mediático, característica que seguramente heredó de su mentor Carlos Joaquín.

El problema es que Lili Campos y sus colaboradores más cercanos, sí han cometido faltas muy graves, en breve en este espacio daremos cuenta puntual, documentada y verificada de un acto de corrupción de magnitudes gigantescas. Incluso el hecho de adelantar la primicia ya no les permite ni a ella ni a su Tesorero tomar acciones preventivas.

Estamos hablando de un tema consumado, legalmente sustentado y que, insistimos, será publicado por este medio con la documentación probatoria.

Adicionalmente, habría que decir que contamos también con la información y los testimonios de quienes participaron de dicha acción, porque la Alcaldesa tuvo pleno conocimiento previo de la situación y no quiso cumplir con la ley.

Por eso hablábamos al principio de coyunturas, porque independientemente de competencias y rivalidades, que son normales en el ejercicio de la política, en este caso en particular la única responsable y quien tendrá que afrontar las consecuencias es Lili Campos.

En ocasiones anteriores recientes hemos referido la inexperiencia y falta de capacidad de algunos funcionarios estatales, novatez y ambiciones, en el caso de Lili Campos habría que sumar a todos esos argumentos el de la mala fe, administrativa y legal.

De cualquier manera, muy pronto expondremos detalladamente los sucesos a los que nos referimos, que más allá de nuestro análisis particular, se explicarán solos y por sí mismos.

Las consecuencias subsecuentes, legales y políticas, tendrán que asumirlas la Presidenta Municipal de Solidaridad y sus abogados, durante el tiempo que le reste al frente de ese Gobierno, porque quizá esto la obligue a tener que separarse del mismo.

Elecciones en la Corte y Banxico, este próximo lunes conoceremos quién será el nuevo Presidente o Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Judicatura Federal, así también al Subgobernador que sustituirá a Gerardo Esquivel en el caso del Banco de México.

En el primer caso, los pronósticos indican una batalla muy cerrada entre el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, digamos el candidato oficial de Arturo Zaldívar, quien deja la posición y el grupo al que pertenecen los ministros Norma Piña, Pérez Dayan y Laínez Potisek.

En el segundo caso, a quienes para efectos prácticos les llamaremos la disidencia, faltaría definir entre ellos quién finalmente será su abanderado, porque no cabe duda de que conforme avance la votación puede haber cambios, producto de negociaciones de último minuto.

En todo caso lo que está en juego es la autonomía del Poder Judicial. Si gana el Ministro Gutiérrez Ortiz Mena, la tendencia seguirá siendo la misma, como hasta ahora con Arturo Zaldívar. Si quienes obtuvieran el triunfo fueran los denominados disidentes, podríamos partir de la base de un ejercicio libre e independiente en relación con el Poder Ejecutivo.

Pasando al tema del Banco de México, los nombres que suenan para la Subgobernatura de acuerdo con las fuentes de los sectores hacendarios y financieros son: los dos Subsecretarios de Hacienda, Gabriel Yorio y Juan Pablo de Botton; el Director de Banobras, Jorge Mendoza; Lucia Buenrostro, Vicepresidenta de la CNBV y hermana de Raquel, la Secretaria de Economía; y finalmente los dos asesores técnicos de la actual Gobernadora, Julio Santaella ex del Inegi y Edgar Amador.