Ciudadanos desconocen el traje típico de Quintana Roo

En estos tiempos en que soplan los aires del incienso para el Hanal Pixan, empieza a fluir la demanda por parte de los profesores de las escuelas para la fabricación del traje típico de Quintana Roo, sin embargo, esta prenda aún es desconocida por la mayoría de los sureños e identifican más el hipil como prenda para conmemorar la fiesta de las ánimas.

Lo anterior es compartido por la modista, María de Piedad Nah Tut, quien prefiere que le llamen de cariño Mari, añadió que es sorpresa para muchos ciudadanos ver el traje instaurado como típico de Quintana Roo, ya que desconocían de su existencia.

Mari Nah Tut quien es una de las comerciantes que fue parte de las pioneras que luchó por la creación del mercado “Diana Laura Riojas” en la colonia popular Luis Donaldo Colosio, señaló que la primera vez que se dedicó a confeccionar el traje típico de Quintana Roo fue por la solicitud de la escuela anexada a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe.

“Hace más de 10 años que me dedico a costurar la prenda que representa al estado, para entonces nos pidieron 60 piezas, entonces estuvimos sacando todo para el evento y desde allí, se enteraron más maestros de otros planteles educativos y nos pidieron que también hiciéramos el traje tradicional para sus alumnas”, explicó.

La comerciante que está en uno de los locales mejor ubicados de la central de abastos, ya que cualquiera que camine por la acera de la avenida 30 puede observar que comercializa no solo con ropa de la región, sino también con artesanías de barro que son traídas de Ticul, Yucatán.

Mari Nah Tut mencionó que también le solicitaron los padres de familia la fabricación del vestuario típico de Quintana Roo para las pasadas festividades por el 28 de Julio, en que se celebra la creación del municipio de Solidaridad.

“Para las fiestas del 28 de Julio, vinieron personas de Puerto Aventuras y Tulum se llevaron varias piezas”, dijo. El traje típico tradicional de Quintana Roo está compuesto por una blusa blanca con el cuello de forma cuadrada, que debe tener un listón del mismo color y adornada con caracoles y de mangas anchas.

Mientras que la falda amplia es de color rojo y lleva como adornos estrellas de mar, caracoles y el árbol de chicozapote, que es de donde sacaban los chicleros el extracto del chicle y finalmente la mujer lleva una pañoleta blanca en la cabeza adornada con caracoles y flores; Por su parte, al varón le crearon una camisa de filipina de color blanco con un pantalón negro.

Sin embargo, Mari Nah Tut concordó al decir que las prendas típicas responden no solo a los quehaceres, usos y costumbres de cada población, sino también al clima, por lo que la vendedora, quien es hija de una mujer que fue chiclera, destacó que lo sí se vende en masa son los hipiles de la Península de Yucatán.

“Ahora que vienen los días 1 y 2 de noviembre, fecha en que regresan las ánimas, se compra bastante los hipiles y los ternos. No tengo a ningún cliente que se viste con el traje típico de Quintana Roo para celebrar una de las celebraciones más ancestrales e importantes de la cultura maya”, señaló.

Mari Nah Tut indicó que falta demasiada difusión para que la gente que es del estado y que ya vive en Solidaridad conozca el traje típico de Quintana Roo, pero sin dejar lo que es la tradición de ponerse el terno.

La comerciante mencionó que en cuanto a los ternos o huipiles, como en otros estados de la República se les conoce, los vende de 300 a 500 pesos, “está bastante barato, porque un terno sale carísimo e impagable para muchos. Pero ahora tengo un pedido de 30 trajes folclóricos de Quintana Roo porque las escuelas son las que inculcan el uso de las prendas”, mencionó.

Mari Nah Tut expresó que tristemente por el alza de los precios de los insumos para fabricar el traje de Quintana Roo, llega a gastar más de 250 pesos, para dar en venta la pieza en 400 pesos, pero nadie quiere, ni puede ya pagar ese costo.

“Toda la mercancía la tenemos que buscar en Cancún, porque en Solidaridad no hay tantas tiendas para poder elegir y economizar, pero a veces la gente no quiere llevarse el traje, porque no conoce de tela, ni de la calidad”, finalizó.

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NR