Avenida Héroes de Chetumal, en declive por cadenas comerciales

La avenida de los Héroes es un testimonio y patrimonio histórico de Chetumal, pues fue una de las cuatro calles que conformaron el primer trazo de la ciudad
lunes, 23 de agosto de 2021 · 10:07

El desarrollo comercial de la avenida de Los Héroes ha vivido tres etapas importantes en su historia: la zona libre en donde se podían adquirir productos importados, relojes y perfumes, entre cientos de productos extranjeros; luego la temporada de la fayuca y recientemente la de las grandes cadenas comerciales.

La avenida de los Héroes es un testimonio y patrimonio histórico de Chetumal, pues fue una de las cuatro calles que conformaron el primer trazo de la ciudad. El primer nombre que registró esta vialidad fue el de 2 de Abril; posteriormente fue denominada Efraín Aguilar; luego en 1916 y con motivo de la instalación de la Torre del Reloj, se le conocía como “La Calle del Reloj”.

En la etapa del gobernador del Territorio Federal Rafael E. Melgar (1935-1940) cambió de nombre a Avenida de los Héroes.

En la Casa de la Crónica de la Ciudad se puede consultar el legado que dejó el extinto cronista vitalicio de Chetumal, Ignacio Herrera Muñoz, sobre la actividad comercial que impulsó el crecimiento y desarrollo de la capital.

En escritos que le heredó a las nuevas generaciones, Herrera Muñoz señaló que lo primero que se debe de hacer es mirar hacia atrás recorriendo la historia de esta ciudad, para ubicarla en sus orígenes cuando comienza a cimentarse como población en los albores del siglo pasado, con el comercio como una de las primeras actividades que impulsaron su crecimiento.

En los primeros años de vida de Payo Obispo, se practicó el trueque de productos naturales con mercancías de diferente índole, es así como se va iniciando la vida comercial en sus inicios ambulante hasta ir fundando comercios que dieron vida y sustento a los habitantes de Chetumal.

En 1931 la ciudad de Chetumal, en el entonces Territorio Federal, empieza a ser tomada en cuenta dentro de la agenda de viajes, porque se podía llegar a comprar mercancías de importación.

A partir de 1931 Chetumal adquirió la concesión de perímetro de zona libre, por lo que gozó de las prerrogativas hacendarias, motivo por el cual ingresó mercancía del extranjero vía el país de Belice, sin cargos de impuestos, pudiendo adquirir los lugareños todo producto de importación a bajo costo, esto debido a que el transporte solamente era marítimo y la capital no contaba en ese entonces con otro medio de comunicación.

En ese tiempo en las tiendas ubicadas sobre la avenida Héroes se podían comprar relojes de alta calidad y de diferentes marcas, perfumes, telas finas, todo lo que hoy se puede encontrar en las grandes cadenas comerciales de la Ciudad de México; en Chetumal se vendió desde hace muchos años a bajos precios; esos son los recuerdos del Chetumal con productos de importación.

Es sus testimonios, Ignacio Herrera Muñoz plasmó que los emigrantes que decidieron venir a poblar esta región y llegaron con la decisión de fundar comercios que fueron baluartes en la historia de esta ciudad, a los cuales se les conoció por muchos años, porque la ciudadanía chetumaleña obtenía todos los artículos necesarios para su desempeño cotidiano. Los primeros comercios fueron La Casa Villanueva, fundada por don Marcelino Villanueva Rivero en 1908; El Sol Naciente, de Pablo D. Zaya, cuya apertura fue en 1923; Casa Antonio Pérez, que abrió sus puertas en 1927.

Luego surgen otros negocios: La Casa Adolfo Pérez y Sucesores; El Corsario Andaluz, de Manuel Jiménez; Salón Cervera; Sin Rival, de Manuel Ríos Uribe; Casa Orlayneta, de Víctor Orlayneta; Salón Cantina El Aterrizaje, de Audomaro Andrade Oropeza, mejor conocido como “Tambaco”; Casa Cuevas, de Antonio Cuevas M.; Casa Farah, después Casa Lucy, de Neguib Farah y Lucy Wejeba de Farah.

El Chato Amar, después Casa Amar, de Nahim Amar; La Esperanza, de Alejandro Kin; Casa Aguilar, de  Guadalupe Aguilar Castro; Casa Garabana, de José Garabana; Casa Onofre, de Adrián Onofre Ramírez; La Tienda de Don Rigoberto; Casa Camín, propiedad de don Manuel Camín; El Puerto de Tampico, de Teófilo González; Casa Namur, de Arturo Namur Aguilar; Casa Cheluja, de don Miguel Cheluja; Casa Erales, de Juan Erlindo Erales; Casa May, de Héctor May; La   Mariposa, de Antonio y Pedro Ocmán; Casa López, de Ángel López primero y después de Jorge López Medina; Casa Mólgora, de Rafael Mólgora  Guevara; Casa Baroudi, de Miguel Baroudi.

La Diosa de Chickri Hadad; La Fortaleza, después Casa Abuxapqui de don Elías Abuxapqui y Manuela de Abuxapqui; La Reforma, de Manuel Aguilar Leal; Casa Gustián, de Francisco Gustián, mejor conocido como “Don Paco”; Casa Quivén, de Jesús Quivén.

El Correo Francés, de Jorge Eljure; Casa Handall, de Antonio Handall Marzuca; El Paso, de Jorge Medina; Casa Azueta, de Eusebio Azueta Villanueva; zapatería La Victoria, de Florencio Song Llanes; Casa Marzuca, de Jorge Marzuca Ferreiro; Casa Rosy, de Jorge Vargas y Rosita Marzuca; Casa Angulo, de Mariano Angulo Medrano; Casa Marrufo, de José Marrufo Hernández; El Arbolito, de Jaime Rivero; La Guadalupana, de Natividad Aguilar; La Favorita, de Adolfo Hiza; La A, de Jorge Dackak; un comercio muy popular fue el de Balito, de Valeriano Martínez; mucho antes existían: La Cooperativa 1 y La Cooperativa 2; y las fábricas de hielo Cocoyol, de Pedro King.

Todos esos comercios de antaño han desaparecido paulatinamente, por lo que hoy solamente se encuentra en los anales de la historia. Hoy se puede hacer un recorrido y sólo se encontrará un negocio comercial: El Correo Francés.

La época de la fayuca

Al surgir la zona libre en 1969, aquella época se comnoció como la de la “fayuca”, que fue un relumbrón para Chetumal y luego una penumbra económica, ya que generó por un lapso muy corto una actividad relevante en la avenida de Los Héroes, congestionada de comercios y aparadores que eran un imán de muchos turistas o paseantes que especialmente venían a surtirse de mercancía de importación, una época que aún se recuerda.

No es desconocido el auge comercial que se generó de los años sesenta a los ochenta, etapa a la que se le denominó de la “fayuca”; la avenida de Los Héroes, arteria histórica de la actividad comercial, exhibió decenas de comercios donde se vendían a mayoreo artículos electrónicos y todos los productos similares a los que hoy se comercializan en la Zona Libre de Belice.

Algunos comercios que abrieron sus puertas fueron El Emporio, Nuevo Mundo, Casa Brito, y es ahí donde los almacenes como La Reforma y Casa Ponchi, de Luis Lizárraga, entre otros, fueron muy importantes en esa época; sin embargo, con la devaluación del peso mexicano todo fue desapareciendo y, a mediados de los años ochenta, aquellos aparadores y exhibidores dejaron de verse y las cortinas, cuya apertura para las personas era una actividad cotidiana, se fueron cerrando de manera definitiva.

El movimiento y bullicio comercial cesó y de esos días sólo recuerdos han quedado y los esfuerzos para volver a reactivar eso que ayer representó un atractivo y sostén económico citadino son en vano, porque aquel comercio de importación de calidad que dio fama a esta ciudad desapareció sin qie nadie lo defendiera.

En la actualidad la avenida Héroes no tiene esa energía comercial de antaño; en sus aceras oriente y poniente ciertamente hay comercios, tiendas y almacenes nuevos, aquellas casas comerciales que fueron muy reconocidas en este lugar desaparecieron y sólo son parte de la historia, aunque cerrados mucho tiempo conservaron sus rótulos: La Casa Amar, en la esquina de la avenida Carmen Ochoa ,que antes se llamara Tienda del Chato Amar, y otra: El Correo Francés.

La moderna avenida de Los Héroes

Actualmente la avenida de los Héroes es conocida como la calle de las zapaterías, porque los tiempos de las mercancías de importación y de la época de la fayuca, quedaron so¿ólo en el recuerdo de los chetumaleños y en algunos documentos.

El visitante solamente encuentra sobre la avenida de los Héroes, zapaterías, casas de empeño, casas de cambio de moneda, centros comerciales de ropa y electrodomésticos, refresquerías, papelerías y vendedores ambulantes.

Desde 1995 inició la crisis con la cancelación de la zona franca. En el 2004 se acentúa la caída de la avenida de los Héroes con la apertura de nuevos centros de consumo.

Actualmente es un centro urbano que no promueve su pleno aprovechamiento por la subutilización del suelo, presenta una imagen urbana en deterioro, manifiesta una sensación de riesgo real o percibido, tiene limitaciones operativas y condiciones poco atractivas para la inversión.

Actualmente esta vía cuenta con mobiliario urbano inoperante, la viabilidad presenta problemas de hundimientos, la señalética no es inclusiva y de fácil lectura, la movilidad peatonal no es eficiente, la imagen urbana irregular, estacionamiento en vía pública.

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JCL