Conoce a Don Carmelo: Lleva 71 años al frente de su tiendita en Cozumel

La tiendita de abarrotes 'La Reforma', antes llamada 'El Cerrito', fue uno de los primeros negocios en los años 50 en Cozumel que Don Carmelo heredó de sus padres
domingo, 1 de agosto de 2021 · 14:00

Parece fácil decir que una de las primeras tiendas de abarrotes en Cozumel cumple 71 años al servicio de la comunidad, pero detrás de un simple mostrador hay muchas historias que contar. Lo más increíble es que su propietario, Don José del Carmen Noh Poot, mejor conocido como “Carmelo”, a los 94 años, aún atiende el negocio.

Cozumel es una isla mágica que guarda muchas historias, desde la llegada de los españoles y de los piratas, hasta los primeros pobladores que aparecieron y se asentaron en este paradisiaco lugar debido a la Guerra de Castas.

Ese fue el caso de Don Romualdo Noh y Angela Poot (padres de Don Carmelo), quienes tras establecerse en Cozumel, decidieron abrir, en 1950, una de las primeras tiendas de abarrotes, a la que bautizaron como “El Cerrito”, debido a sus calles pedregosas e inclinadas, con bajadas y subidas prolongadas. El techo fue construido de guano y vivió el embate de varios huracanes, como el “Janet” y "Beulah”, entre otros, pero siempre lograron volver a levantarlo.

Allí, la gente podía encontrar productos de la canasta básica que llegaban en modestas embarcaciones para surtir a una población de aproximadamente 2,500 habitantes. Don Carmelo nos cuenta que, en ese entonces, las calles de la isla solamente llegaban hasta la 25 Avenida, cuando en la actualidad se han establecido nuevos asentamientos más allá de la calle 100, donde estaba el tope.

José del Carmen Noh Poot, nativo de esta hermosa isla, ha sido fiel testigo de la evolución y la modernidad de Cozumel, pero recuerda con nostalgia cómo los primeros pobladores se reunían en su tienda no sólo para comprar, sino también para comenzar pláticas interminables. Hasta el sol de hoy, esta pequeña tienda de abarrotes sigue estando en la esquina de la calle 4 con décima.

Muchos de sus contemporáneos se han adelantado en el viaje terrenal por causas naturales, pero también con la aparición del coronavirus dice haber perdido muchos clientes y algunos proveedores con los que mantenía una estrecha relación a través de la tienda.

A sus 94 años de edad, Don Carmelo -amigable y carismático- es de los pocos sobrevivientes de la década de los 50, con una memoria fresca y con un rostro serio que guarda siempre una sonrisa. Sabe y está consciente de que hay vecinos de edad avanzada que todavía viven, pero ya están muy cansados, como el caso de Pedro Sauri (98 años) y Doña Candita García (99) quienes eran fieles consumidores en su pequeña tienda.

Durante medio siglo, el negocio se identificó plenamente como “El Cerrito” hasta que llegó el día en que había que cerrar ciclos y al heredarle su señor padre la tienda, se optó por ponerle “La Reforma”, en alusión a los tiempos modernos y al cambio de propietario; algo así como un nuevo comienzo.

Sin embargo, en el corazón de muchos cozumeleños seguirá siendo “El Cerrito” porque inclusive hay personas que viven fuera de la isla y de vez en cuando pasan a visitar la tienda recordando aquellas buenas épocas y se quedan muy sorprendidos de encontrar aún detrás del mostrador a Don Carmelo, quien a pesar de los años continúa atendiendo el negocio con la ayuda de su esposa, Doña Anita Cruz Cauich, y de su sobrina Angela Noh Molina, quien está con ellos desde hace 17 años.

Hoy en esta singular tienda, que por su historia y prestigio no ha sido derrumbada por las grandes cadenas de supermercados en la isla, los clientes, además de encontrar cualquier comestible, pueden degustar de antojitos diversos, como tamales, tortas, panuchos y dulces propios de la región.

En la parte de afuera hay una banca totalmente enlozada donde infinidad de personas se sentaron muchas veces a contar historias propias y ajenas y hasta la fecha continúa la misma rutina, sólo con la diferencia de estar ingiriendo algún alimento o un refresco.

“Aquí seguimos hasta que el cuerpo aguante. Me llena de nostalgia recordar aquel Cozumel donde había muy poca gente; las ocasiones en que ibas a la orilla del mar a pescar y volvías con abundante producto de escama, caracol y hasta langosta, hoy ya no encuentras nada de eso”, se lamenta Don Carmelo, muy cuerdo.

Es un hombre que sin restarle mérito a sus padres, se ha hecho cargo de esta tienda durante toda su vida con mucho esfuerzo y pundonor; un personaje emblemático que se ha ganado a pulso la admiración y el respeto de quienes viven en esta bonita isla y aunque uno de sus pasatiempos favoritos es leer poesías o novelas, le encanta compartir las anécdotas y experiencias que le ha dejado la vida.

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Don Carmelo agradeció a las páginas de Por Esto! esta entrevista, pues es un asiduo lector de nuestro periódico, con el que siempre está pendiente de las noticias que se generan en Quintana Roo y en la isla, el Cozumel de sus amores, el Cozumel que lo vio nacer.

CG