Flamboyán, un árbol de África en la Península de Yucatán

Este árbol de color rojo, es conocido por ser uno de más usados para adornar algunos camellones de ciudades, y por la sombra inmensa que generan cuando son adultos
sábado, 26 de junio de 2021 · 16:38

El flamboyán, también llamado Tabachín, es un árbol de hojas color rojo brillante que crece en los estados de Chiapas, Tamaulipas, Nayarit, Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Morelos, Veracruz, Tabasco y otros estados de la república; en la Península de Yucatán, estos árboles adornan patios y calles de diversas ciudades.

Un ejemplar de flamboyán llega a medir entre ocho y 12 metros, pero en algunas ocasiones, llegan a los 15 metros de alto; su tronco es corto, de color gris oscuro, algunos con mínimas tonalidades blancas, tiene en su interior una resina que es gomosa y se caracteriza por ser un árbol de lento crecimiento, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) en México.

Así mismo, la copa del flamboyán es globosa y su follaje dura algunos meses en esa forma; sus hojas se componen de cinco pétalos, con sus pistilos en medio del mismo color, unidas por pequeñas ramificaciones color verde; el fruto que da este árbol es una vaina café que llega a medir 50 centímetros de largo y es gruesa, en su interior se pueden contabilizar alrededor de 30 semillas gruesas.

Origen del Flamboyán

Este árbol tiene sus orígenes en Madagascar, nación perteneciente al continente africano, donde actualmente se les considera como una especie en peligro de extinción; en algunas regiones la consideran una especia invasora, pues cuando crecen, generan una sobra que no permite que otras plantas o árboles cerca de ellas se desarrollen.

Es usada para cercar, así mismo como planta medicinal en algunas partes de México, sobre todo sus hijas y las flores, que se hacen en infusiones para tratar ciertas infecciones respiratorias como la bronquitis, la garganta inflamada y resfriados, además de poder hacer gárgaras con el agua.

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Las partes del flamboyán que no se usan son los tallos, las semillas y raíces, puesto que llegan a ser tóxicas y más en dosis altas.

Su uso medicinal también funciona en padecimientos del hígado, riñones, amenorrea, heridas externas e internas y enfermedades del aparato digestivo, como la diarrea o en su caso, la disentería, pues los componentes de los pétalos contienen propiedades antiinflamatorias, antivirales y antimicrobianas, según estudios realizados a este árbol.

CG