Desarrollo hotelero en Quintana Roo acaba con la mitad de manglares

27% de los manglares nacionales esta en Quintana Roo por lo que su destrucción es considerado un delito ambiental que debe ser investigado y sancionado.
domingo, 23 de mayo de 2021 · 09:36

Con la aceleración del desarrollo de proyectos turísticos en la zona caribeña de Quintana Roo, en las últimas décadas, sobrevino la depredación masiva del manglar, expuso Aarón Hernández Siller, investigador del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA).

“En los últimos 50 años, se ha perdido más de la mitad de los manglares. Es alarmante porque éstos generan una serie de servicios ambientales fundamentales para los ecosistemas y para las personas. Son protección contra fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes y las mareas de tormenta”, enfatizó el experto.

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“Se han visto muy presionados y reducidos más de la mitad, 60 por ciento aproximadamente. Los que quedan se han fraccionado o son divididos por caminos, hoteles y construcciones que irrumpen sus flujos hídricos e hidrológicos. “Esto es grave porque es un ecosistema de transición entre los acuáticos y los terrestres, que necesitan tener esta comunicación hídrica para transportar nutrientes”, alertó Hernández Siller.

La destrucción de manglar es considerada un delito ambiental que debe ser investigado y sancionado, exigió.

Reservorio nacional del manglar

En la República mexicana, sólo 17 estados poseen manglar y Quintana Roo aloja la mayor reserva, posee 27 por ciento del total de este ecosistema a nivel nacional. En contraparte, Baja California cuenta con la menor superficie. De acuerdo con datos publicados por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), de las 905 mil 86 hectáreas que hay en el país, 247 mil 17 pertenecen al Caribe Mexicano. Sin embargo, no hay un estudio reciente que determine el total de ecosistema afectado. Las cifras son dispares.

Los manglares nacionales representan 6 por ciento del total mundial y colocan a México en el cuarto lugar en abundancia de éstos, sólo por debajo de Indonesia, Australia y Brasil.

En 2020, la Conabio reclasificó como manglar las zonas de Sian Ka’an y Uaymil, que antes se consideraban como “otros humedales”, pues a través de imágenes satelitales se observó la presencia de vegetación y agua pertenecientes a este ecosistema.Esto causó que el área denominada manglar creciera exponencialmente en la Entidad.

Beneficios de este ecosistema

Los manglares brindan múltiples servicios ambientales: son zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos y alevines, por lo que sostienen gran parte de la producción pesquera.

Actúan como sistemas naturales de control de inundaciones y como barreras contra huracanes e intrusión salina, controlan la erosión y protegen las costas, mejoran la calidad del agua al funcionar como filtro biológico y sirven de refugio a la flora y fauna silvestre.

Cifras de pérdida, dispares

En el informe final “Los manglares de México: estudio actual y establecimiento de un programa de monitoreo a largo plazo: segunda y tercera etapas” elaborado por la Conabio durante el periodo de 1981 a 2005, se estima que la pérdida neta alcanzaba, en aquel momento, siete mil 700 hectáreas, que representaban 5.58 por ciento de la cobertura que había hace cuatro décadas.

“Esto indica que es un ecosistema que presenta amenazas de conservación y que paulatinamente se va restringiendo su distribución espacial en la zona de estudio”, concluyeron los expertos.

Personal de esta Comisión identificó tres zonas con pérdida del ecosistema: el Área Natural Protegida (ANP) Yum Balam, la laguna Chacmochuc y las áreas aledañas a Puerto Morelos.

“Aunque prácticamente en toda la zona de estudio se registraron áreas de pérdidas de manglar, la mayor superficie devastada se ubica en el Norte del Estado, desde Holbox hasta Puerto Morelos, donde se perdieron al menos 4 mil 500 hectáreas”, expuso el estudio. En contraparte, el Sistema de Monitoreo de Manglares de México (SMMM), reportó mil 717 hectáreas perturbadas en 2015.

Cambios en el paisaje

El paisaje de la zona costera de Quintana Roo fue impactado por cambios en el manglar desde 1981 a 2015, principalmente en Benito Juárez, Cozumel, Isla Mujeres, Puerto Morelos y Tulum, señaló personal de la Conabio.

En los últimos 35 años se incrementó la superficie destinada a desarrollo antrópico en más de 22 mil hectáreas, evidenció el informe “Los manglares de México: estudio actual y establecimiento de un programa de monitoreo a largo plazo: segunda y tercera etapas”.

“La mayor parte de estos cambios ocurrieron en la zona que va desde Cancún hasta Playa del Carmen, donde se localizan al menos 16 mil de las 22 mil hectáreas de incremento; de éstas, al menos mil 300 hectáreas crecieron a expensas del manglar”, expone el estudio.

“En el caso de Quintana Roo, el cambio de suelo se ha derivado por desarrollos turísticos en el corredor Cancún-Tulum”, señalan los expertos.

El kilómetro de la impunidad

En la paradisiaca isla Holbox se construyó un camino de un kilómetro de longitud para ampliar la avenida Kuká hasta el río homónimo, como parte de los trabajos a favor del desarrollo de megaproyectos turísticos.

Las máquinas excavadoras derrumbaron el manglar y lo rellenaron con tierra, a pesar de tratarse de un fragmento del Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Yum Balam, considerada Sitio Ramsar, un humedal de importancia a nivel internacional.

“El ahora denominado ‘kilómetro de la impunidad’ arrasó con manglares de las cuatro variedades, así como con el hábitat de más de 30 especies protegidas por la NOM-059 y proyecta el relleno de humedales en la zona, todo esto en franca violación del Artículo 69 TER de la Ley General de la Vida Silvestre”, acusó personal del CEMDA a través de un boletín en marzo.

“Los actos cometidos constituyen claramente un delito ambiental que debe ser investigado y sancionado por la autoridad federal”, demandaron.

El investigador Aarón Hernández Siller recordó la construcción de este camino y reconoció que “en todos lados hay delitos ambientales”. “Tenemos casos como el de Holbox, en Tulum, en Cozumel, prácticamente en cualquier lugar donde hay manglar, hay delitos ambientales, porque la gente sigue cortándolos, rellenándolos, para ganarles terreno y construir”, expuso el activista.

Falsa publicidad ambiental

El experto señaló que Tulum se vende como un destino ecológico y ecochic, pero de ambientalista no tiene nada.

“Cometen una cantidad estratosférica de delitos ambientales, talando manglar. Recientemente se abrió un camino sobre éste para hacer el circuito de una zona hotelera. No respetan las densidades establecidas en el ordenamiento territorial. (Este municipio) es donde principalmente ocurren afectaciones al manglar. También Holbox está teniendo mucha presión, existe la pugna por empezar a desarrollar Isla Grande”, acusó.

Anuencia de las autoridades

Hernández Siller exhibió que los ecocidios son prácticas recurrentes realizadas por los desarrolladores de proyectos turísticos ante la permisividad de autoridades de la Procuraduría Federal del Ambiente (Profepa) quienes sólo imponen multas a los depredadores pero no aplican sanciones más severas.

“Muchas veces quienes incurren en estos delitos ya lo tienen contemplado. Se dice que en el presupuesto de un hotel ya están incluidos los pagos a las sanciones de la Profepa. Prefieren pagar las multas y cometer los ecocidios a hacer las cosas bien”, lamentó el investigador.

“Posteriormente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) les legitima ese delito al darles la autorización de impacto ambiental. Cuando se debería buscar la restitución de los ecosistemas, no sólo una multa monetaria”, planteó el experto.

JCL