Grupo Xcaret ecocida: Ilegalidades rodean construcción de sus parques

Ambientalistas indicaron que desde sus inicios, el Grupo Xcaret no sólo ha violado leyes, sino que han causado afectaciones serias al medioambiente al dinamitar cuevas naturales
miércoles, 7 de abril de 2021 · 07:51

Sin Manifestación de Impacto Ambiental ni ningún tipo de estudio, así inició Xcaret en 1990, lo que le trajo múltiples sanciones señaló Aracely Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema).

“Nosotros interpusimos las denuncias, pero hubo muchas de otras organizaciones que también señalaron las irregularidades en que se incurrió para crear ese parque”, dijo.

A raíz de las denuncias hubo sanciones y, en ese entonces, la titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), Graciela Arroyo Pichardo, acudió a verificar la afectación.

“Ella se dio cuenta de todas las irregularidades y les dijeron que no podían continuar, ya que en la primera fase modificaron 100 por ciento la flora, retiraron toda la vegetación y colocaron palmas en peligro de extinción”, dijo.

La activista ambiental señaló que los antecedentes del inicio de Xcaret fueron totalmente ilegales. “No sólo violaron leyes y reglamentos, sino que causaron seria afectación al medioambiente”, afirmó.

La legislación de ese entonces no era laxa, pero ellos hicieron todos los trabajos sin importarles nada. Cuando se denunció, llegaron las sanciones en cascada contra Xcaret, no sólo de Gema, sino de otras personas.

Aracely Domínguez refiere que actualmente, Xcaret sigue dinamitando otros puntos de la Península de Yucatán, como en los alrededores de Valladolid, para crear ríos artificiales en su proyecto Xibalbá.

“Todo esto va a traer repercusiones que no nos podemos imaginar, porque modificar las corrientes de agua genera un daño importante en el acuífero y los ecosistemas que sostiene y que prácticamente son todos”, dijo.

Al respecto reconoció que no se tiene todavía un estudio para definir qué sucede con estos sedimentos con las explosiones, a dónde van a parar y qué consecuencias puede tener para el acuífero.

“Las dinamitadas que realiza Xcaret en otros puntos de la Península, a la larga van a tener consecuencias con la desviación de las corrientes subterráneas que se están provocando”, advierte.

Explotación de la cultura e identidad

En el caso de los vestigios arqueológicos, tanto en Xcaret como en Xel-Há, originalmente hicieron un camino real del parque a la zona arqueológica, además de que habían colocado bugambílias encima de las ruinas.

“Durante varios años, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) les obligó a retirar todas las estructuras que habían construido y que hacían ver la zona arqueológica como parte del parque y dar acceso a las personas para visitarlas”, dijo.

Por otra parte, reprobó el concepto de  exhibir expresiones culturales o incluso un pueblo maya y un cementerio como objetos para el consumo, de los cuales, consideró como un engaño y distorsión de la identidad.

“Si la gente quiere conocer un pueblo maya debe ir a uno y convivir son su gente; no veo por qué tienes que ponerlo como objeto de exhibición. Me parece una falta de respeto para los mayas”, aseveró.

Xel-Há, una vergüenza

“En Xel-Há fue una vergüenza que el gobierno concesionara un espacio que era del pueblo, en el que se pagaba una cuota muy accesible y se podía disfrutar de un ambiente hermoso y verdaderamente natural”, afirmó.

Este parque lo manejaba el Gobierno del Estado y después lo concesionó a la firma que encabezaba Francisco Córdova, accionista del Grupo Xcaret, con el cual se tuvieron muchos bemoles por falta de pago de impuestos, entre otros.

Finalmente, el sitio se privatizó y ahora, al igual que el resto de los parques, es para el disfrute del turismo con alto poder adquisitivo, por lo que para los nacionales es más difícil acceder.

“Recuerdo que el sitio era muy económico, completamente natural. Entrabas, nadabas y comías muy bien; pero ahora hay un montón de cosas que tienen muy poco de natural y son inaccesibles para la mayoría”, señaló.

Xoximilco nació sobre la ilegalidad

Otro de los parques que nació sobre la ilegalidad fue Xoximilco, edificado sobre una sascabera en la que los propietarios sobrepasaron la excavación permitida y provocaron que brotara el agua del acuífero.

A raíz de romper la capa del manto freático, lo cual es un delito federal que regula la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el predio fue ocupado para hacer actividades extremas como tirolesas y jumping; después se convirtió en basurero.

Esta situación sirvió mucho al Grupo Xcaret para tomar como bandera “el rescate” del sitio y en diciembre de 2012 presentó el proyecto ante la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Incluso, no lo presentó como la construcción de un parque, sino que lo nombró “Manifestación de Impacto Ambiental Modalidad Regional para la Recuperación de Sascabera Abandonada”.

Tras seguir el proceso de evaluación ambiental, la Semarnat convocó a la ciudadanía para solicitar una Consulta Pública para el proyecto, para lo cual se presentó una solicitud, pero fue desechada.

El motivo del desechamiento para que el proyecto pudiera ser cuestionado por la ciudadanía, fue porque la persona que lo pidió no presentó un comprobante de domicilio y aunque sí entregó su credencial para votar, le fue rechazada la petición.

De esta forma, el proyecto libró el procedimiento y no tuvo que ser sometido a consulta pública de la ciudadanía, por lo que en 2013 fue aprobado con algunas condicionantes.

Un testimonio significativo es el dejado por Juan Manuel Coronel, quien en mayo de 2014 visitó como turista el parque junto con su amigo Serguei Damián Rico, biólogo activista en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, en Puerto Morelos.

En su narración, señala que “Xoximilco Xcaret (no Xochimilco) es un lugar para turistas ingenuos que te vende un universo narrativo que mezcla todas las nociones estereotípicas del México folclórico, colorido y feliz, el cual no tiene relación con la realidad y termina por no significar nada.

“Después del recorrido llegamos a la conclusión de que Xoximilco Xcaret no sólo es una atracción aburrida y sosa, también, un eslabón más de la verdadera cara del desarrollo turístico depredador que llevará al colapso el ecosistema”.

Refiere que “el viaje comienza con un deslinde de responsabilidades por parte de la empresa para que, en caso de que mueras en alguna de las actividades que realizan en sus trajineras, sea tu bronca”.

“Serguei me explicó que el proyecto se realizó en un predio previamente impactado por la extracción de material de construcción. Se perforó tanto, que se llegó hasta el manto acuífero y se inundaron grandes porciones del terreno. Según la empresa, se trata de rehabilitar un predio abandonado”, señaló.

“Mi compañero de viaje es especialista en arrecifes; me explica que se llama Sistema Kárstico y, debido a la roca caliza, los ecosistemas de la región: selva, manglar, cenotes y mar están interconectados por una red de acuíferos.

Las trajineras navegan sobre el manto freático que conecta todo el ecosistema, es decir, no son canales lacustres como Xochimilco, son rompimientos del sistema kárstico que pone en peligro el ecosistema de la región.

“Sin ser especulativos, esto no es sustentable, ni en lo ecológico ni en lo social. Se plantea estos grandes centros turísticos y de diversiones como la panacea y lo que vemos es que la calidad de vida está por los suelos”, subrayó.

CG