Aumentan casos de obesidad e hipertensión en Quintana Roo por confinamiento

Hasta marzo de 2021, se han registrado 2 mil 785 personas que se atienden por obesidad, mientras que el año pasado en el mismo lapso la Entidad atendía 2 mil 155
domingo, 4 de abril de 2021 · 08:05

En Quintana Roo repuntaron las enfermedades asociadas a los hábitos incorrectos de alimentación, de acuerdo con la Secretaría de Salud federal, hasta marzo de 2021, se han registrado dos mil 785 personas que se atienden por obesidad, mientras que el año pasado en el mismo lapso la Entidad atendía dos mil 155, en el caso de los casos de hipertensión actualmente se atiende a mil 382 pacientes y en el 2020 fueron mil 337.

Erika Sandoval Herrera, nutricionista y especialista en trastornos de alimentación en Cancún, dijo que esto se tenía previsto por el confinamiento por COVID-19, sólo que ahora se ve reflejado en las estadísticas, lo que complica la situación a causa de la pandemia, porque ahora tendrán mayores posibilidades de contagio y que la enfermedad se supere de una manera satisfactoria.

Los problemas económicos y la falta de recreación hacen que las personas recurran a la comida por motivos emocionales y es la manera de combatir la ansiedad y la angustia e incluso el sólo hecho de estar aburrido provoca que se consuman más alimentos.

Las personas cada día ven con más normalidad el sobrepeso, sin tomar en cuenta los daños que esto genera a largo plazo en la salud, además que la alimentación sana no es parte de la cultura de la región, lo que empeora la situación.

El sobrepeso y la obesidad representan un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer, hipertensión y enfermedades del corazón, el exceso de peso es provocado principalmente por comer más de lo que el cuerpo necesita y por la falta actividad física. El consumo de alimentos con muchas calorías, grasas y azúcares, así como el bajo consumo de frutas y verduras favorecen el desarrollo de estos padecimientos.

Las enfermedades citadas se presentan con mayor frecuencia en las zonas urbanas ya que la comida rápida es una alternativa ante el ritmo acelerado en el que se vive, a diferencia de las comunidades rurales; las bebidas azucaradas juegan un papel importante en el desarrollo de la obesidad, ya que 600 mililitros de un refresco de cola equivale a 11 cucharadas soperas de azúcar mucho más de lo que se debería consumir una persona.

Los hábitos familiares como comer frente al televisor y el estilo de vida sedentario contribuyen a que la situación se agrave; en la península la dieta se basa en tortillas de maíz fritas, carne de cerdo y frijol, alimentos que aportan una cantidad alta de grasas y carbohidratos que el cuerpo no requiere.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir la obesidad es el Índice de Masa Corporal (IMC), esto es el peso de una persona en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros. Una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso.

MA