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La pobreza, la falta de atención parental y el dinero fácil motiva a los jóvenes a caer en las manos de la delincuencia en Quintana Roo

La pobreza, precariedad, falta de atención, depresión y el dinero fácil son los factores que hacen que los niños y adolescentes en Quintana Roo sean reclutados por el crimen organizado o inclusive, que sean explotados por sus propios padres, problemática que se ha ido incrementando en los últimos años.

El informe más reciente del Observatorio Nacional Ciudadano y la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) reveló que 2 mil 577 niñas, niños y adolescentes del Estado están en riesgo de ser reclutados por las diversas células delictivas que hoy imperan en la Entidad, pero hay 8 mil 167 más que están en situación de amenaza.

Según la ONG Reinserta AC, esta problemática deriva de que en el Estado hay una alta desintegración familiar por las migraciones y los divorcios, por lo que una figura funge como cuidadora sin ser familiar directo, que es el padrastro o la madrastra, por lo cual a los menores no se les brinda la atención necesaria.

"En todos los niños registrados en Quintana Roo se observa poca presencia y participación del padre, quien generalmente abandona el hogar y el cuidado de los adolescentes cuando son pequeños, y en muchos de los casos la comunicación con él se pierde por completo o nunca se establece, pues algunos refieren nunca haberlo conocido", aseguró la organización en su estudio titulado “Niñas, Niños y Adolescentes reclutados por la Delincuencia Organizada”.

Tal es el caso de Mariano, de 11 años, originario de Chetumal, quien tras la separación de sus padres fue arrebatado a la fuerza de su mamá, por lo que al vivir con su papá, su vida se convirtió en un infierno, pues además de enfrentar el divorcio de sus progenitores, dejó la escuela y se dedicaba a vender marihuana en los alrededores de la capital del Estado.

"Todo pasó muy rápido, mi papá tenía mucho coraje con mi mamá porque decía que ya no quería estar con él. Yo veía cómo le pegaba mucho, por eso sé que ella no lo quería, la lastimaba desde que tengo memoria, un día mi mamá le dijo que la dejara y me llevó", dijo en entrevista con Por Esto!

Como una especie de venganza, el papá de Mariano puso al menor a vender droga en las principales calles de la ciudad, pues a su corta edad las autoridades no sospecharían de él. Todo el dinero recaudado por las ventas de marihuana era para el padre.

"Tenía que vender al menos cinco bolsas de cien pesos, yo las traía en mi caja de dulces, las personas ya sabían. Mi papá sólo me observaba a lo lejos, sobre todo me compraban jóvenes que venían en sus coches", continuó.

Tras seis meses de sufrimiento, la mamá de Mariano recurrió a los colectivos feministas para buscar ayuda y el pasado 28 de abril interpuso una demanda a su agresor, por golpearla y arrebatarle a su hijo, por lo que finalmente obtuvo una orden de alejamiento y la patria potestad de su primogénito.

"Yo no sabía que mi hijo vendía drogas, ni el riesgo al que estuvo expuesto, sólo tenía 11 años. Su papá quería vengarse de mí a través de él, pero afortunadamente no logró su cometido y pudimos sacarlo de ese mundo antes de que fuera peor. Hoy él ya no se puede acercar a nosotros", contó la mamá del menor.

Las cifras

En lo que respecta a los niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo uno, en el Estado, son 2 mil 577; es decir, no estudian o no viven con sus madres y padres, por lo que se encuentran vulnerables y bajo amenaza. Además hay mil 490 infantes en riesgo dos, es decir, que aunque estudian y viven con su familia, se desenvuelven en entornos peligrosos, como colonias irregulares o con altos índices de delincuencia. En total, 4 mil 67 menores podrían ser reclutados para formar parte del “narco” en la Entidad, según el análisis de Reinserta.

"Dejaron los estudios antes de ingresar a la delincuencia organizada y muchos de ellos fueron expulsados por consumo de drogas o por la comisión de algún delito, al tiempo que la edad promedio a la que las dejaron la escuela para formar parte de la delincuencia organizada, fue entre los 12 y 15 años de edad", advirtió Reinserta.

Redim aseguró que hasta el cierre de 2020, 560 mil 611 menores de 17 años de edad vivían en Quintana Roo, de los cuales 56 mil 741 están en situación de vulnerabilidad, lo que quiere decir que el 10.1% del total de niños y jóvenes podría engrosar la plantilla de los cárteles en el territorio quintanarroense.

El estudio también reveló que más de 500 menores de 18 años fueron imputados por algún delito. En México, actualmente, no existe una tipificación específica para el delito de reclutamiento y utilización de niñas, niños y adolescentes.

Esta situación es aprovechada por los cárteles, ya que hoy en día 4 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años se encuentran en situación de vulnerabilidad de ser reclutados o utilizados por agrupaciones delictivas.

Otra de las razones por las cuales son reclutados los menores de edad es la de las sentencias por los delitos, ya que son menores a las que se imponen a una persona adulta. Por ejemplo, en el caso del homicidio calificado, a un menor de edad la pena que se le impone es de hasta 12 años, mientras que para un adulto, va de 20 a 40 años de prisión.

"La edad promedio de detención por actividades de la delincuencia organizada en la zona es de 14 a 17 años. Todas las detenciones se realizan por delitos de alto impacto, derivados de las actividades que desempeñaban dentro del cártel: halconeo o patrullaje, venta y transporte de drogas, homicidio, secuestro, portación y uso de armas, descuartizamiento de personas, ocultamiento y destrucción de cuerpos, cuidado de casas de seguridad y extorsión", aseguró Reinserta.

Los casos más recientes

Una joven de 16 años de edad, el 31 de agosto pasado fue ultimada a balazos en la Supermanzana 234. La víctima recibió al menos seis impactos de bala. Cabe mencionar que 14 días antes presenció la muerte de su pareja.

Otro caso ocurrió en el fraccionamiento Cielo Nuevo, en la Supermanzana 249, en donde un niño de 13 años de edad estaba en el parque junto a su motocicleta esperando a su novia, cuando dos personas en moto se acercaron y le dispararon en varias ocasiones.

Cabe mencionar que, en este caso se dice que el menor estaba involucrado en la venta de drogas en la zona, por lo que grupos contrarios fueron los que organizaron el ataque armado que terminó con su vida.

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JLC