Habitantes de Kantunilkín piden al INAH rescatar vestigios mayas de Kantunich

En pleno centro de Kantunilkínse encuentra la pirámide maya delimitada por la calle Reforma, entre Emiliano Zapata y Rafael E. Melgar, conocida como el cerro mayor Kantunich
lunes, 25 de octubre de 2021 · 10:42

Habitantes del centro de la ciudad exigen a las autoridades municipales, ejidales y al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), realizar el rescate del cerro mayor Kantunich, a fin de determinar su antigüedad y su historia, para que sea considerado un sitio emblemático o ecoturístico.

Recordaron que antes de la pandemia, el “cerro mayor”, como también se le conoce, era visitado por turistas que estaban de paso a Holbox y decenas de familias que llegaban a Kantunilkín y decidían llevarse un recuerdo de su estancia.

En pleno centro de la ciudad se encuentra la pirámide maya delimitada por la calle Reforma, entre Emiliano Zapata y Rafael E. Melgar, conocida como el cerro mayor Kantunich, sitio que ha sido utilizado para bodas y bautizos mayas y como escenario de sesiones fotográficas de familias locales y visitantes.

El cerro se encontraba en abandono desde hace varios meses, debido a la pandemia y esta semana comenzó a ser limpiado por personal del Ayuntamiento, a petición de los vecinos, a fin de darle una buena imagen y no permitir que se cubra de hierba para evitar que se convierta en nido de animales venenosos.

A espaldas del campo de softbol “Los Almendros” se encuentra el cerro Kantunich, es un montículo de poco más de 30 metros de altura, donde se descubrieron en el 2012 piedras labradas y utensilios de cerámica y jade, y se cree que aún guarda secretos.

Los cerros son montículos de piedra y tierra, que con el paso del tiempo varios fueron destruidos por los mismos pobladores, las piedras labradas se utilizaban para realizar las albarradas o cimientos de las casas, incluso quienes sabían que se podía vender, en su momento lo hicieron.

Detrás del inmueble deportivo  hay dos “cerros”, uno carece de nombre, pero de acuerdo con el chamán o sacerdote maya, German Pool, hay otro más en un radio de 500 metros y estarían interconectados en forma subterránea; pero es una suposición, porque las autoridades no le han dado el interés necesario.

Los cerros comenzaron a ser limpiados hace más de 15 años por la comunidad, sobre todo en temporadas de lluvia, porque de ahí salían animales venenosos, hasta que llegó personal del INAH y detuvo las labores; actualmente, sólo el cerro Kantunich se limpia después de cada temporada de lluvia.

En 2012, durante un programa de limpieza y empleo temporal que pagó el INAH, se hizo un descubrimiento de gran relevancia para la ciudad, se encontró un monumento de alrededor de 2 mil 300 años de antigüedad, causando gran revuelo, porque en 2012 iniciaba la nueva era maya, la del sexto sol.

En ese entonces, las faldas del cerro Kantunich fueron escenario de múltiples actividades culturales que dieron a conocer “parte de la historia maya de Quintana Roo y éste aún es motivo de atracción, pues visitantes locales, nacionales y extranjeros, de paso por la ciudad, se detienen a tomarse la fotografía del recuerdo.

Con la limpieza en 2012 aparecieron piedras labradas que dejaron entrever que era una pequeña pirámide, que con el paso del tiempo había quedado cubierta por todo tipo de vegetación, ahí se hallaron máscaras de cerámica, jade y otros utensilios, así como una rueda de piedra de aproximadamente 50 centímetros de diámetro, con un hueco al centro y que se utilizaba para el juego de pelota maya.

Luego de que concluyera el programa de empleo temporal, se esperaba que el INAH rescatara el vestigio arqueológico, porque las raíces de los árboles que crecieron encima ponen en riesgo la estructura, pero ya han pasado nueve años sin que la dependencia federal haga algo en el lugar.

Los vecinos piden a las autoridades municipales, estatales y al ejido, las cuales deben tener algún registro de más montículos en la ciudad y alrededores, que éstos sean limpiados, porque hay evidencia y testimonios de habitantes que afirman que en algunos cerros hay accesos y en el interior se aprecian piedras labradas, de modo que esta zona puede tratarse de un asentamiento maya antiguo, pero sólo lo puede determinar el INAH.

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JCL