72 menores recluidos en Quintana Roo fueron reclutados por el narco: Sistema Penitenciario

Los cárteles del narco prefieren reclutar menores de edad debido a que no pueden ser juzgados como adultos, pese a culpabilidad en diversos delitos ligados al crimen organizado en la entidad
miércoles, 13 de octubre de 2021 · 09:26

“Los menores de edad son ideales para los cárteles del narcotráfico, ya que el marco jurídico legal impide que sean juzgados como adultos, incluso si son encontrados culpables, tienen que ser juzgados como menores, recibiendo castigos mínimos, a pesar de tener actitudes criminales”, expresó el abogado Arturo Loeza.

Esta situación, sumada a la precariedad en que viven varias familias en el estado, es el “caldo de cultivo” perfecto para que menores vean en el crimen organizado una manera fácil de hacerse de dinero.

Según fuentes policiales, muchos niños en Quintana Roo viven bajo el cobijo del crimen organizado y en circunstancias de violencia, lo que hace que crezcan viendo y naturalizando las conductas delictivas y terminen por ingresar a las filas de la mafia.

En las comunidades donde se sabe que hay una fuerte presencia por parte de organizaciones delictivas, muchos menores de entre 12 y 15 años “halconean”, están en las esquinas, vigilan y si ven algo fuera de lo normal, lo reportan.

Muchas veces por estos servicios reciben como pago teléfonos celulares o dinero. Si continúan en las estructuras criminales pueden ir creciendo y continuar como mandaderos llevando “cosas” de un lugar a otro y, si logran sobrevivir, llegan a ser sicarios; todo esto antes de los 17 años.

Esto les da dos o tres años “de gracia”, ya que pueden realizar crímenes de alto impacto en la sociedad y, en caso de ser detenidos, no pueden ser imputados como adultos, pues son juzgados por la Ley de Justicia para Adolescentes del Estado de Quintana Roo.

Según el abogado Arturo Loeza, “esta ley protege a los menores de 18 años y es tajante, ningún menor de edad puede ser juzgado como adulto por un delito cometido; sin embargo, en el contexto de violencia y criminalidad en Quintana Roo, es un arma para los delincuentes”.

“Un menor es detenido con droga o con un arma de fuego, sabemos que esto forma parte de conductas delictivas propias del crimen organizado; sin embargo, el menor no puede ser juzgado o vinculado a una célula delictiva, simplemente se ingresa a una correccional”.

“Los castigos hacia los menores suelen ser de índole reinsercivo, es decir, para que pueda reintegrarse a la sociedad, pero qué sucede cuando juntas a tres o cuatro menores de 16 años que fueron detenidos por crímenes de alto impacto en Quintana Roo, generas una situación sumamente delicada en los tutelares del estado”, comentó el abogado.

“Lo más que pueden detener a un menor infractor es 4 años, después recobran su libertad y qué hacen si no tienen estudios, de nueva cuenta cometen delitos y en esta ocasión con mucha más experiencia, porque adquieren nuevos conocimientos en el sistema tutelar”.

Esto sólo deja en claro que existe un sector dentro de los menores de edad que está vulnerable a convertirse en partícipe del crimen organizado y que el sistema de readaptación y la Ley de Justicia para Adolescentes del Estado de Quintana Roo ha sido aprovechada por los grupos delictivos.

Menores detenidos

Cuando los  adolescentes son detenidos en la Zona Norte y se determina que como sanción que necesitan internamiento en el centro tutelar para menores, son enviados a Cancún; mientras que los del Centro y Sur a Chetumal.

Estos centros están adscritos al sistema penitenciario de Quintana Roo, en éste se encuentran recluidos 72 menores de edad, 14 son mujeres y 58 hombres; sin embargo, existen dificultades en su interior.

En Chetumal, las instalaciones permiten que haya hombres y mujeres en el mismo centro, obviamente separados; sin embargo, en Cancún no, por lo que sólo hay hombres y las mujeres reciben condenas de readaptación en casa. Esto abre la posibilidad de que jóvenes delincuentes puedan acceder a una reclusión en casa.

En estos lugares, como en los Centros de Reinserción Social, los jóvenes que realizan crímenes terminan por adquirir nuevas habilidades delincuenciales, conocen gente como ellos, forman redes y estructuras que podrían ser utilizadas en la calle para cometer ilícitos.

El Kalimba

Guillermo “M”, alias El Kalimba, desde pequeño mostraba una actitud rebelde, muy joven comenzó a meterse en problemas con la autoridad, a la edad de 17 años, en el 2015, fue detenido por el delito de robo, pero fue liberado.

A los pocos meses fue capturado de nueva cuenta por vandalizar una patrulla en la colonia Solidaridad, en esta ocasión no corrió con la mima suerte, no pudo pagar la compostura de la unidad policial y terminó ingresado en el tutelar de Chetumal.

Ahí estuvo encerrado por dos años; sin embargo, el proceso no fue exitoso, siguió metido en problemas y fue así que, a la edad de 19 años, de nueva cuenta fue capturado, esta vez por narcomenudeo y por el delito de robo; estuvo dos años en prisión.

Para el 2019, ya con 21 años, siguió vinculado a acusaciones de crímenes, estuvo señalado de participar en varios robos en la colonia Caribe, comenzó a trabajar de motorrepartidor, de nueva cuenta fue señalado de varios delitos.

El 29 de mayo, al mediodía, en el fraccionamiento La Esperanza de Chetumal, fue ejecutado; un grupo de personas lo citó en una dirección y le disparó en varias ocasiones, alcanzó a correr e intentó esconderse en una tienda, donde perdió la vida.

Hasta el momento su ejecución continúa en investigación, pero se especula está relacionada con el crimen organizado; esto a pesar de que Guillermo estuvo recluido en dos ocasiones, nunca llegó a recomponer su camino.

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CG