Víctima narra su experiencia sobre el presunto violador de menores en Quintana Roo

Una de las víctimas de Erath “J” relata cómo conoció al presunto depredador sexual y la terrible experiencia de acoso, violación y maltrato que vive desde hace tres años.
miércoles, 23 de septiembre de 2020 · 09:09

Jenny “N”, de 22 años de edad, quien vive en Playa del Carmen, asegura ser una víctima de Erath “J”. De acuerdo con su relato, hace tres años comenzó una amistad, con quien se ha convertido en un acosador, hostigador, agresor y una persona non grata en su vida.

En aquel entonces, quien era su pareja sentimental le presentó a uno de sus amigos, que no era otro que Erath, quien se presentó de una manera muy diferente como un joven respetuoso y que hasta comulgaba con el feminismo, nada que ver con lo que al final ella sufrió.

En entrevista para Por Esto! Quintana Roo, Jennifer “N” habló de su experiencia en torno al caso de Erath “J” denunciado en redes sociales, en las que llamó la atención de otras víctimas que postearon que vivieron situaciones similares o peores con este sujeto, llegando a la suma de 45 mujeres que han vivido toda clase de malas experiencias con el agresor.

De acuerdo con su relato, ella fue víctima “de sus malos tratos, de sus hirientes palabras o su manipulación al pretenderla”; asegura que Erath vulneró su integridad y le creó un fuerte sentimiento de culpa, lo que dejó una huella profunda, que comparte con aproximadamente 45 mujeres más, tanto de Playa del Carmen como de Cozumel.

“Algunas mujeres cambiaron su lugar de residencia, pero también vivieron esta situación, en un rango de edades entre 12 y 30 años, y todas ellas, todas nosotras sufrimos la manipulación, agresión verbal, psicológica y hasta abuso sexual por parte de Erath”, dijo.

En la actualidad, Jenny “N” cuenta con una profesión y un trabajo que le han permitido salir adelante y entender la situación que sufrió con Erath y esa misma experiencia fue la que le impulsó a decir “basta” a través de la denuncia pública, por lo que mediante una página de Facebook denominada “Mujeres Unidas QRoo” inició, junto con Andrea, otra víctima de Erath, una campaña para juntar fuerzas entre las agraviadas, llamarlas a la empatía, a hacer justicia y a acompañarse en el duro proceso de acudir a levantar una denuncia ante las instancias correspondientes.

Víctimas también del sistema

“¡Yo soy una de ellas, pero juntas somos más fuertes!”, asegura levantando la voz, para luego retomar que durante meses han sido ignoradas, desdeñadas o hasta cuestionadas, no sólo por hablar del abuso sufrido, sino por el tiempo que tardaron en interponer sus denuncias y no sólo por la sociedad civil, sino también por las autoridades, al destacar que las mismas funcionarias que les tomaron la declaración las hicieron sentir culpables.

“Hay una clara falta de empatía, sensibilidad y tacto por parte del personal de la FGE, ya que al acudir a interponer la denuncia no se le da el valor que merecen a las víctimas, con los derechos de privacidad y nos exponen ante las personas que acuden”, dijo y añadió que aun llevando como evidencia videos, fotos y mensajes “quienes te atienden las desestiman. La atención es deficiente, mala, pausada y tardada; por ejemplo, será hasta el 10 de diciembre cuando me harán la evaluación psicológica para continuar el proceso de denuncia”.

Por fortuna, explicó, tanto ella como sus compañeras buscaron ayuda legal y acompañamiento psicológico por medio del Instituto de la Mujer, donde han sido acompañadas y representadas jurídicamente por quienes buscan erradicar la violencia de género, aunque  también las autoridades les han solicitado contener sus acciones, mientras se ejerce acción legal para poder accionar con mayor velocidad.

Comentó que también han contado con ayuda de personal del Poder Judicial que les ha señalado cómo se debe ir integrando el caso y los pasos a seguir para formar el archivo.

De acuerdo con Jenny y Andrea, existe un común denominador de Erath en la elección de sus víctimas: la vulnerabilidad, ya sea por la separación de sus padres, encontrarse inmersas en drogas o alcohol o tener problemas con su familia, “pues al ser una persona muy inteligente y astuta, logra detectar una pequeña brecha en dónde meterse y brindar palabras de apoyo y una imagen en la que la víctima pudiera sostenerse para después ejercer presión y obtener lo que él busca”.

Así, Jenny dio a conocer que son las menores entre 14 y 16 años de edad quienes han sido violadas por Erath, las que cuentan con mayor edad, es decir, de 17 para arriba, sólo son hostigadas o acosadas cibernéticamente, pues tienen un poco más de control en su juicio y logran poner ciertos límites ante las proposiciones del agresor, aunque ha sabido encontrar la manera de obligarlas mediante el ciberacoso, extorsión, ofrecimiento de dinero, golpes e incluso, ha llegado a ofrecer a las víctimas con amigos y desconocidos, además de drogarlas y en caso de querer tomar acciones en su contra, amenazar de muerte a la joven y a su familia.

Señaló que hay el caso de una joven en Playa del Carmen que hace tres meses fue prostituida por Erath, que la chantajeó, abusó de ella, la drogó y se la llevó a Cozumel, donde fue obligada a tener relaciones con otra persona, mientras el los veía y los grababa con celular. Lo anterior, señaló la víctima, es sin consentimiento de las chicas y a escondidas, donde mediante fotos o videos chantajea a las jóvenes para no subir el material a redes y ser expuestas ante sus familias y amigos con tal de saciar sus bajos instintos.

Desgraciadamente estos crímenes se han realizado a lo largo de varios años, aterrorizando, acosando y violentando de algún modo de manera frecuente a toda mujer que accedió a tener una amistad con él o simplemente conocerlo, pues apenas es denunciado por quienes vivieron un infierno a su lado mediante redes sociales y poco a poco van dejando de estar detrás de una pantalla y saliendo a dar la cara con tal de dar a conocer ante las autoridades lo sucedido.

Levantan la voz

Son ya 12 denuncias ante el Ministerio Público de la FGE realizadas en contra de Erath “J” interpuestas por mujeres que han sufrido violencia física, psicológica y agresión sexual por parte de este hombre que, al ver vulnerable a su víctima, no desiste en conseguir algún contacto sexual, ya sea mediante acoso u hostigamiento y desea mantener bajo control a su presa a través del miedo, culpa y remordimiento, pese al paso de los años.

Tan sólo en Playa del Carmen 10 mujeres lo han denunciado formalmente y se estima que el número siga aumentando. Con el movimiento de Mujeres Unidas QRoo  se busca realizar una denuncia colectiva para armar un caso en donde se logre visibilizar al agresor y se haga justicia, “pues ahora él cuenta con más de 28 años y sigue contactando mujeres, pero al denunciar buscan evitar que este sujeto acabe con la vida, estabilidad y sueños de quienes como ellas confiaron en una persona que no resultó ser quien esperaban”, indicó Jenny “N” durante la entrevista.

Se sabe por mensajes en redes sociales que Erath vive y trabaja en Playa del Carmen, que su madre es secretaria de un funcionario público en Cozumel, por lo que se ostenta de ser intocable, lugar de donde huyó al conocer que la justicia estaba tras él por los mismos casos y llegó a Playa del Carmen para continuar con sus fechorías.

El principal objetivo de hacer visible este movimiento, señala Jenny, es que la justicia se encargue de hacerle pagar, pues no buscan que exista violencia o agresiones contra Erath, sino que se haga responsable y se encuentre tras las rejas por los hechos que cometió.

Al conocerse, las jóvenes han formado un grupo muy unido en donde se motivan y se apoyan, pues Jenny y Andrea, quienes lideran este movimiento, son psicólogas y además de buscar ayuda acompañan a las agraviadas en su proceso para alzar la voz y visibilizar que la magnitud del caso es inmensa, pues una sola persona es un peligro para la sociedad, mencionó la líder del grupo de Mujeres Unidas QRoo.

De esta manera buscan pasar de un grupo que se creó para denunciar a uno de apoyo para aconsejar y sensibilizar, así como hasta constituirse en un movimiento que acuda a escuelas, dé pláticas y ayude a las mujeres que han sufrido algún tipo de situación de violencia, aunque señaló que cuando se deje a un lado la culpa se dará un paso muy grande para que este colectivo trascienda.

Finalmente, la entrevistada añadió que los padres de familia juegan un papel decisivo en la vida de las jóvenes que en edades de 13 a 16 años deben tener especial atención, ya que un día sin darse cuenta, por desconocer con quien hablan o agregan a redes sociales pueden terminar siendo acosadas, violadas o prostituidas, “¡porque caras vemos, problemas psicológicos no sabemos!”, finalizó.

Por Irelis Leal