Profesor relata la agresión que sufrió durante la protesta por Alexis en Cancún

El profesor agredido por policías durante la protesta por el asesinato de Alexis en Cancún acusa que había burócratas que no hicieron nada para defenderlo.
miércoles, 11 de noviembre de 2020 · 10:42

No quedarse dormido fue la única opción de supervivencia que encontró Julián Ramírez Olivares, mientras la sangre corría por su cuerpo. “Cuando vi la cantidad de sangre que salía de mi cabeza pensé que no la iba a librar, sólo pensé que no debía quedarme dormido, que necesitaba mantenerme despierto o no lo iba a lograr”, aseguró el director del Colegio Kukulcán, quien asistió a la manifestación del lunes por la noche como un acto de solidaridad y cariño para una exalumna de su institución.

“Los tipos (policías) estaban como locos”, recuerda, mientras se acomoda en el sillón de las instalaciones de la escuela privada que dirige, donde nos recibió. “Cuando iba entrando, comenzaron a pegarme con un palo grande, mientras yo trataba de cubrirme con los brazos; en eso aparece otro oficial, cuyo rostro jamás voy a olvidar, pues mientras me centraba para golpearme se reía y me golpeaba en la cabeza. Después me llevaron al interior del Palacio Municipal, junto a unas escaleras y ahí me dieron con todo, mientras no dejaban pasar al de Derechos Humanos. Me pegaron mucho en las costillas, se ensañaron”, aseguró el graduado de la Universidad Veracruzana con especialidad en Sociología.

“Miedo por mí y por mis compañeras”

“Sentí mucho miedo, porque no sólo me golpearon a mí, hubo compañeras que sufrieron violencia y un tipo de tortura sexual inaceptable; tenía miedo por mi vida, por mis compañeras, por mis alumnos”, afirmó, mientras con dificultad movía el brazo izquierdo, una de sus tantas lesiones.

“Tengo una lesión de 15 centímetros en el rostro, por la que me tuvieron que llevar al Hospital General; un golpe en el brazo, que me tuvieron que drenar y golpes en costillas, estómago, espalda, piernas. Me duele hasta donde no te imaginas”, aseguró.

Lo que pretendía ser una muestra de solidaridad y cariño para una compañera, alumna y amiga, se convirtió en la peor noche en la vida de Julián y otros ciudadanos, que no imaginaron que acudir a la manifestación para exigir justicia por el asesinato de su amiga Bianca, se saldría de control.

“Los balazos fue lo que dieron pie a pensar que todo se había salido de control; si hay alguien que no puede ocupar fuerza letal es el Estado, por eso hay protocolos para diversas situaciones de control social, pero ayer no hubo ni un solo gas lacrimógeno, ni un solo aviso, ni advertencia, no hubo nadie que saliera”, relata el director del plantel del cual Bianca se graduó, y quien estaba grabando la manifestación desde la avenida Tulum, cuando fue agredido.

Recuerda que durante el maltrato físico que recibió en el Ayuntamiento había funcionarios. “Durante la tortura, por así llamarlo, salió un funcionario que es papá de un alumno, me decía que no debía estar ahí, y fue cuando fueron bajándole poco a poco, hasta que llegó la persona de Derechos Humanos, me parece increíble que nadie se diera cuenta de que estaban cometiendo un error tremendo, con un costo legal, humano y político brutal”, aseguró el sociólogo de 31 años.

Asegura que las autoridades se vieron rebasadas y cada uno de los diferentes niveles de gobierno tendrá que recibir su sanción. “La única manera en que la manifestación no hubiese terminado como terminó, es que no se violentaran los derechos humanos. No pueden estar reprimiendo a la gente, no pueden ocupar balas, tienen la obligación de investigar”, señaló.

Dijo que sólo la Comisión Estatal de los Derechos Humanos se ha mantenido al pendiente de los avances de su salud, mientras que los órdenes de gobierno no lo han contactado. De hecho, pide que si lo hacen, no lo conviertan en un circo político. “Las principales aquí son las mujeres, las compañeras, yo solo soy un agraviado, pero las importantes son las chicas del colectivo, yo sólo fui a pedir justicia por mis compañeras y mi alumna; en lo que pueda apoyar ahí estaré”.

Por Brian Lara