Israel-Irán: Identidad de un conflicto

La identidad del conflicto entre Israel e Irán detalla los expedientes que orillaron a estallar en armas
sábado, 20 de abril de 2024 · 14:15

Con informaciones aportadas por 16 expertos (*) y el libro Israel e Irán: una peligrosa rivalidad, de Abbas Milani, director de Estudios Iraníes de la Universidad de Stanford, Peter Bergen, analista de Seguridad Nacional de CNN, en español ha publicado el artículo: ¿Por qué Irán e Israel son enemigos? un excelente e instructivo texto que recomiendo y comento.

Aludiendo al tenso y globalmente peligroso conflicto entre Irán e Israel, el autor señala que: “De hecho, las cosas eran todo lo contrario, al punto de que Irán era probablemente uno de los aliados más confiables de Israel hasta 1979, año de la Revolución iraní…” En este punto, el autor cita a Abbas Milani, director de Estudios Iraníes Hamid de la Universidad de Stanford, para responder a la pregunta de: ¿Qué pasó antes y después de ese año?

Según el experto en asuntos de Irán, Karim Sadjadpour “Al hacerse con el poder en Irán, la jerarquía religiosa fijó tres objetivos: expulsar a Estados Unidos de Medio Oriente, sustituir a Israel por Palestina y derribar el orden mundial liderado por Estados Unidos…” Según el autor: “Contrario a lo que se puede pensar, ha habido judíos viviendo en Irán desde hace más de 2 mil 500 años…” lo cual, en parte explica por qué Irán estuvo a favor de que los judíos se establecieran en Palestina, aunque votó contra la Partición de Palestina en el 1947 porque prefería la creación de un Estado común. Irán tampoco se sumó a los árabes que, en el 1948, en el momento de la proclamación del Estado de Israel, le declararon la guerra.

Según el autor, Irán no participó de la hostilidad contra Israel porque no es un país árabe, por sus profundas diferencias confesionales y políticas con casi todos los países árabes, por su población judía y porque compartía importantes intereses económicos con Israel, sobre todo en materia petrolera…” A ello se suma que hasta las revueltas populares contra el sha Mohammed Reza Pahlevi, que en el 1979 llevaron al poder a la jerarquía islámica, tanto Israel como Irán eran aliados de los Estados Unidos. Cuenta Abbas que: “A partir de 1955, Irán comenzó a vender petróleo a Israel, enfatizando que: “La alianza irano-israelí dio lugar a una amplia cooperación económica y energética”. Según el texto, después de la guerra árabe-israelí del 1967 (Guerra de los Seis Días), se tensaron las relaciones entre ambos países, en particular a partir de la posición árabe de los TRES NO (no a la paz, al reconocimiento y a las negociaciones con Israel) que estuvo vigente hasta los acuerdos de Camp David en el 1978, no obstante: “… La cooperación no se detuvo, llegando a abarcar la colaboración militar para el desarrollo de sistemas avanzados de misiles”.

Al respecto en 1968, The New York Times informó sobre un acuerdo de misiles entre Israel y el Gobierno iraní del sha. “Hay pruebas, afirmó Abbas Milani , de que entre los años 1975 y 1977, Israel ayudaba a Irán a desarrollar un programa armamentístico. Como es conocido, todo cambió cuando en el 1979 fue derrocado el sha que resultó protegido por Estados Unidos y se instaló un estado islámico gobernado por la jerarquía religiosa.

Según Enrique Román, exalto funcionario cubano y exembajadore en Líbano: “Israel y los árabes siguieron siendo los mismos, pero, para bien y para mal, Irán se transformó en otro…” La hostilidad entre Israel e Irán, estimulada por la dura política estadounidense contra Irán, a la cual obligatoriamente se suma Israel cuya dependencia económica y política de Estados Unidos lo arrastra en todas sus aventuras, es el elemento fundamental en todas las crisis que mantiene al Oriente Medio en un perenne estado de guerra. E

s imposible ser optimista respecto a una solución de las contradicciones entre Irán e Israel, pero lo que puedo afirmar que la solución no vendrá de la guerra que está a punto de desatarse y que muchos tratan de impedir.

Con frecuencia se alude a Irán e Israel como las únicas democracias de Oriente Medio, donde, aunque cooptadas por diferentes fenómenos, se realizan elecciones creíbles, se tolera a la oposición, funcionan los parlamentos, la prensa disfruta de alguna independencia y asoman las tendencias hacía la separación de poderes.

Bien mirado lo que hay en común y un pasado aceptablemente coherente, son más que la hostilidad que puede llevarlos a la destrucción mutua. (*) Reza Sayah, Tamara Qiblawi, Irene Nasser, Benjamin Brown, Eugenia Yosef, Nadeen Ebrahim, Abbas Al Lawati, Jennifer Hansler, Priscilla Alvarez, Negar Mahmoodi, Adam Pourahmadi, Zeena Saifi, Jeremy Diamond, Peter Bergen, Frederik Pleitgen, Claudia Otto y Shahrzad Elghanayan.

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