Departamento de Justicia contra Trump

lunes, 15 de agosto de 2022 · 12:58

La doctrina liberal acerca del derecho y la administración de la justicia es de un humanismo raigal, tanto que es sumamente generosa con los presuntos criminales a los que, además de todos los derechos de que disfrutan los ciudadanos, asegura prerrogativas como: “presunción de inocencia”, “debido proceso” y “derecho a un abogado defensor”. Además de la ventaja de no poder ser deportado a Estados Unidos, Donald Trump cuenta con todo eso.

Al margen de otras causas judiciales, el impresentable está envuelto en varios hechos jurídicamente significativos, hoy les contaré uno de ellos, el allanamiento de su residencia Mar-a-Lago. Me sorprendió el allanamiento de la residencia de Trump, conocida como Mar-a-Lago, porque la inviolabilidad del domicilio es un derecho de los ciudadanos estadounidenses protegido por la IV Enmienda a la Constitución que establece: “El derecho del pueblo a que sus personas, domicilios, papeles y efectos se encuentren protegidos contra registros e incautaciones irrazonables, será inviolable...” Una duda que me saltó fue: ¿Cómo es posible que Merrick Garland, fiscal general y secretario de justicia de los Estados Unidos, haya solicitado un procedimiento tan extremo contra un expresidente? y ¿cuáles argumentos habrá esgrimido para que el juez de primera instancia de Florida, Bruce Reinhart, haya autorizado la acción del FBI.

Sobre todo, porque la IV Enmienda es categórica: “...No se expedirán al efecto órdenes que no se apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o afirmación...”. Presumiblemente, el secretario Garland cedió a demandas de los Archivos Nacionales que denunciaron al expresidente por haber sustraído ilegalmente documentos clasificados de la Casa Blanca. Garland puede haberle sugerido al magistrado que Trump violó preceptos de la Ley de Espionaje, Ley de Ley de Registros Presidenciales de 1978, así como del Código de Estados Unidos. Se ha especulado que el FBI puede haber sido alertado por algún informante.

El operativo

Debido a que, en calidad de expresidente, Trump disfruta, de por vida de protección por el Servicio Secreto, efectivos de ese cuerpo estaban presentes en el momento de la operación, aunque no se les permitió participar de ella, cosa que tampoco se autorizó a abogados y otros empleados del interesado.

Debido a que Mar-a-Lago es una propiedad enorme (10 mil m², 126 habitaciones, 33 baños), el registro se concentró en las oficinas y habitaciones personales de Trump, incluyendo su caja fuerte. El allanamiento comenzó a las 6:30 de la mañana (hora local) y se prolongó por varias horas, en el mismo participaron unos 20 coches y 30 agentes, algunos armados.

¿Qué buscaba y qué encontró el FBI?

Al efectuar el allanamiento, el expresidente se encontraba en Nueva York, los oficiales del Departamento de Justicia entregaron a la persona a cargo de la instalación la orden firmada por el juez y que Trump conserva y puede hacer pública y una relación de todo lo incautado, sin entrar en detalles, pues se trata de unas 20 cajas, algunas forradas en cuero con alrededor de 15 mil folios, entre ellos un juego de documentos “ultrasecretos”, tres juegos de documentos “secretos”, tres juegos de documentos “confidenciales”, en total, más de 20 cajas, así como carpetas con fotos, y al menos una nota manuscrita.

Hasta el momento no se ha confirmado el rumor de que entre ellos existían documentos que aludían a “armas nucleares”. En un acto que certifica la separación de poderes y preserva al Presidente, consta que Joe Biden no fue consultado, no estaba al tanto y se enteró del registro por las noticias de la televisión. Ante la trascendencia del procedimiento, no sería extraño que en los próximos días el Congreso tome cartas en el asunto y realice su propia investigación sobre el inusual allanamiento que pudiera tener consecuencias relevantes. Si el Departamento de Justicia, con los documentos a la vista, logra probar que el registro estuvo plenamente justificado, Trump podrá encarar graves problemas y quizás sea un clavo en el ataúd de su carrera política.

De lo contrario la administración Biden lo habrá convertido en un virtual ganador. En cualquier caso, el evento, como otros judiciales en los cuales está involucrado el Presidente, entre ellos otro acaecido cuando en Nueva York, Trump se amparó en la Quinta Enmienda, absteniéndose de responder bajo juramento a las preguntas de la Fiscal. De ello les contaré.

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