Los americanos se quedaron cortos

miércoles, 10 de agosto de 2022 · 11:45

Los Estados Unidos que, desde hace 124 años, respecto a Cuba suelen pasarse e ir más allá de lo que se les pide o corresponde, esta vez se han quedado cortos y perdido la oportunidad de mostrar a los cubanos, que además de beligerantes y hostiles, pueden ser generosos y eficaces. La oportunidad surgió cuando el pasado viernes día cinco se originó un mega incendio en uno de los grandes tanques de combustible de la base de supertanqueros de Matanzas para cuya extinción, Cuba no cuenta con experiencia y ni recursos y ante lo cual, sin vacilar, el gobierno apeló a la ayuda internacional.

Inmediatamente, México y Venezuela, países petroleros con experiencias y recursos para gestionar eventos como el originado en Cuba, respondieron y en apenas horas sus expertos con algunos medios técnicos se hicieron presente en el lugar de los hechos y comenzaron a trabajar. Estados Unidos también respondió, anunciando su disposición para brindar ayuda técnica en la evaluación del incendio, cosa que el gobierno cubano aceptó y agradeció.

Muchas personas, yo entre ellos, esperaban una acción decisiva como corresponde a la superpotencia que son. No obstante, las horas pasaron y cuando redacto esta nota, al mediodía del martes 9, casi cuatro días después del inicio del siniestro, todavía incontrolable, se espera por los Estados Unidos y por lo que se sabe, no parece probable que lleguen a tiempo.

Ojalá me equivoque. Carlos Fernández de Cossío, viceministro de relaciones exteriores y Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos del mismo organismo, han comentado que, a pesar de que entre la Isla y los Estados Unidos existen convenios de colaboración para el enfrentamiento a desastres naturales, los derramamientos de petróleo y el manejo de áreas marinas protegidas, suscritos en 2015, en esta emergencia, la asistencia estadounidense se ha limitado a conversaciones de contenido técnico.

Según trascendidos, la reacción estadounidense se ha constreñido porque los acuerdos entre ambos países se refieren a derrames en el mar y no aplican a eventos en tierra, como es el caso del fuego que no ha cesado de progresar. No obstante, la Embajada norteamericana en La Habana, en su cuenta en Twitter señaló que “La ley estadounidense autoriza a las entidades y organizaciones a proporcionar ayuda a Cuba ante desastres”.

Todavía se recuerda que, en 1991, durante la Guerra del Golfo, al retirarse de Kuwait, las derrotadas fuerzas de Sadam Hussein prendieron fuego a más de 700 pozos petroleros y para dificultar el trabajo de los bomberos fueron rodeados de minas, lo cual prolongó las labores por ocho meses. En 2010 en el Golfo de México se libró una titánica, dilatada y efi caz lucha contra el desastre motivado por el incendio y derrame de crudo por una explosión en la plataforma petrolera “Deepwater Horizon”, empeñó prolongado por 87 días en los cuales se vertieron unos 800 millones de litros de crudo.

El accidente causó la muerte de 11 trabajadores. Probablemente las autoridades estadounidenses a cargo hayan actuado superficialmente porque el evento de Matanzas ocurre en un puerto marítimo, obviamente situado en el mar y porque el petróleo que ya se ha escapado de los tanques, pudiera llegar al mar, como puede alcanzar sus costas la densa columna de humo tóxico ocasionada por el incendio y que ha sido detectada por un radar meteorológico de Cayo Hueso.

Al abstenerse, aludiendo a un tecnicismo, Estados Unidos no pierde nada, excepto una oportunidad para demostrar altura y generosidad. Un anciano que vivió allí y los admira, me confesó: “Siento un poco de vergüenza ajena”.

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