Occidente con Oriente, no contra él

lunes, 6 de junio de 2022 · 10:27

Los principales adversarios en la guerra desatada entre Estados Unidos y Rusia con Ucrania y la OTAN como “subsidiarias” utilizando su poderosa propaganda tratan de hacer creer que su intención es instalar un “nuevo modelo mundial” que haría al mundo más exitoso, próspero y feliz, cosa que no es cierta.

Estados Unidos procura afianzar su hegemonía que obviamente se reduce por el avance de otros países y regiones que, debido al progreso general se vuelven más autárquicos y protagonistas en el ámbito internacional, cosa favorecida por la globalización, lo cual es especialmente notable en los casos de Europa, China, Rusia India, Brasil, México, Turquía, y otros países emergentes.

En los esfuerzos por reforzar su hegemonía (liderazgo lo llaman ellos), Estados Unidos no necesita crear los soportes que ya tiene porque se trata del país del mundo que cuenta con más aliados, socios, clientes y admiradores entre los cuales figuran prácticamente toda Europa, Japón, y los demás países asiáticos excluyendo a Corea del Norte.

Debido que carece de lo que se necesita para ejercer una hegemonía mundial, excepto los misiles y las bombas atómicas, Rusia se esfuerza por crear un sistema de alianzas económicas, políticas y militares para lo cual cuenta con sumar a China, India y otras potencias emergentes cosa difícil porque ningún país asiático despliega su política internacional en una línea de confrontación político-militar global con ningún otro país, mucho menos con los Estados Unidos.

De hecho, la idea expuesta en 1969 por el politólogo y sociólogo Samuel P. Huntington, profesor de Ciencias Políticas de Harvard e integrante del Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, de que existía el peligro de un “Choque de Civilizaciones” entre Oriente y Occidente, prácticamente ha sido desactivada, porque se trata de algo en lo cual, ninguno de esos polos civilizatorios está interesado, principalmente no lo está China cuya política, como un día lo fue la Unión Soviética, se afirma en la competitividad, en la emulación económica y la coexistencia pacífica.

Existe un aspecto que, aunque no puedo abordar en toda su amplitud por razones de espacio, no obstante, a riesgo de resultar esquemático, no puedo omitir. Se trata de la cuestión cultural e ideológica. Para aspirar a un liderazgo mundial se necesita, además de alianzas, del acatamiento global en los ámbitos ideológicos, culturales y políticos cosa en lo cual el modelo político occidental con sus componentes de estado de derecho, libertades individuales, derechos humanos y otros elementos, es preferido por miles de millones de personas que, sin desdecir sus culturas autóctonas ni su patriotismo, manifiestan preferencia por la cultura occidental incluyendo además el arte y la literatura, los espectáculos, así como la tecnología y la ciencia.

Tengo la certeza de que miles de millones de personas de todas las edades, especialmente la juventud ilustrada, en todas las sociedades orientales, incluidas las islámicas, árabes, turcomanas y otras asimilan y disfrutan más que repeler la cultura occidental. Un elemento imposible de obviar es que la ideología liberal es la ideología dominante, no sólo en Occidente, sino en todo el mundo. El futuro de la humanidad es la competencia leal y ponderada, la rivalidad en las ideas y la coexistencia pacífica. Como afirmó Mandela: “La paz no es un camino, es el camino”. Mañana les cuento de la batalla ideológica a escala global.