Una radiografía global del terrorismo a 20 años del 11S

domingo, 12 de septiembre de 2021 · 10:20

El tamaño de un acto terrorista no se valora a partir del daño material ocasionado o del número de las siempre lamentables víctimas que se generan, dado que todo ello funciona únicamente como instrumento para producir una afectación psicológica en terceros. La verdadera dimensión de un acto terrorista está determinada por el monto de cobertura mediática que atrae, la velocidad, intensidad y amplitud a la que viaja la noticia, el tamaño de estrés colectivo que genera y con ello, los efectos psicológicos, sociales y políticos que provoca. Es por todo lo anterior y no solo por la cantidad de víctimas directas e indirectas, que el 11 de septiembre del 2001 (11S) marca un antes y un después en la historia del terrorismo. No obstante, el terrorismo ha permanecido como un fenómeno fluido, que sigue cobrando vidas cada semana en muy distintas partes del globo.

La evolución del terrorismo desde el 2001 hasta la fecha está marcada por los siguientes elementos:

a. La persecución de terroristas a través de intervenciones internacionales, así como otras medidas militares y de inteligencia, produjo un debilitamiento de las agrupaciones más fuertes como Al Qaeda. Esto implicó que esa organización fue cada vez menos capaz de llevar a cabo atentados coordinados y sofisticados, planeados y operados desde su base de actividades.

b. Sin embargo, esa organización tuvo la capacidad de incorporar a su red a distintas 

agrupaciones ubicadas en otras partes del mundo, las cuales o bien tenían sus propias raíces y su propia historia —pero juraron lealtad a Bin Laden o a su agrupación— o bien, fueron establecidas por combatientes leales a la Al Qaeda original. Esto produjo, en otras palabras, una dispersión del fenómeno, lo que solo se fue intensificando cuando una de esas filiales, Al Qaeda en Irak, se transformó en lo que hoy conocemos como ISIS o “Estado Islámico”.

c. El Índice Global de Terrorismo muestra tres factores cruciales. 1) Esa clase de violencia mantiene una lógica de crecimiento desde el 2001 a la fecha, incluso con las caídas posteriores a las victorias contra ISIS; 2) cada vez son más los países que padecen al menos un atentado terrorista, y 3) el terrorismo está altísimamente correlacionado con la inestabilidad y el conflicto armado. Entre otras cosas, no es casual que, justamente aquellos sitios que fueron invadidos por EU para combatir al terrorismo (Irak y Afganistán) han sido dos de los países más afectados por esa clase de violencia en los últimos años.

d. Paralelamente, el mundo experimentó una nueva revolución tecnológica y de comunicaciones que transformó la manera de interconectarnos. Esto alteró no solamente la forma de publicitar los actos terroristas, sino también la capacidad para atraer, reclutar, radicalizar, dirigir a potenciales atacantes. 

Así, después de los ataques del 2001, podemos apreciar dos ciclos mayores en cuanto al monto de atentados terroristas y muertes por terrorismo (2007 y 2011-2015). A pesar de las caídas, las gráficas muestran que el uso del terrorismo sigue siendo mucho más elevado hoy que en 2001. Adicionalmente, el fenómeno se sigue extendiendo más allá del 

terrorismo islámico. Según la base de datos de la CIA, hay más de 80 grupos terroristas mayores activos, lo que abarca toda clase de ideologías y filiaciones.

En suma, el terrorismo es un fenómeno en crecimiento, a pesar de los picos y caídas que presentan las gráficas. Aunque el grado de sofisticación de los atentados parece estar en declive y la fatalidad de los atentados no siempre es tan elevada, las tecnologías de comunicación de la actualidad, facilitan el que actos terroristas aparentemente menores, consigan una enorme eficacia.

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aarl