Don AMLO y su pandilla, y la traición al electorado

domingo, 17 de enero de 2021 · 14:15

El Presidente de la República pretende desaparecer el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Así, ¡zas!, de un súbito chasquido de látigo, sustentado en múltiples mentiras: por ejemplo, que el INAI encubrió a grandes deudores fiscales y ocultó datos del caso Odebrecht, lo cual es falso.

Como si fuera un autócrata conservador, durante el apogeo de las peores épocas del priismo, Andrés Manuel López Obrador intenta regresarnos al oscurantismo en la rendición de cuentas, esa ominosa etapa que padecimos en el siglo veinte. Ese retroceso es inadmisible, es un abuso de poder.

El INAI es una institución que nos hemos dado los mexicanos para combatir la corrupción y los despilfarros del poder, de todos los poderes que tengan acceso a recursos públicos, incluidos entes privados y sindicales. Es un órgano constitucionalmente autónomo, dedicado a conseguir la transparencia de datos, y que verdaderamente está al servicio de los ciudadanos (de cualquier ciudadano): de estudiantes, investigadores, académicos y periodistas.

El INAI, con su trabajo en pro de la transparencia de la información, ha ayudado a consolidar la democracia. Sin el INAI, sin la información obtenida vía solicitudes de transparencia con que se sustentaron varios de los mejores reportajes que se han publicado sobre la corrupción del régimen priista, López Obrador no estaría hoy en Palacio Nacional: los ciudadanos nunca hubieran visto documentados los excesos y las transas del poder, no se hubiera desbordado la indignación social, y la mayoría no hubiera votado por el candidato que prometió promover y respetar la transparencia.

Desaparecer el INAI es un acto de traición de López Obrador hacia su electorado: ¿o ya se le olvidaron las encuestas postelectorales que señalaban que hasta ocho de cada diez ciudadanos que votaron por él lo hicieron precisamente por el hartazgo que les generaba la corrupción y por sus promesas de transparencia?

El INAI no puede ser una inservible oficialía de partes, garante de la oscuridad informativa de todas las ofi cinas gubernamentales. ¿A quién se le ocurrió que este órgano independiente, que se encarga de que las secretarías de Estado rindan cuentas, pase a formar parte… de las propias secretarías que tienen que transparentar la información? Es como si un fiscal que investiga un delito pasa a formar parte de la defensa del acusado, y desde ahí, desde un supuesto virtuosismo moral (la perorata del “no somos iguales”), jura que aportará pruebas… contra su defendido.

Es un absurdo, una aberración no solo política sino administrativa. Si hoy mismo, con la autonomía del INAI, todas las instancias de gobierno se resisten a transparentar la información; si, como ha sucedido siempre, ponen barreras para ello, y desacatan las resoluciones del INAI, imagine usted lo que va a suceder si éste desaparece y sus funciones son descuartizadas en pequeñas porciones que irán a dar a manos… de los propios sujetos que deben ser indagados. Lo que el INAI necesita es ser fortalecido y dotado de más atribuciones para sancionar a quienes se niegan a proporcionar información.

El INAI (antes IFAI) es el resultado de una larga lucha de la oposición, sobre todo de la izquierda. Nadie votó en 2018 por López Obrador para que demoliera las instituciones que ayudan a la rendición de cuentas. Es un engaño histórico. Ojalá que esto no sea el inicio de una atroz caricatura política, la de Don AMLO y su pandilla, incluido el capítulo de Pío Bodoque y sus excesos de cash electoral y beisbolero. Esta nueva arremetida para concentrar más el poder es un atropello que todos los políticos que se consideren demócratas deben impedir, incluidos los de Morena. A ver, a ver si tienen los arrestos para sentirse libres e impedir semejante golpe a la rendición de cuentas…

Por: Juan Pablo Becerra-Acosta

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