Contradicciones de la 4T

lunes, 10 de agosto de 2020 · 08:09

Por Rubén Martín

No se está publicando una noticia al afirmar que hay contradicciones manifiestas en el proyecto político y de Gobierno de la Cuarta Transformación (4T), que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Pero tiene mérito que un integrante del Gabinete las admita y las haga públicas, aunque sea de manera involuntaria.

Como se sabe, el miércoles 5 de agosto se difundió un audio con declaraciones del titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Manuel Toledo Manzur, en el que sostiene que el proyecto de la 4T está plagado de “contradicciones brutales” y de que hay varios integrantes del Gabinete que socavan el proyecto de cambio político y fin del neoliberalismo que ha ofrecido López Obrador.

Y definió al menos dos campos políticos al seno de la 4T: “No estamos en un Gobierno totalmente del lado nuestro. Adentro hay contradicciones muy fuertes y yo la verdad es que veo muy difícil, no debemos idealizar la 4T, el Gobierno es un Gobierno de contradicciones brutal, toda nuestra visión que compartimos aquí todos nosotros no está para nada en el resto del Gabinete y me temo que tampoco está en la cabeza del Presidente, entonces hay que decirlo”, dijo Toledo.

En la grabación (de la que no se conoce fecha, ni quienes eran sus interlocutores), se escucha al titular de Semarnat revelar que ha recibido presiones de miembros del Gabinete y de embajadores extranjeros por oponerse al glifosato, un “plaguicida venenoso”, que su Secretaría quiere prohibir en el país. Algo semejante ocurrió con la oposición de Semarnat al algodón transgénico.

En el audio aludido, Víctor Toledo destacó el papel que ha jugado el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, al oponerse a cambios ambientales impulsados por su secretaría: “En términos concretos es que Alfonso Romo, que ha adquirido enorme poder en el Gobierno, aguantado por el Presidente, es el operador principal para bloquear todo lo que efectivamente sea, digamos, en la línea de lo ambiental, de la transición energética, de la agroecología, todo el tiempo”, reveló.

Además de señalar a Alfonso Romo, el titular de Semarnat también cuestionó al Secretario de Agricultura, Víctor Villalobos a quien señaló de estar al servicio de los agronegocios y de plaguicidas como el glifosoto (catalogado por la Organización Mundial de la Salud como cancerígeno).

Tras conocerse las declaraciones de Víctor M. Toledo, el Presidente López Obrador reaccionó con cautela a la grabación: “En el Gabinete hay libertad y hay discrepancias, no hay pensamiento único. Se da la libertad para que todos opinen. Desde luego, yo soy el responsable del resultado final, yo soy al que al final decido”, dijo el jueves 6 de agosto en la conferencia de prensa mañanera, celebrada ese día en Ciudad Obregón, Sonora.

Y en eso tiene razón López Obrador: ningún proyecto político o de Gobierno está exento de discrepancias y contradicciones. Pero las divergencias que se observan en el actual Gobierno probablemente sean mayores que las registradas en sexenio anteriores.

Pero no podría ser de otra manera si se observan las tendencias develadas en el audio del titular de Semarnat. Por un lado está Alfonso Romo, un empresario cercano al poder, quien desde la precampaña y ahora ya en el Gobierno dice que el objetivo del actual Gobierno es convertir a México en un “paraíso de la inversión privada”. Junto a él están el Secretario de Agricultura cercano a las agroindustrias, funcionarios en Economía muy cercanos a las empresas mineras, el Director de Fonatur, férreo impulsor de un “verdadero capitalismo” en el sureste con el proyecto del Tren Maya y otros funcionarios con ligas a grandes empresas y más cercanos al modelo neoliberal que a una crítica a este modelo.

De otro lado se encuentra Víctor Toledo, quien antes de ser funcionario se ganó respeto como académico especialista en temas ambientales y un crítico de los megaproyectos y desarrollos impulsados en el periodo neoliberal, como lo asentó en su libro Ecocidio en México: la batalla final es por la vida (editorial Grijalbo, 2015). Toledo se ha ido acercando a las comunidades y organizaciones que desde hace años están luchando contra megaproyectos o negocios que causan devastación ambiental. Desde Semarnat, Toledo ha puesto trabas a algunos de los megaproyectos heredados en otras administraciones y al menos ha dado muestras de escuchar a las comunidades.

Un ejemplo es el acercamiento con comunidades, pueblos y organizaciones que han exigido planes de emergencia en las zona que el mismo Secretario de Semarnat llamó “infiernos ambientales”.

De este modo, tenemos, por un lado, un conjunto de funcionarios que claramente son proclives al proyecto neoliberal que consiste en que el Gobierno cree infraestructuras y leyes favorables para la inversión privada apostando por el modelo de la copa de champán que derrama beneficios de arriba hacia abajo, sin importar costos sociales y ambientales. De otro lado, Toledo y otros funcionarios que aunque no tengan una postura antisistémica proponen límites a las inversión desenfrenada de capital y apuestan por políticas ambientales más severas.

Son dos proyectos irreconciliables que no pueden convivir. Lamentablemente el sector pro inversión privada es más fuerte en el Gobierno de la 4T y casi con seguridad impondrá su proyecto en lo que resta del Gobierno de López Obrador.

(SIN EMBARGO.MX)

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