Cada Viernes Santo, en distintas regiones del mundo católico, muchas personas observan con recogimiento un fenómeno que ha pasado de generación en generación: el cielo se nubla o el clima cambia notablemente justo a las 3 de la tarde. Este hecho ha dado origen a una creencia profundamente enraizada en la religiosidad popular, especialmente en países de tradición cristiana como México.
La hora Santa
Según la fe católica, las 3 de la tarde es la hora en que Jesucristo murió en la cruz, culminando su pasión, después de haber sido crucificado en el Gólgota. En los Evangelios se relata que, en el momento de su muerte, el cielo se oscureció, la tierra tembló y el velo del templo se rasgó en dos. A partir de entonces, muchos creyentes han asociado cualquier fenómeno natural de ese día y hora como un recordatorio divino del sacrificio de Cristo.
¿Por qué se nubla a las 3 de la tarde los Viernes Santo?
La creencia popular afirma que Dios “llora” la muerte de su Hijo, por lo que el cielo se torna gris o se llena de nubes como señal de duelo celestial. En algunos lugares se dice incluso que “hasta la naturaleza guarda luto” por Jesús. Aunque no hay una explicación científica que respalde que este cambio climático ocurra de manera regular, el simbolismo permanece fuerte en la memoria colectiva.
Para los fieles, este momento es sagrado. Se recomienda hacer una pausa, guardar silencio o rezar, pues es considerado la hora más solemne del calendario cristiano. Así, cada Viernes Santo a las 3, más allá del clima, se abre un espacio de reflexión, fe y respeto ante el misterio de la redención.
¿Por qué llueve en Viernes Santo? Una explicación científica del fenómeno
Aunque muchas personas creen que la lluvia o el cielo nublado cada Viernes Santo a las 3 de la tarde es una señal divina que recuerda la muerte de Jesucristo, la ciencia ofrece una explicación natural relacionada con los patrones climáticos de la temporada.
El Viernes Santo suele celebrarse entre finales de marzo y abril, justo durante la transición climática entre el invierno y la primavera en el hemisferio norte. En esta etapa del año, las temperaturas comienzan a elevarse, el aire se torna más cálido y húmedo, y esto favorece la formación de nubes de desarrollo vertical, también conocidas como cumulonimbos, responsables de lluvias de corta duración, pero a veces intensas.
Además, en muchas zonas tropicales o subtropicales de México y América Latina, este periodo también coincide con el inicio de la temporada de lluvias prematuras o intermitentes, conocidas como lluvias convectivas, que ocurren por el calentamiento diurno y la acumulación de humedad en la atmósfera. Estas lluvias suelen presentarse en la tarde, lo que coincide con el horario simbólico de las 3 p.m. del Viernes Santo.
La percepción de que "siempre llueve en Viernes Santo" también está influenciada por la memoria selectiva: cuando ocurre, se recuerda como algo significativo; cuando no, se olvida. A esto se le llama sesgo de confirmación.
