¿Por qué no se prohíbe la venta de armas en Estados Unidos?

Estados Unidos cerró el 2023 con 650 tiroteos masivos, un promedio de 1.78 por día, colocándose como el segundo peor año de lo que va de esta década, señala Gun Violence Archive (GVA).

En 2021 el número de tiroteos fue de 690, mientras que para 2022 la cifra bajó a 647, pero para el año anterior la cifra volvió a repuntar ligeramente (650).

Gun Violence Archive es un proyecto sin ánimo de lucro que recopila datos de periódicos locales y departamentos de policía para crear una base de datos nacional sobre la violencia armada en el vecino país.}

Las cifras de tiroteos en 2023 llevaron a Estados Unidos a cerrar el año con datos récord de incidentes de este tipo, a pesar de los esfuerzos de la administración de Joe Biden por establecer nuevos límites para el acceso a las armas, especialmente las de tipo semiautomático.

El GVA, ONG creada en 2013, define un tiroteo masivo como aquel en el que al menos cuatro personas mueren o resultan heridas, excluyendo al atacante.

Estados Unidos tiene más armas que habitantes

Por otra parte, la organización de investigación suiza Small Arms Survey considera que la razón por la que los tiroteos siguen ocurriendo es porque en Estados Unidos hay más armas de fuego que habitantes.

Small Arms Survey, señala que hay unas 120.5 armas por cada 100 habitantes.

 Kelly Drane, investigadora de la organización Giffords dedicada a la prevención de la violencia armada, señala que el problema ha empeorado en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia de COVID-19.

"Hemos observado un aumento en la compra de armas durante la pandemia, en 2020, y también en 2021. Vimos que muchas personas que antes no tenían armas las estaban adquiriendo, lo que significa que más hogares en EEUU tienen armas en comparación con años anteriores", declaró Drane a una agencia de noticias.

18 personas muertas en el tiroteo más letal de 2023

En 2023, el incidente más trágico por disparos ocurrió en Lewiston, Maine, la segunda urbe más grande del estado, cuando un reservista del Ejército causó la muerte de 18 individuos e hirió a 13 más. 

Este acto violento se inició en una bolera durante un campeonato infantil y continuó en un restaurante cercano.

El responsable de este ataque, identificado como Robert Card de 40 años, padecía trastornos mentales. 

Fue descubierto sin vida, producto de un suicidio, en un vehículo próximo a una instalación de reciclaje donde había laborado anteriormente.

Otro evento lamentable ocurrió el 21 de enero, en la celebración del Año Nuevo Lunar, en una sala de baile de Monterey Park, un suburbio de Los Ángeles con predominio de residentes asiáticos, resultando en la muerte de 11 personas. 

Dos días más tarde, en Half Moon Bay, California, otro tiroteo dejó siete víctimas fatales.

En marzo, en Nashville, Tennessee, un individuo transgénero atacó su antigua escuela, asesinando a tres niños de nueve años y a tres adultos. 

En abril, un ex empleado de un banco en Louisville, Kentucky, mató a cinco colegas. 

En mayo, un tiroteo en un centro comercial en Allen, Texas, se cobró la vida de ocho personas. 

Mientras que en la víspera de Nochebuena, se registró otra muerte en un tiroteo en un centro comercial en Colorado Springs, Colorado.

¿Por qué es complicado legislar sobre el control de armas en Estados Unidos?

El debate sobre el control de armas en Estados Unidos se enfrenta a tres obstáculos fundamentales: la profunda arraigada cultura de las armas con una prevalencia de 120 armas por cada 100 habitantes, la protección de este derecho bajo la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, y una notable falta de voluntad política, especialmente notable en el Partido Republicano.

Esta combinación de factores ha mantenido el estatus quo, incluso frente a recientes esfuerzos legislativos por regular el acceso a las armas.

La segunda enmienda de la Constitución, ratificada en 1791, establece claramente el derecho del pueblo a poseer y portar armas como una medida para garantizar la seguridad de un estado libre, conceptualizando el uso de armas más allá de la defensa personal, sugiriendo la formación de milicias bien ordenadas para protegerse de la tiranía.

La interpretación y aplicación de esta enmienda se ha convertido en uno de los pilares de la cultura política estadounidense, limitando significativamente el margen de maniobra para imponer controles más estrictos.

Recientemente, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó dos iniciativas significativas para el control de armas, aunque ambas encontraron un obstáculo insuperable en el Senado debido a la oposición de los republicanos.

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