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El conflicto entre Israel y Palestina es un enfrentamiento prolongado y complejo que ha perdurado durante décadas.
Tiene sus raíces en la creación del Estado de Israel en 1948. Este evento marcó el fin del Mandato Británico en Palestina y llevó al establecimiento de Israel como un Estado independiente.
Sin embargo, esta decisión fue fuertemente contestada por la población palestina y los países árabes vecinos.
El pueblo palestino, que había habitado la región durante generaciones, se sintió desplazado y desposeído.
A partir de ese momento, comenzaron a surgir tensiones entre los ciudadanos judíos y palestinos en la región.
La creación de Israel también llevó a una serie de guerras entre Israel y sus vecinos árabes, incluyendo la Guerra Árabe-Israelí de 1948.
La Franja de Gaza se ha convertido en uno de los puntos más calientes del conflicto. Esta estrecha franja costera, que limita con Egipto e Israel, ha sido objeto de disputas y conflictos violentos.
En 1967, durante la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó Gaza junto con Cisjordania y Jerusalén Este.
A pesar de algunos acuerdos y retiradas posteriores, la Franja de Gaza ha permanecido bajo control israelí o sometida a bloqueos a lo largo de los años.
En 2005, Israel retiró sus fuerzas y colonos de Gaza, permitiendo que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tomara el control.
Sin embargo, en 2007, el grupo Hamás, considerado una organización terrorista por Israel y otros, tomó el poder en Gaza, lo que llevó a una mayor escalada de conflictos.
Desde entonces, Israel ha lanzado operaciones militares en la Franja de Gaza en respuesta a los ataques con cohetes de Hamás y otros grupos armados palestinos.
El conflicto entre Israel y Palestina también ha involucrado a actores externos, como Estados Unidos, la Unión Europea y países árabes.
Estos actores han intentado mediar y promover la paz en la región a lo largo de los años. Sin embargo, las soluciones a largo plazo han sido esquivas, y el conflicto sigue sin resolverse.
La reciente escalada de violencia se detonó el pasado 7 de octubre, cuando el grupo extremista islámico Hamás, lanzó misiles e hizo incursiones a pie, dentro del territorio israelí asesinando ciudadanos y tomando rehénes.
Este último conflicto entre Israel y Hamás ha sido una constante y el pretexto para episodios de enorme violencia en Gaza durante más de una década, sin embargo la magnitud de este último ataque y la captura de unos 150 rehenes israelíes lo convierten en uno de los más grandes.
El conflicto en Israel y Palestina ha cobrado un alto precio en términos de vidas humanas y sufrimiento en ambas comunidades.
A lo largo de los años, se han propuesto varios planes de paz y soluciones de dos Estados que buscan poner fin al conflicto y establecer un Estado palestino independiente junto a Israel.
Sin embargo, las diferencias fundamentales y la desconfianza persisten.
La búsqueda de la paz y la estabilidad en esta región sigue siendo un objetivo esquivo que requiere un compromiso constante por parte de todas las partes involucradas.
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