Miel yucateca reconocida a nivel mundial por su calidad y sabor

Hoy celebramos el Día Mundial de las Abejas para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y el beneficio para toda la Tierra.
miércoles, 19 de mayo de 2021 · 18:05

Este año, el Día Mundial de las Abejas caerá en un momento excepcional en la historia, en donde numerosos países seguimos enfrentándonos a los amplios efectos del coronavirus (COVID-19): por lo que es necesario concientizar la importancia que tienen estos pequeños animalitos en nuestro planeta.

Las abejas, que están entre las criaturas más laboriosas, llevan siglos beneficiando a las personas, las plantas y el medio ambiente. Al transportar el polen de una flor a otra, ellas y otros polinizadores no solo posibilitan la producción de una abundancia de frutas, frutos secos y semillas, sino también más variedad y mejor calidad, contribuyendo así a la seguridad alimentaria y la nutrición.

Cuidarlas y protegerlas es una responsabilidad social, pues estos insectos realizan la polinización del 75 por ciento de los cultivos de frutas, hortalizas y vegetales del mundo.  Además reconocemos las actividades que realiza el apicultor en el campo para coadyuvar con las abejas en la producción de uno de los productos más saludables y milagrosos del mundo: la miel.

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La miel es un endulzante natural que provee al organismo humano, enorme cantidad de beneficios para mantener la salud y favorecer el alivio de diversas afecciones. Pero además, es un producto que resiste el tiempo de conservación sin perder su pureza ni estar sujeto al proceso de descomposición.

El apicultor colabora en la función natural de las abejas para facilitar la sana conservación de las colmenas y la población de insectos que la habitan, se encarga de realizar las tareas diarias de preparación, limpieza,  mantenimiento y recolección de dulce, ejerciendo un beneficio compartido; pues cría y cuida a las abejas para que produzcan miel en mayor cantidad, y los diversos productos que se obtienen de la miel, como el mismo dulce, el polen, jalea real, cera,  propóleo y otros elaborados a base del endulzante, benefician a la humanidad y se aprovechan comercialmente.

En México hay gran  diversidad en sabor, color, textura y origen floral de la miel. A nivel internacional, la producción mexicana está situada dentro de los 10 mejores países productores de miel.

Tomando en cuenta que la actividad apícola es un conocimiento heredado por los indígenas mayas durante generaciones milenarias, que el 90 por ciento de los apicultores en la Península de Yucatán son pequeños productores, maya hablantes, en su mayoría personas de la tercera edad y que la apicultura no es la actividad de sustento principal de las familias, la labor que ejercen en el campo adquiere un valor colosal, por el que México siente gran orgullo y agradecimiento. 

Por su calidad y sabor, el 90% de la miel yucateca, es reconocida a nivel mundial. Ocupando el primer sitio nacional en producción del endulzante, con 11 mil 589 toneladas en el 2019, los ciclos de cosecha comienzan en noviembre y finalizan en junio.

Desgraciadamente, las abejas son blanco de amenazas cada vez mayores, debido a una cultura que ha privilegiado el crecimiento económico a expensas de los recursos naturales y la tierra y actividades como la fumigación con agroquímicos altamente tóxicos, la deforestación de bosques y selvas, la siembra con semillas transgénicas o las temperaturas extremas -como efecto del cambio climático- están disminuyendo las poblaciones de abejas, amenazando la producción alimenticia y la apicultura, una actividad que sustenta a cientos de familias indígenas en la Península de Yucatán.

Ahora que ya conoces la importancia de salvarlas y cuidarlas hagamos un llamado a las autoridades del país y particularmente de la Península de Yucatán para que tomen acciones expeditas para poder salvar a las abejas y los polinizadores ante las crecientes amenazas que enfrentan, que sin ellas no hay vida.

JCL