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El Día de la Santa Cruz es una festividad religiosa de la Iglesia Católica que los albañiles de México han tomado como propia, sin embargo, al día de hoy poco se sabe acerca de cómo o por qué los trabajadores de la construcción comenzaron a celebrar la fecha.
Tradicionalmente, este día se conmemora con una enorme comida en la que se sirven refrescos por montones, ríos de cerveza y manjares como tacos de guisado, mientras que otros, han decidido adoptar la carne asada.
No todo es la comida en el Día de la Santa Cruz, pues también se oficia una misa, además de que se suele adornar una cruz de madera con distintos colores, la cual se bendice y se cuelga en un lugar visible de la construcción, muchas veces, en el exterior.
El Día de la Santa Cruz es una celebración tan importante para los albañiles, que, en muchas ocasiones, se niegan a trabajar en una obra en la que el patrón no les pague la comida de esta fiesta o se encargue de los preparativos, como la ceremonia religiosa.
También se tiene la creencia entre los obreros de que no guardar este día puede tener consecuencias funestas, como accidentes laborales, heridas o hasta la muerte de una persona.
A ciencia cierta, nadie sabe cuándo o cómo los trabajadores de la construcción comenzaron a tomar este día como propio, sin embargo, el historiador Heriberto Ramírez Dueñas, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), asegura que hay un vínculo entre el Día de la Santa Cruz y celebraciones prehispánicas en honor a la lluvia y al dios Tláloc, pues ambas se llevan a cabo en fechas similares.
Además, el especialista señala que la festividad indígena era de tipo agrícola, aunque todavía ni hay un lazo claro entre por qué los albañiles eligieron el Día de la Santa Cruz como una fecha para conmemorar su profesión.