Chetumal: ´La casa voladora´ en tiempos de Janet

La llamada "casa voladora" de Chetumal se ha convertido en un punto obligado para visitar en la ciudad, por su mítica historia.
martes, 15 de diciembre de 2020 · 14:14

Dicen que la realidad siempre supera a la ficción, y hace aproximadamente 65 años, la ciudad de Chetumal fue testigo de unos de los acontecimientos que forma parte de su historia; una casa, completa, se elevó con 25 personas en su interior.

La llamada "casa voladora" de Chetumal se ha convertido en un punto obligado para visitar, la cual tiene sus cimientos en madera.

Se trata de una vivienda ubicada en la calle General Anaya número 30, a unos metros del Boulevard Bahía, que fue construida por Salomón Bellos González.

Quizá no sea tan famosa como la película de Pixar "Up", misma que está basada en una historia real de la ciudad de Seattle, Estados Unidos, pero también tuvo, y tiene, su momento de gloria.

Según la historia, el 27 de septiembre de 1955 la llamada "hada Janet", un huracán con vientos de más de 280 kilómetros por hora, tocó tierra.

En ese entonces, Chetumal contaba con cerca de 12 mil habitantes y las edificaciones eran de madera, tablones y láminas, por lo que pocos eran los lugares donde se podía hacer frente a la "princesa más bella de Quintana Roo". 

Ese día la casa de la Familia Bellos Sosa se elevó por los aire con 25 personas en su interior. Situación que resulta increíble ya que fue desprendida desde sus cimientos sin causarle algún daño.

La furia de Janet, la cual se hacía patente con el agua y el viento, la arrastró 300 metros hacia la ciudad. Ninguno de sus habitantes resultó herido, e incluso, dicen, no se dieron cuenta de lo ocurrido.

Aunque según historiadores, más que volar, la casa flotaba sobre el mar desbordado, lo que honraba a su constructor de actividad pescador y navegante.

El paso de este fenómeno es recordado como una de la mayores tragedias de siglo pasado que vivió el "lugar donde comienza el cielo", mismo que marcó el renacimiento de esta ciudad.

Hasta hace unos meses, atesorando su historia, la casa se convirtió en un café, el cual ha servido para recordar aquella parte de la historia que aún sigue en la mente.

Con información de la Universidad de Quintana Roo

CG