Con la reciente muerte del Papa Francisco a los 88 años en su residencia de Santa Marta, una antigua y enigmática profecía ha vuelto a captar la atención mundial: la predicción del "Papa Negro", atribuida al célebre astrólogo francés Nostradamus. Esta misteriosa premonición, junto con otras profecías históricas, ha generado un intenso debate sobre si el próximo pontífice podría ser el último de la historia de la Iglesia Católica.
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Según los intérpretes de las cuartetas escritas por Michel de Nôtre-Dame (Nostradamus) en 1555, el vidente habría anticipado una secuencia de tres papas clave que precederían a grandes cambios en la Iglesia y posiblemente al "Juicio Final": un papa extranjero (identificado como Benedicto XVI, de origen alemán), un papa anciano (Francisco), y finalmente, un "Papa Negro", cuya llegada marcaría el inicio de una nueva era o, según las interpretaciones más apocalípticas, el fin de la Iglesia tal como la conocemos.
Las dos interpretaciones del "Papa Negro"
La ambigüedad característica de Nostradamus ha dado lugar a dos interpretaciones principales sobre quién podría ser este "Papa Negro":
La primera sugiere que se trata literalmente de un pontífice de origen africano. Esta posibilidad cobra fuerza con dos destacados cardenales africanos como favoritos para el próximo cónclave:
- Peter Turkson, cardenal ghanés de 76 años, reconocido por su labor en temas sociales y ecológicos.
- Robert Sarah, de Guinea-Conakri, de 79 años, conocido por sus posiciones conservadoras y su profunda espiritualidad.
La elección de cualquiera de ellos representaría un hito histórico: el primer papa africano de la era moderna.
La segunda interpretación propone que el "Papa Negro" ya existió, representado por el propio Francisco, primer papa jesuita de la historia. Esta teoría se basa en que los miembros de la Compañía de Jesús tradicionalmente visten de negro y su Superior General es conocido informalmente como el "Papa Negro" dentro de los círculos eclesiásticos.
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La profecía de San Malaquías: ¿Petrus Romanus?
La predicción de Nostradamus se entrelaza con otra profecía aún más antigua y específica: la del arzobispo irlandés San Malaquías, quien en el siglo XII supuestamente escribió una lista profética de 112 papas. En esta lista, Francisco ocuparía el puesto número 111, siendo el siguiente —y último— "Petrus Romanus" (Pedro el Romano), descrito como el pastor final antes del colapso de la Iglesia.
Un detalle arquitectónico parece reforzar estas profecías: en la Basílica de San Pablo Extramuros existe una galería de retratos papales que, desde hace siglos, ha mostrado a cada sumo pontífice. Tras la imagen de Francisco, solo queda espacio para un retrato más.
Un cónclave con significado histórico
El próximo cónclave tendrá una composición sin precedentes: de los 133 cardenales con derecho a voto, 33 provienen de África, un continente que nunca ha tenido un papa en la era moderna. Esta representación africana es fruto de los nombramientos del propio Francisco, quien trabajó por una Iglesia más diversa y representativa.
Para los escépticos, las profecías de Nostradamus y San Malaquías son simplemente textos ambiguos que se reinterpretan continuamente para ajustarse a cada era. Sin embargo, para otros, las coincidencias son demasiado numerosas para ignorarlas, especialmente en un momento de incertidumbre global.
Lo cierto es que, independientemente de las interpretaciones proféticas, el próximo pontífice tendrá la inmensa responsabilidad de dirigir una Iglesia Católica que se enfrenta a desafíos sin precedentes en un mundo cada vez más secularizado y dividido. Si será realmente el "último papa" como sugieren las profecías, solo el tiempo lo dirá.
AG