Síguenos

Volver

ÚLTIMA HORA

Deportes

Diablos Rojos del México llenan el Parque Víctor Cervera Pacheco en Kanasín

Volver

SIGUIENTE NOTICIA

Quintana Roo

Doctores fracturan a un bebé recién nacido en un Hospital de Chetumal.El caso de negligencia médica se registró en el Hospital Morelos de Chetumal mientras que una paciente se encontraba dando a luz a un varón que había sufrido una probable fractura de clavícula

Deportes

El segundo campeonato de Uruguay en un Mundial en la final de la Copa del Mundo de 1950 en Brasil quedó marcada por el histórico Maracanazo

Pasaron 12 años para que la máxima fiesta del futbol saliera de su escondite tras la II Guerra Mundial (1939-1945), y fue el mismo Jules Rimet, presidente de la FIFA, quien se esforzó para mantener vivo al deporte más popular del mundo. Así que en su honor, el trofeo de la Copa Mundial de futbol recibió el nombre de Copa Jules Rimet.

El siguiente paso era volver a organizar el siguiente Mundial, y había un país sudamericano que comenzaba a dar destellos de un futbol más vistoso, así que no hubo oposición para que la decisión recayera en la Confederación Brasileña de Deportes. Y por supuesto, como la gran fiesta del futbol regresaba al Nuevo Continente, volvía el desprecio o necedades por parte de algunas Selecciones, como la India, que se hizo a un lado porque la FIFA le negó que su equipo jugara descalzo.

Entre dimes y diretes, al final solo participaron 13 naciones: Bolivia, Brasil, Chile, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, México, Paraguay, Suecia, Suiza, Uruguay y Yugoslavia. El futbol se había hecho tan popular en Brasil que se decidió construir un nuevo estadio con capacidad para más de 200 mil espectadores en las afueras de Río de Janeiro.

Las obras empezaron el 2 de agosto del 1948 y debido a su prontitud, el ambicioso proyecto ya daba indicios de retrasos. El 24 de junio del 1950 el estadio de Maracaná se inauguró oficialmente, pero tenía toda la pinta de ser un inmueble en obras y le faltaba la tribuna de prensa; sin embargo, el campo estaba listo para recibir a los trece equipos clasificados.

Así comenzó la aventura de los anfitriones, quienes buscaban repetir lo hecho por Italia y Uruguay: coronarse en casa. Al principio no tuvieron ninguna resistencia, tras una fácil victoria frente a México (4-0), cuyo combinado volvía después de 20 años para seguir con el ridículo, pues no logró sacar ningún punto, lo que ocasionó un despido tempranero como premio de la mediocridad.

La Canarinha empató con Suiza y le ganó a Yugoslavia para avanzar a la siguiente ronda, un nivel inusual, pues el torneo fue un tipo de liguilla entre las mejores cuatro Selecciones: Brasil, España, Suecia y Uruguay. Los partidos eran todos contra todos y el ganador de cada duelo sumaba puntos.

La Verdeamarela se mostró como el grupo más temible, luego de que derrotó sin piedad a Suecia (7-1) y España (6-1). Mientras que Uruguay empató 2-2 con los españoles y venció 3-2 a los suecos. Brasil sumaba seis puntos y un empate le daba la corona, mientras que los uruguayos sumaban cuatro y tenían la obligación de ganar, un hecho inimaginable ante el apoyo gigantesco de más de 174 mil espectadores que no dejaban de alentar a los suyos en el estadio Maracaná.

Ahí surgió el Maracanazo, la Garra Charrúa le puso el pecho a las balas para lograr el gol de la victoria (2-1) a 11 minutos de la final. El pueblo carioca quedó sumamente desconsolado. Las autoridades brasileñas se olvidaron o tal vez se negaron de entregarle la Copa a la Selección Uruguaya, así que el mismísimo Jules Rimet tuvo que bajar al terreno de juego en busca del capitán de Uruguay para proceder a la ceremonia de premiación.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

AA