
Hacer del dolor ajeno un espectáculo en redes sociales y viralizarlo, revictimiza y obstaculiza el acceso a la justicia de las mujeres, condenó la activista local, Estela Reyes Melo, y manifestó que construir una sociedad de paz y detener la violencia que nos fragmenta, implica respetar, tener empatía y no ser cómplices del castigo público con las víctimas.
La promotora de derechos humanos de la Red de Mujeres y Hombres por una Opinión Pública con Perspectiva de Género (Redmyh) A.C en Campeche sostuvo que acabar con la violencia debe ser una responsabilidad compartida entre el gobierno y la sociedad, e implica el escuchar, acompañar y apostarle a que los procesos sean justos y restaurativos.
Opinó que, frente a hechos de violencia, especialmente cuan do involucran a mujeres, niñas, niños, adolescentes o cualquier otro grupo prioritario, es urgente detenernos a reflexionar crítica mente sobre las formas en las que la violencia se reproduce desde nuestras cotidianidades. “Queremos resaltar el tema de las violencias horizontales, que se ejercen entre personas de una mis ma comunidad, del mismo grupo social, y son una expresión dolo rosa de los sistemas de opresión que nos han enseñado a resolver los conflictos desde el castigo, la humillación o el linchamiento social”, arremetió la integrante de la Redmyh.
Reconoció que en muchos casos la violencia se activa por situaciones personales, pero rápidamente se transforman en actos colectivos que dejan heridas pro fundas y, mientras más se viralizan en redes sociales, más se di luye el sentido de responsabilidad individual y colectiva. En ese sentido, dijo que es fundamental no perder de vista que, hacer del dolor un espectáculo, revictimiza y obstaculiza el acceso a la justicia, porque cuando una situación de conflicto se vuelve tendencia, se crea una presión social que puede interferir en los procesos legales.
Finalmente, Reyes Melo dijo que las instituciones encargadas de investigar, sancionar y reparar los daños deben actuar con debida diligencia, sin sesgos, garantizando los derechos de todas las par tes y para ello necesitamos exigir respuestas, pero también permitir que las rutas de la justicia se re corran sin la distorsión del juicio mediático o popular.
JY