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Escrito por Roberto Espinoza
En Campeche más de cinco mil artesanos carecen de apoyo legal, económico o de acompañamiento para registrar y proteger sus creaciones de plagio, expuso Milagros Uc Cauich, originaria de la Villa de Bécal, Calkiní, donde alrededor de 11 artesanas han tenido que reducir los costos de venta de sus productos para poder subsistir.
“A nosotros no nos abren los espacios en Campeche, la mayoría de lo que vendemos es para empresarios de otros Estados que vienen con nosotros y nos pagan, pero muchas veces nos contratan porque saben que hacemos cosas en específico como pájaros o algún bordado exclusivo y se lo llevan a otros lados para reproducirlos más baratos”, detalló.
De acuerdo con el Instituto Estatal para el Fomento de las Actividades Artesanales en Campeche (Inefaac), hasta el 2021 en Campeche existe un padrón de dos mil 540 artesanos registrados, pero la cifra podría ascender a más de seis mil debido a que la actividad la hereda la familia, es decir, que por cada artesano empadronado, dos o tres personas más se dedican a lo mismo.
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La artesana indicó que, aunque han solicitado apoyo a las autoridades en el Estado, no han recibido respuesta, por lo que al ser su única fuente de ingresos están a expensas de que los compradores interesados adquieran sus productos para llevarlos a otros lados, y que estos sean patentados o registrados a nombre de otra persona, debido a que reconocieron que son “ignorantes” en temas de propiedad intelectual.
Uc Cauich reconoció que han tenido pláticas con el Gobierno del Estado que ha tratado de “regatear” los costos de sus productos para ofrecerlos en espacios habilitados para instituciones públicas, por lo que en la necesidad de ganar algo, han aceptado pagos de hasta 30 pesos por un artículo que les llevó más de seis horas elaborar.
Aunque no existe una legislación como tal, el derecho a la propiedad intelectual está previsto en la Ley de la Propiedad Industrial y la Ley de Derechos de Autor, ya que en ambos casos, prevén la protección de los creadores artísticos sin importar su condición, origen, rama artística o creación del producto.
A nivel nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha instruido a la Secretaría de Cultura Federal defender los derechos de la propiedad intelectual de las comunidades indígenas, donde empresas de renombre como Louis Vuitton, Carolina Herrera o la diseñadora francesa Isabel Marant han incurrido en plagio de propiedad intelectual de los artesanos mexicanos.
En 2021 la cadena de ropa española Zara lanzó al mercado una colección al estilo de los huipiles bordados a mano por indígenas mexicanos bajo el sello de su propiedad y derechos de creación y distribución, a lo que refutó que los patrones de la cultura mixteca del municipio de San Juan Colorado, Oaxaca, se lo habían cedido.
En 2021 el Congreso de la Unión aprobó una reforma a la Ley del Derecho de Autor que reconoce las obras de los pueblos y comunidades indígenas como “objeto de protección de derechos de propiedad intelectual”.
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LV
