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Con la excusa de que alrededor de 25 comensales, por tomarse una foto, provocaron el colapso del segundo nivel de la marisquería “La Embajada Jarocha”, en Ciudad del Carmen, el propietario Alberto Álvarez Álvarez intenta zafarse de la responsabilidad de no darle mantenimiento al lugar ni contar con los permisos de la Dirección de Protección Civil de Ciudad del Carmen y la de Medio Ambiente para construir.
A pesar de que es su obligación hacerse cargo de los gastos médicos de los 10 lesionados, familiares señalaron que sólo se les acercó para ofrecerles dinero a cambio de que no lo denuncien.
El sábado alrededor de las 13:40 horas se desplomó el segundo nivel del restaurante “La Embajada Jarocha” situado en el malecón costero “Nelson Barrera Romellón”, en la colonia Playa Norte, donde resultaron 10 personas lesionadas, entre ellas dos niños pequeños; algunos presentaron golpes menores, pero el personal médico del Hospital IMSS-Bienestar señala que uno de los heridos resultó con fractura de mandíbula y una mujer con fractura de tibia y peroné, quienes por la gravedad del asunto fueron enviados a otro centro médico.
Lo sucedido fue minimizado por Alberto Álvarez Álvarez, quien en un video que compartió en sus redes sociales responsabilizó a varias familias conformadas por alrededor de 25 personas que convivían en la planta alta de la palapa en una posada, y por reunirse en un solo lado para tomarse una foto causaron sobrepeso en la estructura de madera la cual no soportó y colapsó.
Las Direcciones de Protección Civil y de Medio Ambiente Municipal, señalan que esta persona no contaba con los permisos para mantenimiento y mucho menos para construir en el lugar, el cual se encuentra seriamente deteriorado, con la madera podrida y tornillos oxidados, por lo que fue clausurado y ahora su propietario podría enfrentar cargos ante la justicia.
En el video, el encargado de “La Embajada Jarocha” reitera que él no es el responsable del accidente, ya que se encontraba dándole mantenimiento a esta área del restaurante para evitar un percance como el ocurrido, y nuevamente intentó echar a saco roto las lesiones que sufrieron los comensales al tratarlas de menores y que no ponían en riesgo la vida.
Familiares de los lesionados indicaron que efectivamente, el propietario, Alberto Álvarez Álvarez, se acercó a ellos para ofrecerles dinero y atención médica adecuada, pero a cambio de que no interpongan alguna demanda.
Durante la inspección por parte de la Dirección de Protección Civil, su titular Julio Villanueva Peña comentó que el restaurante no cuenta con los permisos correspondientes para habilitar la segunda planta, y recordó que ya había sido visitado el lugar por ellos y la Dirección de Medio Ambiente y exhortaron al encargado de no abrir el espacio hasta no tener el visto bueno de las autoridades, ya que era visible el mal estado en que se encontraba con tuercas oxidadas y madera podrida de la estructura.
Todos estos llamados por parte de las autoridades municipales fueron ignorados por el dueño de la marisquería “La Embajada Jarocha”, quien en su afán de continuar vendiendo y tener cupo lleno tampoco escuchó la advertencia de los carpinteros que trabajaban en el área el día del incidente, al indicarle que el segundo nivel no estaba en condiciones de ser usado, pero como respuesta Alberto Álvarez Álvarez ordenó a los meseros habilitar la parte superior e instalar a los comensales conforme fueran llegando hasta sumar alrededor de 25 personas que terminaron siendo acusadas por el dueño por el sobrepeso, cuando sólo acudieron al restaurante a convivir.
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LV
