Cárteles en Campeche buscan reclutar a niños como 'mulas', acusa grupo religioso

En Campeche -y el resto de la Península de Yucatán- el crimen organizado, menores usados como distribuidores de drogas y el aumento de la delincuencia son algo cada vez más común entre los ciudadanos, tan sólo desde los años 70 el trasiego de drogas inició en Quintana Roo; sin embargo, actualmente la región es un punto operativo de cinco cárteles para la distribución de estupefacientes en México y la unión americana.

Lo anterior está fundado en los últimos reportes de Inteligencia del Congreso de Estados Unidos, un exagente de la Administración de Control de Drogas (Drug Enforcement Administration, DEA, por sus siglas en inglés) y datos del Atlas de Seguridad y la Defensa de México 2020.

Y es que sólo en los primeros seis meses de 2022, Por Esto! lleva registro de un aproximado de 13 homicidios ligados con el crimen organizado en Campeche. De estos, un promedio de seis incidencias han sido por atentados contra la vida de los prestamistas–usureros de nacionalidad colombiana.

El documento Atlas de Seguridad y la Defensa de México 2020 indica que Campeche cuenta con presencia de grupos como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Pacífico y el Cártel del Golfo, entre otros, con mayor presencia en Carmen y Escárcega, y en espacios fronterizos de Candelaria y Guatemala, además de la actual presencia del Cártel Pura Gente Nueva (CPGN) y la banda de delincuencia organizada conocida como “los colombianos”. Estos dos últimos ya cobraron seis vidas desde mayo a la fecha, cifra mayor en comparación con los cuatro decesos registrados por COVID-19 en dicho lapso.

Otro dato importante en Campeche es que durante el periodo 2008-2016 el consumo de cocaína y marihuana incrementó. El uso del cannabis en la población pasó de 0.4 por ciento a 3.0 por ciento, es decir, aumentó 650 por ciento la tendencia en sólo ocho años, mientras con la cocaína en 2008 no había registros y en 2016 pasó a 1.3 por ciento el consumo.

En entrevista con esta casa editorial, el exagente de la DEA (quien reservó su identidad por cuestiones de seguridad y confidencialidad) reconoció la importancia geoestratégica de la Península de Yucatán para la delincuencia organizada y el tráfico de drogas desde sus orígenes, en los años 70’s, cuando el entonces Presidente Luis Echeverría Álvarez decreta el Estado de Quintana Roo a donde migraron personas de entidades pobres como Zacatecas.

“Llegaron cientos de personas que recibían tierras para trabajar, pero al final fueron ejidos fallidos”. También llegó mucha gente dedicada a la construcción de hoteles, calles, viviendas, entre otros, dando mejores salarios en comparación con el Centro y Norte del país.

De acuerdo con el entrevistado, en la Península la relación con las drogas “es histórica desde el inicio del tráfico” de estupefacientes, pues fue pieza del trasiego de la segunda mitad del siglo XX, cuando en buena parte de la región no existía vía terrestre que conectara con el resto del país.

Sin embargo, agregó que “ya existían puentes marítimos y aéreos que servían de base de abastecimiento de combustible y una forma de entrar a territorio nacional para circular con facilidad al Norte de México y Sur de Estados Unidos”.

El propio Estado, con policías represores de la Dirección Federal de Seguridad -extensión operativa de la CIA en México-, también estaba detrás de todo lo ilegal, como el narcotráfico.

Recordó que en los 40’s y 50’s Quintana Roo era un territorio federal con muy poca densidad de población, pero con la creación del Estado también entró la delincuencia organizada para establecer todo tipo de negocios, lo que generó que la Península de Yucatán deje de ser únicamente área de trasiego o “de paso”.

Origen y crecimiento del Crimen Organizado en la Península

Al convertirse en Estado Quintana Roo inició una gran migración de pobladores hacia el lugar, la mayoría provenientes de Entidades muy pobres, como Zacatecas. “Llegaron cientos de personas que recibían tierras para trabajar, pero al final fueron ejidos fallidos”. Agregó que también llegó mucha gente, empresarios dedicados a la construcción de hoteles, calles, viviendas, entre otros brindando mejores salarios en comparación con ciudades del Centro y Norte del país.

“Paralelamente se generaban cinturones de miseria, con casas hechas con varas de nacash y palapa, también con muchos techos de lámina de cartón, condiciones muy insalubres; prostitución, bares de primera, segunda, tercera y cuarta”, añadió.

Agregó que el propio Estado, con policías represores de la Dirección Federal de Seguridad -extensión operativa de la CIA en México- también estaba detrás de todo lo ilegal, como el narcotráfico. “Eran los encargados de repartir los territorios para el trasiego de cocaína y la siembra de mariguana y amapola en el país, para abastecer a los Estados Unidos de Norteamérica, con códigos estrictos que (en aquel entonces) debían ser respetados”.

Rememoró que el Presidente Echeverría era relacionado con la Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), además de ser yerno de José Guadalupe Zuno Hernández, quien fue Gobernador de Jalisco, político, escritor y una persona relacionada con el narcotráfico, incluso el padre de Rubén Zuno Arce, a quien señalaron por el asesinato del Agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar.

Sintetizó que la palabra narcotráfico representa “corrupción, violencia, degradación social, control sobre la población, destrucción de personas, valores, salud y mucho dolor”.

Durante la entrevista con Por Esto!, el exelemento concluyó -sobre su desempeño como agente de la DEA- que el lapso que estuvo en activo “fue el tiempo necesario para poder entender que el infierno sí existe y, esta parte de las adicciones, es uno de los mayores tormentos”.

Mafia quiere a niños campechanos “como mulas”

Ayer miércoles, el presidente del Consejo Interreligioso de Campeche, Efraín González Centeno, en rueda de prensa en la capital del Estado, se expresó sobre el incremento delictivo a manos de la delincuencia organizada; en breve entrevista con esta Casa Editorial, reveló que “pese a la presencia de elementos policíacos o militares, la realidad es que hay un aumento en el alza de delitos relacionados con el narcotráfico” e incluso, “los fieles denuncian el intento de reclutar a sus hijos como ‘mulas’ o para la distribución de estupefacientes”.

Ante los casos de violencia vinculados al crimen organizado y los señalamientos de la presencia de cárteles de la droga en la Península (emitidos por el Congreso de Estados Unidos) aseveró que “es una realidad que no podemos negar”.

Agregó que antes, en Campeche, no era común el señalamiento de que “un vecino vende drogas”, y ahora es cada vez “más frecuente o recurrente dentro de las colonias”, y consideró que esto se debe a que es “un sector que está siendo un poco olvidado”.

Enfatizó que “es un riesgo para los jóvenes el contexto de violencia y de incursión de los grupos de narcotraficantes”, aunque dijo que la pandemia del virus del SARS-CoV-2, también incrementó las condiciones de violencia, ya que el aislamiento y la soledad “vinieron a potenciar incluso algunos gérmenes psicológicos”.

Enfatizó que además de la revisión y el ataque a las drogas también hay que tener políticas públicas en beneficio de la juventud y la adolescencia, ya que los jóvenes desean canalizar su energía y no orientarse por malos caminos.

Concluyó que tanto las asociaciones civiles, religiosas y autoridades deben crear conciencia y crear los espacios de crecimiento necesarios para este sector de la población.

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JG