Menonitas de Nuevo Progreso se niegan a practicar agricultura agradable con el medio ambiente

Menonitas de Hopelchén no están de acuerdo en migrar a la agricultura amigable con el medio ambiente y fabrican casi todos sus implementos
viernes, 31 de diciembre de 2021 · 13:31

Nuestra misión es hacer crecer nuestros cultivos en el territorio de la comunidad menonita, con superficies de tierra mecanizada, y por el momento adquirimos una parte de suelos ya trabajados, cerca de cuatro mil hectáreas, ubicadas en la jurisdicción de Palizada, donde una docena de compañeros está asentada en el lugar y trabajan esas tierras, dijo el nuevo gobernador de la comunidad menonita Abraham Tiessen Freissen, quien comentó a Por Esto! que en su colonia han progresado con los cultivos y la cantidad de terreno que han acumulado en diversas locaciones es más grande que la superficie de los chenes.

Explicó que la zona menonita de Nuevo Progreso, donde él gobierna, siempre se han caracterizado por cultivar el mayor número de hectáreas de soya, y de maíz en menor cantidad.

Explicó que de 12 mil hectáreas con las que cuentan, cultivan nueve mil de soya y tres mil de granos, aparte los ejidatarios de Hopelchén y otros pueblos les rentan sus tierras y “nosotros aprovechamos el recurso, sólo pagamos renta y la trabajamos, sin importar la distancia, así trabajó el gobierno anterior de Pedro Wuelke Wuebe, que ya no está con nosotros, pero que fue sustituido en poco tiempo por Issac Peters Tiessen y su trabajo sigue su curso”, aclaró.

Explicó que la comunidad menonita desde su llegada a esta zona chenera, en la década de 1990, actualmente han logrado ser autosuficientes en cuanto al sector agrícola y maquinaria, y hoy en día cuentan con expertos para la fabricación de piezas, y a la vez “somos exportadores del queso que se fabrica en nuestros campos, donde tenemos los miles de cabezas de ganado, cultivamos chile habanero y sembramos lo necesario para comercializar y obtener los recursos para la compra de insumos, incluso también cosechamos tomate y otras hortalizas”, aseveró.

Indicó que su antecesor fue quien acudió a la reunión con los emisarios de la federación en el mes de julio, cuando contestó que “no estamos deforestando la selva maya, tampoco quemamos carbón vegetal, y aclaramos que no tenemos problemas con la apicultura, en cambio, participamos con las demás comunidades, pues vienen a comprar productos en nuestras tiendas. Somos gente trabajadora y no queremos problemas”, recordó.

Continuó al decir que después hubo reuniones en el Centro Coordinador de los Pueblos Indígenas de Hopelchén, con la presencia de delegados de la Procuraduría Federal para Protección al Medio Ambiente (Profepa); César Uriel Romero Herrera, por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); Francisco Zebadua, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); Víctor Manuel Juárez Gutiérrez, de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) Campeche, entre otros, quienes dieron su punto de vista en la reunión, y se les dijo que debían migrar hacia una agricultura amigable con el medio ambiente, dejar de utilizar el glifosato y las semillas transgénicas, hecho que no aceptaron los menonitas.

Otros menonitas de la colonia Las Flores dijeron que era mejor emigrar a otro país para no acatar los ordenamientos, pues los consideraron como un hostigamiento del Gobierno Federal, a pesar de que se les explicó que hacían daño al medio ambiente.

Posteriormente hubo una segunda reunión en el local de la Coordinación de los Pueblos Indígenas de Hopelchén, donde intervino Isaac Peters Tiessen, exgobernador de Nuevo Progreso, y quien representa a sus demás compañeros tras la muerte de su gobernador Pedro Woelke Wuebe.

También estuvieron los representantes de La Nueva Esperanza, Cornelio Bars Dick y Abraham Classen; mientras que por Las Palmas estuvo Juan Ferds, Jacobo Wolk Classen, secretario del representante de Yalnon; y Frans Ferd, de La Nueva Trinidad, quienes luego de estas juntas comentaron que no hubo acuerdos, pero se quejaron de la llegada de la Guardia Nacional en sus zonas de cultivo para labores de vigilancia y evitar la quema de carbón, así también clausurar terrenos y hornos para producir el carbón, por lo que hasta la fecha se han clausurado más de 20 hornos.

Debido a lo anterior, los menonitas de cada campo se han negado a sostener más reuniones con el Gobierno Federal, pues luego de escuchar las propuestas de la Federación para no sembrar soya transgénica y evitar el uso de agroquímicos agresivos, como el glifosato, no han quedado convencidos y simplemente se niegan a firmar los acuerdos para practicar una agricultura menos agresiva.

Lo anterior ocurre a pesar de los argumentos expuestos de parte de la delegada de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores González, así como la intervención de la delegada de los Programas de Bienestar de Campeche, Katia Meabe Ferniza, y al final la situación sigue igual, pues no han firmado acuerdos con la federación.

Ciudad industrial

Por otro lado, el campo menonita de Nuevo Progreso, ubicado a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Hopelchén, sus pobladores sin contar con una profesión académica o tecnológica trabajan en el armado y fabricación de piezas para maquinarias agrícolas, la reparación de motores de bombas de agua, plantas eléctricas, y fabrican todo tipo de piezas para motores, como anillos y bujes de cualquier medida, entre otras piezas.

Estas empresas de la comunidad menonita del campo número 2 tienen las herramientas necesarias para hacer estos objetos, además de que venden materiales, como barras de acero para la construcción de un techado, y hasta tornillos. Además, si algo les falta, simplemente lo fabrican, comentó el encargado de este lugar Jacobo Berjen.

Asentó que quienes trabajan en estos talleres son escogido de entre la comunidad, al ser los más inteligentes y diestros para las fabricaciones de piezas, por lo que han comenzado a hacerse de renombre y son visitados por gente de otras partes para adquirir sus productos por la calidad de los trabajos, sobre todo a la hora de reparar maquinaria agrícola.

Cabe hacer notar que los hijos de menonitas estudian sólo para aprender a leer y escribir, nadie acude a una escuela tecnológica para obtener el conocimiento de cómo armar un tractor. Esta capacidad la adquieren al desarmar los que ya tienen para armarlos nuevamente, y en el proceso buscar el desperfecto para proceder a su reparación, hecho que les toma horas, pero cuando es “difícil”, puede llevarles hasta días, como en cualquier taller mecánico.

Por lo anterior, la comunidad cuenta con varios talleres donde inclusive practican la elaboración del combustible.

Síguenos en Google News y recibe la mejor información

CC