Clases en línea, desata desigualdad social en Campeche

Para evitar la desigualdad, proponen vincular a las escuelas rurales con asociaciones civiles.
sábado, 2 de enero de 2021 · 08:29

Con la incertidumbre del retorno a las aulas en las primeras semanas de enero, Campeche cerró el 2020 con clases en línea, y según la directora de Diálogo y Movimiento A.C., y embajadora de “Misión Resistencia” de la Jornada de Derechos Humanos en Campeche, Artemia Fabre Zarandona, estas modalidades vulneran los derechos humanos de los menores que se encuentran en comunidades indígenas, pues engrandecen la brecha de la desigualdad social, además de que genera afectaciones socioemocionales.

Semanas atrás, por permanecer en Semáforo Epidemiológico Verde, Campeche recibió el exhorto de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de regresar a clases presenciales a partir de enero, pero las autoridades educativas del estado aún no definen la posible fecha de retorno.

Al respecto, la investigadora refiere que con el confinamiento se instruyó a las instancias educativas estatales para la implementación de estrategias virtuales para impartir las clases, pero no se consideró el rezago existente en comunidades alejadas de las cabeceras municipales, que incluso no cuentan con energía eléctrica y acceso a internet.

Violatorio a DH

Esto sugiere una violación a los derechos humanos de los pequeños de comunidades indígenas, así como el incumplimiento al artículo tercero de la Constitución mexicana, así lo explicó Fabre Zarandona, quien además señaló la estrategia como falsa, fácil y compleja.

“Es fácil porque si tuviéramos gobiernos federales y estatales que realmente vieran la realidad como es, las políticas públicas tendrían que generarse desde otra perspectiva, una más honesta, en la que realmente pueden hacer en términos de infraestructura que hasta ahora han desarrollado y no querer crear algo que no existe, como las clases en línea.

Tras asegurar que la honestidad es la pieza fundamental de la creación de políticas públicas, señaló que, si se lograra, se podría revertir la violación porque a partir de entonces se crearía la ruta a seguir para permitir exigir derechos para todas las gentes, “pero si seguimos con falacias, no se va a poder, es principio básico” remarcó la también investigadora.

Refirió que en zonas rurales indígenas la falta de infraestructura es enorme, al ser comunidades más aisladas, las condiciones de vida no son las más óptimas, no cuentan con servicios básicos y menos con servicios secundarios, situación que limita las señales telefónicas, que es precisamente donde los chicos se conectan para realizar sus tareas.

Al mencionar que con las limitantes no se pueden conectar con los celulares, ni por televisión y no se pueden conectar por internet en computadora, expuso que la afección no solo recae en los alumnos sino también en los docentes, mismos que han encontrado alternativas para la impartición de clases.

El gran reto

En este sentido, el secretario de Educación Ricardo Koh Cambranis, reconoció que dicha estrategia ha significado el mayor reto para el sector educativo, pues muchos docentes se actualizaron de un momento a otro y tuvieron que modificar sus estrategias.

Por lo anterior, la embajadora de “Misión Resistencia” de la Jornada de Derechos Humanos en Campeche, aseguró que todo ha sido derivado de un mal conocimiento del sector y de haber tomado la decisión de manera repentina sin siquiera existir un estudio previo de la evolución educativa en los últimos 10 años.

“A nivel federal hubieran dicho que no es posible garantizar la educación este año para todos, porque dicen que todo va bien y lo que generan es una mayor brecha de diferencia social, se venía luchando para acotar la brecha de justicia social, pero con la pandemia lo que estamos viendo es un aumento de esa brecha de una manera exponencial” puntualizó.

El resultado de las clases en línea y el nulo acceso de algunos, propiciará que los jóvenes y niños, que se quedaron sin acceso al internet, no tendrán el mismo nivel de educación que el resto, pero consideró más grave darle pase al siguiente ciclo escolar aún y cuando no cumple con los conocimientos que debería de acuerdo a su edad.

Dijo que “esto lo hacen porque esa es la manera de ir tapando el hoyo, pero la realidad es que tú haces como que estudias, haces como que das los servicios y el país hace como que sale. Es una cadena que nos atrapa en una brecha socioeconómica y política que nos aleja de los derechos humanos, de un trato igual y desigual al que requiere desigualdad. Es decir, necesitaríamos mayor infraestructura ahora, puesta en escuelas indígenas y campesinas para que haya luz, agua, internet etc”.

La especialista consideró al quebrantamiento a los derechos como una cortina de humo que solo dará mayor peso a México a nivel internacional con su modelo educativo, que solo terminará por pasar a los alumnos sin conocimiento, pero que incrementará la mentira en temas educativos.

“Es una violación a los derechos humanos, porque para empezar si un funcionario público no sabe de su materia, no debería aceptado su puesto, si el funcionario en educación pública a nivel federal toma decisiones desde un escritorio sin conocer la realidad del país, es una persona que viola derechos de quien debería darle servicios”.

Lo que sí reconoció fue el esfuerzo que los integrantes de la SEP y los docentes se lograra impartir clases por medio de páginas web que los han llevado a transitar a una era electrónica.

La propuesta

Otro de los grandes retos que enfrentan los educadores es el compartir los equipos en casa, es decir, con una computadora estudian varios hijos y trabajan los padres en casa, lo cual hace compleja la realidad.

“Puede desencadenar chicos afectados socioemocionalmente y hay violencia estructural, el tema es complejo y yo creo que la pandemia ha traído a colación los temas fundamentales de este país, de un problema de violencia por cientos de años, que genera carencias y a veces se solventan pero que con la pandemia son visibles”.

Propuso como alternativas la realización de convenios con escuelas rurales donde se conjuguen asociaciones civiles para unir esfuerzos y lograr que jóvenes empiecen a tener una cultura en derechos humanos, donde haya respeto al otro, a uno mismo, dignidad  humana, retroalimentación ya que si se logra replicar en cadena, se formarán  extracurricularmente, pero que va a darles la retroalimentación para su educación pública.