Desbordamiento del Río Viejo comienza a inundar las calles en Palizada

El Río Viejo se salió de su cauce y ha comenzado a inundar algunas calles en Palizada; pobladores temen que el agua llegue a las viviendas.
miércoles, 2 de diciembre de 2020 · 10:43

Hay preocupación y nerviosismo entre las familias que viven en la calle Alonso Abreu y Prolongación Zaragoza porque el Río Viejo se salió de su cauce e inundó las calles cercanas, pero el temor es que el agua alcance a las viviendas, por lo que este martes una cuadrilla del municipio colocó sacos con arena para tratar de detener el avance de caudal.

Sin embargo, integrantes de las familias Delgado Chan, Chan Castellanos y Delgado Hernández, señalaron que es preocupante la forma en que el río invadió la carpeta asfáltica, bordea las escarpas y amenaza con invadir sus casas a pesar de la colación de costales, pues recordaron que durante la creciente ocurrida en el 2011 la ciudad se anegó por completo, y temen que la actual sea igual o peor.

Por otro lado, lamentaron que desconocidos se robaran costales con arena de la orilla del Río Viejo, hecho que fue confirmado por Miguel González, director de Servicios Públicos, quien dijo que fue una rapiña que ahora afecta la integridad de los vecinos.

También hizo un extrañamiento a quienes insisten en transitar a bordo vehículos por estas calles debido a que la carpeta asfáltica está deteriorada, y por este motivo colocaron vayas para impedir el tránsito, aunque esta medida no es acatada, evidenció.

Crece el Palizada

El Río Palizada subió dos centímetros para ubicarse en 5.96 metros sobre el nivel del mar (msnm), y únicamente a 4 centímetros de su nivel máximo histórico; por lo que Protección Civil continua con el llenado de sacos de arena y reforzamiento de bordos en comunidades como Tila, Mangal y Corriente, además prosiguen los trabajos en el Rancho Santa Elena y Morelia del lado del Usumacinta.

La creciente mantiene anegada la orilla del Malecón, y la Comisión Nacional del Agua (Conagua)  reveló que el Usumacinta tuvo un incremento de 16 centímetros y se encuentra en 22.06 msnm, casi dos metros por arriba de su nivel crítico que es de 19.21 msnm; además el caudal tiene un desfogue de 8 mil 19 metros cúbicos por segundo.

Por lo anterior, la dependencia prevé que el río Palizada crecerá en los próximos días a causa de escurrimientos, y estima que en el transcurso de la semana rebase su nivel máximo histórico de 5.90 msnm.

También informó que la descarga de agua hacia la Laguna de Términos es de 529 metros cúbicos por segundo.

De lo anterior, reveló que hay peligro de que los bordos no soporten el embate de la corriente, pues en caso de que esto suceda no habría forma de controlarlo, lo que traería daños a viviendas y caminos.

Este martes, fuerzas armadas, policías y trabajadores de gobierno acudieron a las comunidades Mangal, Tila y Corriente, asentadas en los márgenes del Palizada, mientras que al Usumacinta acudieron para supervisar los bordos de los ranchos de Morelia y Santa Elena, y otras cuadrillas atienden la orilla del Río Viejo.

El agua se filtra por los registros de aguas pluviales que normalmente van a dar el caudal, que ahora al estar arriba de su nivel regresa agua en forma considerable, motivo que obligó a cerrar algunos accesos en la Alonso Abreu, Altamirano, Ampliación Zaragoza, colonia Aviación, Mina, entre otros.

La orilla del Malecón está anegada y cerrada a la ciudadanía, así también el muelle flotante, parque infantil, entre otros espacios públicos.

Inician bombeo

Con el propósito de bajar los niveles de agua en vasos reguladores debido a que desbordan líquido y mantienen anegadas algunas calles, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con el apoyo de una bomba hidroflox, realiza el trasiego hacia el río Palizada con una descarga de 80 metros cúbicos por segundo.

Para ello utiliza una manguera de 500 metros, con lo que desaloja el líquido captado por precipitaciones pluviales y escurrimientos de los campos, mismos que obligaron a tapar cinco alcantarillas que atraviesan el periférico La Paz.

Por Julio Gutiérrez