Pandemia y lluvias azotan economía de dulceros ambulantes de Ciudad del Carmen

Señalaron que sus ingresos apenas les alcanzan para adquirir sus alimentos
viernes, 23 de octubre de 2020 · 15:45

Pese al paso a semáforo verde en el riesgo de contagios por COVID-19, los dulceros ambulantes que laboran en diversas áreas de la ciudad no se han recuperado debido a las lluvias que desde hace semana frecuentan la Isla, afirman que las ganancias apenas son suficientes para adquirir sus alimentos.

Isaías López, propietario de un carrito de venta de golosinas afirmó que durante la etapa de confinamiento por la pandemia de coronavirus los ingresos se redujeron aproximadamente un 80 por ciento en comparación a lo que normalmente vendían antes de la contingencia sanitaria.

Ya con la reapertura de muchas actividades por la entrada del color verde en el semáforo de riesgo, se recuperaron entre hasta alcanzar entre un 40 y 50 por ciento de sus ingresos habituales.

Sin embargo, las tormentas que han impactado en la región con regularidad como fue el caso de la pasada onda tropical Gamma, el huracán Delta, así como las lluvias habituales, interrumpen la salida de las personas lo que ocasiona un descenso en la venta de sus productos.

Isaías detalló en un día, recientemente en un día llega a recolectar poco más de 500 pesos con al comerciar sus artículos, de esa cantidad toma 350 para resurtirse de mercancía, utiliza de 100 a 150 pesos para su comida y si llegan a sobrar cierta cantidad, la ahorra para cubrir otras necesidades básicas, que incluso a veces no puede solventar.

Aunado a ello, agregó que se presentan los diluvios definitivamente no puede circular con su triciclo, por la intensidad con la que caen las aguas y porque varias calles suelen inundarse.

El comerciante agregó que su jornada laboral dura 12 horas, inicia a trabajar desde las 10:00 y concluye hasta las 22:00

Por último, señaló que los artículos que más adquiere la gente son los cigarros, chicles y frituras, pues debido a la caída de agua, los clientes ya no buscan las bebidas por lo cual a veces termina la jornada con la nevera repleta.

Por Juan García