De la Redacción
CHETUMAL, 4 de diciembre.- “La Mamba Negra” es un vehículo para respuestas rápidas con un costo millonario, el cual ha sido adquirido por la Secretaría de Seguridad Pública de Quintana Roo, y se encuentra estacionado en el C4. El vehículo utilitario fue adquirido sin que se transparente su compra, mucho menos que se justifique, por lo que el titular de la dependencia, Jesús Alberto Capella Ibarra, hizo a un lado el esquema de austeridad que predica el gobierno del estado.
El costo de la Black Mamba QRV 5 B6+ /STANAG I 2019 multiusos, fue estimado entre 5 y 7 millones de pesos, pues la variación del precio es con base en las características añadidas al vehículo.
Es manufacturado por la empresa regiomontana TPS Armoring con acero balístico de grado militar, los cristales son fabricados por la marca Isoclima, así como sus llantas denominadas Flat, antiponchaduras, son diseñadas para resistir ataques con armas de asalto.
La Mamba Negra cuenta con un blindaje B6, resistente a atentados con armas de rifles como la AK-47, por lo que generalmente es utilizado para operaciones policíacas urbanas, reconocimiento y/o exploración, cabeza de convoy, patrullaje de fronteras, tácticas tipo Swat, vehículo de transporte de prisioneros, operaciones de seguridad interna y de seguridad en aeropuertos o instalaciones militares.
Cabe mencionar que un gasto de esta magnitud debió ser transparentado; sin embargo, es tomado como ícono en el derroche de los recursos públicos, ya que el vehículo se asemeja más a una unidad utilitaria que a una táctica, lo cual hace pensar que terminará sirviendo como vehículo de transporte personal del secretario de Seguridad Pública, Capella Ibarra.
De la misma forma, a casi una semana que “La Mamba Negra” llegara a las instalaciones del C4, la dependencia no ha dado a conocer la utilidad del vehículo, sobretodo porque se debe justificar y transparentar el enorme gasto, dejando a un lado la austeridad que el gobierno del estado mantiene en el discurso.
En algunos estados como Tamaulipas, la Policía Estatal adquirió vehículos tácticos militares, en lugar de utilitarios que servirán para satisfacer los caprichos de un secretario de Seguridad Pública.