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En esta segunda parte, continúa la entrevista que el periodista Mario Renato Menéndez Rodríguez le hizo a Fidel Castro en agosto de 1966

En esta (la segunda) parte de la entrevista de Mario Renato Menéndez Rodríguez con Fidel Castro Ruz, publicada en agosto de 1966, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de Cuba de forma explícita, refleja un fuerte espíritu de resistencia y determinación frente a las amenazas externas que en ese momento veía sobre su patria, pueblo y régimen.

El periodista mexicano, siguiendo su andar por la Sierra del Escambray y otros puntos consigue un relato bastante ilustrador, en el que su entrevistado destaca la confianza en las fuerzas internas del pueblo cubano, tanto materiales como morales, para hacer frente a cualquier agresión “imperialista”.

La referencia que hace el líder cubano a la historia de resistencia del pueblo cubano frente al “crimen, terror y asesinato” en esta entrega periodística, muestra cómo estas adversidades fortalecieron la conciencia y el espíritu del pueblo.

Además, tajante, el entrevistado proyecta al lector -a través de las charla con Menéndez Rodríguez- una negativa (hoy, sabemos histórica) a ser “doblegados o vencidos por mercenarios o tropas del imperialismo”, mostrando una firme postura de independencia y soberanía.

La declaración de que la isla se hundirá en el mar antes que aceptar ser esclavos de alguien, resalta el compromiso absoluto con la libertad y la autodeterminación y queda en esta entrevista, como uno de los principales enunciados que la hacen de antología para el periodismo latinoamericano.

Por Mario Renato Menéndez Rodríguez

SIERRA DEL ESCAMBRAY, Cuba, agosto de 1966.- Si bajo la bandera de la OEA (Organización de los Estados Americanos), se organizara y efectuara un ataque colectivo de varios ejércitos latinoamericanos contra Cuba, con los norteamericanos como núcleo como financiadores y aprovisionadores ¿cuál sería la actitud del gobierno de La Habana? ¿Se permitiría impunemente que el presidente (René) Schick (o su sucesor) facilitara el territorio de Nicaragua para una nueva aventura cubana?

¿Cuál cree que debería ser en tales casos la posición de los pueblos de América Latina?

— A nosotros no nos preocupan las invasiones, porque contamos con un ejército revolucionario que dispone de las armas más modernas, un ejército que es el pueblo, armado, disciplinado y dispuesto siempre a luchar para vencer. Ignoramos que se propone el imperialismo con las bases y el trasiego de mercenarios por Centroamérica, del cual se viene hablando mucho últimamente. Una vez lo hicieron para organizar la invasión de Girón, en 1961. Posteriormente, en 1963, organizaron en esa zona las bases para los ataques piratas. Ahora quién sabe lo que buscan. Tal vez se proponen organizar algo como Girón, acompañado de ataques aéreos masivos de la aviación yanqui. Sin embargo, sean cual fueren sus planes, estamos listos para cualquier cosa. Por otra parte, estamos conscientes también de qué la ACI (Central Intelligence Agency) no cesa, está muy lejos de hacerlo, en sus actividades contra nuestro país. Y no debe ser motivo de sorpresa el hecho de que (René) Schick —no había fallecido en aquel entonces— o cualquier otro lacayo del ministerio de las colonias facilite territorio para nuevas acciones contra Cuba.

Desde el punto de vista de las leyes internacionales, cualquier Estado que facilite su territorio para organizar y lanzar una invasión contra otro país es responsable de las consecuencias que de esto puedan derivarse. Nuestro país ha sido obligado a permanecer en pie de guerra desde el triunfo de la Revolución. Tenemos una absoluta confianza en las fuerzas materiales y morales de nuestro pueblo frente a las amenazas del imperialismo, que es por naturaleza agresor pero cobarde. No hay que olvidar que ni el crimen, ni el terror, ni el asesinato derrotaron a nuestro pueblo; todo lo contrario, aumentaron su conciencia, templaron su espíritu. Nosotros jamás seremos doblegados, jamás seremos vencidos, ni por mercenarios, ni por las tropas regulares del imperialismo y sus títeres. Lo he dicho antes y lo repito ahora: primero se hundirá la isla en el mar que consentir nosotros en ser esclavos de nadie. Por otra parte, el pueblo cubano está consciente también de qué, ante una agresión oficial de los ejércitos de gobiernos miembros de la Organización de Estados Americanos, contará con la solidaridad activa de los revolucionarios latinoamericanos.

— ¿Juzga usted que el gobierno de Johnson insiste en dar facilidades a los contrarrevolucionarios cubanos para una invasión de Cuba?

Si esto llega a ocurrir y alguno de los gusanos capturados en Playa Girón y después liberados son capturados de nuevo, ¿cuál sería su destino? ¿No teme usted que bajó el disfraz de una fuerza aérea de cubanos en el exilio el gobierno de los Estados Unidos lleve a cabo intensos bombardeos, como en Vietnam, para apoyar a la infantería? Frente a este tipo de agresión ¿qué haría Cuba?

Fidel, que venía explicándonos las ventajas que el terreno ofrece a una columna guerrillera, salta del jeep; la caravana se detiene, ahí se puede dominar todo el camino; desde aquella otra se controlaría, la vasta zona; y solamente se necesitaría, a lo sumo, una escuadra de tiradores. Y en esas posiciones, mientras están defendidas, desde esta dirección que traemos no podrá pasar ninguna fuerza enemiga, por numerosa que sea, y si la infantería no puede pasar, menos pueden hacerlo los tanques, que en un terreno minado no pueden hacerlo sin apoyo de zapadores.

Nosotros le ganamos la guerra a Batista solamente con fusiles y minas, no obstante que era el suyo un ejército bien armado —aviación, artillería, y tanques—, entrenado por oficiales norteamericanos…

Si antes habíamos escuchado una cátedra sobre la agricultura, ahora se trataba de técnica militar. Con extraordinaria habilidad y conocimiento de causa, el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias explicaba meticulosamente cómo el pueblo cubano podría defenderse exitosamente de cualquier enemigo. Los miembros de su escolta y nosotros escuchábamos atentos…

—Claro está que en el supuesto caso de una invasión con tropas norteamericanas nosotros no ordenaríamos un repliegue inmediato hacia las montañas; por supuesto que no. Les haríamos frente desde la misma playa o zona de desembarco, naval o aéreo, porque tenemos medios para ello. Además, el pueblo está preparado para la guerra irregular, en la que tenemos una magnífica experiencia, en caso de que una parte del país sea ocupada. ¿Qué daño podrían ocasionar las bombas del enemigo en un terreno como éste?

Estratégicamente, la sierra del Escambray es inexpugnable. Y la Maestra, ni qué decir…

No ignoro que el ataque masivo de cientos de aviones ocasiona impacto psicológico en los defensores de una posición, pero el combatiente llega a acostumbrarse, y bien atrincherado supera sus efectos. Si las fuerzas están bien ubicadas y convenientemente distribuidas y ocultas, el enemigo no sabe con precisión dónde están, cómo están ni cuántos son sus efectivos. Vea usted, por ejemplo: a unos 200 metros de aquí, en aquel punto, bastarían dos hombres con automáticos; no hay por qué situar a un pelotón y exponerlo al fuego masivo. ¿Se ha logrado algo en Vietnam? La estrategia norteamericana se basa en la peregrina idea de ablandar al heroico país asiático, se basa en la idea de obligarlo a rendirse mediante el peso de los bombardeos en el Norte y en el cúmulo de las fuerzas convencionales en el Sur. Y ¿qué han logrado los norteamericanos? Toda esa concepción se ha estrellado contra una realidad objetiva, la misma realidad que se palpa en el pueblo cubano: la indoblegable resistencia de los vietnamitas, su decisión de resistir hasta la victoria. Y eso que el ataque de los Estados Unidos contra Vietnam supera por los medios de guerra, por el potencial de destrucción, por la falta de escrúpulos, a las ofensivas de los ejércitos nazis sobre Polonia: a pesar de todo, a pesar de los gases tóxicos, a pesar de la guerra bacteriológica, a pesar de que diariamente cientos de aviones participan en el implacable ataque, que no tiene precedentes en los tiempos contemporáneos, el pueblo vietnamita ha resistido y se propone seguir haciéndolo. A los Estados Unidos sólo les falta utilizar allí las bombas atómicas. Volviendo a la cuestión de Cuba, a nosotros no nos cabe la menor duda de que el imperialismo insiste en sus planes hostiles contra nuestro país, sin embargo, el pueblo se ha armado y se ha preparado especialmente como consecuencia de Playa Girón y de la Crisis de Octubre, cuando nos vimos amenazados con armas nucleares. Nosotros estamos convencidos de que nunca seremos doblegados. Los norteamericanos creyeron que bombardeando a Vietnam castigaban su rebeldía, doblegarían al pueblo vietnamita y aterrorizarían a los demás pueblos. Y ha ocurrido todo lo contrario: no hay más temor, sino menos temor en los pueblos; no hay vacilación, sino decisión; no hay más respeto hacia el ejército norteamericano , sino más odio. Por eso también, si llegase a ocurrir una invasión y esa invasión incluyera el empleo de gusanos como los capturados en Girón, el pueblo. no tendrá contemplaciones ni con ellos ni con nadie. ¿Cuánto dinero nos cuesta entrenar y mantener sobre las armas una parte considerable de nuestro pueblo, que podría estar rindiendo para el país los mayores beneficios en el campo de la economía, y que desgraciadamente, por un motivo imperioso, que precisamente demuestra lo absurdo y criminal del imperialismo, nos vemos obligado a emplearlo en la defensa nacional?..

Una vez más abordamos los jeeps, el camino estaba en pésimas condiciones debido a los intensos aguaceros, Fidel, que es un experto conductor en terreno irregular —lo demostró en Playa Girón, donde con un tanque y de certero cañonazo hundió al último barco que transportó a las tropas mercenarias—, dirige a veces, mejor dicho, la mayoría de las veces al chofer del vehículo en el que íbamos… Salvados los obstáculos, continuábamos la interesante charla. Pero en una ocasión el fango nos detuvo por algún tiempo, tiempo que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) aprovechó para platicar con unas jóvenes maestras —de 18 y 16 años de edad—, responsables de una pequeña escuela primaria.

¡Fidel! ¡Fidel! —gritaban los niños que se aproximaban corriendo. “¡Quédate a tomar un café con nosotras!”, le suplicaban las muchachas que, como parte de su programa de estudios para recibirse de maestras, prestaban su servicio social durante dos años en el medio ambiente en el que posteriormente ejercer{años la profesión{no, que en Cuba ha sido dignificada, exaltada por las autoridades.

En la actualidad hay veinte mil estudiantes para obtener el título de maestros primarios, y en 1970 la cifra ascenderá a 35 mil, que para un país de algo más de siete millones de habitantes es una cifra sin paralelo en ningún otro lugar del mundo. No se incluyen aquí los miles de estudiantes para profesores de secundaria, preuniversitaria y educación física y centros tecnológicos; hay que añadir 16,500 jóvenes dedicados al estudio de suelos y fertilizantes, asistencia veterinaria, inseminación artificial y otras ramas relacionadas con la ganadería.

Además se encuentran las ramas de la enseñanza tecnológica general 37, 760 en la actualidad, que serán 56 mil en 1970, que juntos con los estudiantes de enseñanza primaria, secundaria, preuniversitaria y universitaria becados, hacen un total de 150 mil jóvenes que disponen gratuitamente de cuarto, comida, libros, ropa, educación. Por otra parte, 1,300,000 estudian la primaria, 144 mil la secundaria y preuniversitaria, 30 mil en la universidad; y en la campaña para alcanzar el sexto grado después de la alfabetización general hay 600 mil.

Una de las muchachas, la que apenas contaba 16 años, había sufrido semanas antes quemaduras en el cuerpo, al incendiarse una estufa de gas, y la huella parecía preocuparla un poco. Fidel le preguntó si deseaba ir a La Habana para someterse a un tratamiento, y ella contestó que primero estaba la obligación. A esto, el comandante en jefe de las FAR repuso:

—En estos casos me preocupa, y creo que a ti también, el hecho de que una joven bonita no pueda lucirse en la playa, si quiere, con un bikini; eso no debe ser. Así es que te enviaremos una sustituta para que puedas atenderte debidamente.

(Días después supe el final por el comandante René Vallejo, médico personal y ayudante de Fidel que durante la lucha en la Sierra Maestra practicó206 intervenciones quirúrgicas y salvó la vida a no pocos guerrilleros, a pesar que tuvo que recurrir, inclusive, hasta el serrucho para amputar piernas y brazos.

Oriundo de Manzanillo, este apóstol revolucionario de la medicina tenía 37 años cuando subió a la montaña. La muchacha abnegada y bella había sido atendida en La Habana por un especialista que, aplicándole a tiempo terapia, impidió la formación de un aqueloide en la cicatriz).

Continuará…