Conrado Roche Reyes
En el patio central del Centro Cultural Universitario se efectuó la clausura de asignatura de Jazz selección Escuela Preparatoria No. 2.
El público respondió de manera altamente positiva ante los postulantes de la máxima concepción de la inteligencia humana, como es la música, y en uno de los géneros más efectivos dentro de la misma: el jazz. Los jóvenes preparatorianos interpretaron con bastante pulcritud todas las piezas del bien elaborado programa. Y es que tocar jazz no es cosa menor. El jazz es uno de los fenómenos musicales más relevantes del siglo XX hasta nuestros días. En la actualidad, cuando hablamos de jazz nos referimos a un género musical que está en constante cambio, un estilo muy permeable que ha tenido inmensas mutaciones, pero que mantiene ciertas características que lo hacen reconocible. A esto se han enfrentado los postulantes y han salido avantes dentro de su juventud y el hecho de que son prácticamente aficionados. En su presentación en la UADY, pudimos encontrar el llamado repertorio clásico. Esto se debe a que la distancia que hay entre intérprete y compositor es mucho menor del que vemos en otras áreas musicales, como la comúnmente llamada “música clásica” en la que, sobre todo en los últimos 300 años y con muy contadas excepciones, la libertad del intérprete para modificar el contenido de la partitura ha sido muy limitada, cuando no nula.
Todo lo contrario a lo que sucede con el jazz cuya flexible naturaleza ha favorecido, como notamos esa noche en el recinto universitario, hoy más que nunca se ha abierto a la influencia de muchos estilos derivando en una inmensidad de fusiones que van del jazz flamenco al jazz rock, pasando por el Folk. Jazz, el latín jazz o incluso llegando a felices encuentros con el bolero.
No obstante su gran flexibilidad, existe una serie de constantes relacionadas con el tipo de intervalos y escalas utilizadas para crear las melodías y armonías, con el ritmo y los traeos. Esto último debe ser la primordial preocupación de sus maestros, ya que son la base del jazz.
A esto hay que unir la importancia que tiene la improvisación como una forma de recrear y crear abriendo un espacio en el que el intérprete se equipara al compositor y lo hace en tiempo real, prácticamente sobre la marcha y encima del escenario. En algunas de éstas, los jóvenes salieron muy bien en sus respectivos solos.
Las armonías marcaron cierto carácter especial a los músicos en los acordes sobre los que se creaba el acompañamiento y confirieron al concierto una sonoridad especial. Buscaron sonoridades completando las notas fundamentales que tocaba el bajo.
Un concierto examen muy acertado. Felicitamos a todos los integrantes de la banda de jazz de la Esuela Preparatoria número 2; fue un concierto más que excelente.