De la Redacción
PLAYA DEL CARMEN, SOLIDARIDAD, 26 de mayo.- Una mujer fue víctima de un ladrón que la sorprendió cuando atendía su teléfono celular sobre la avenida principal del Fraccionamiento Palmas 2, en donde el hombre atravesó el camellón central y tomó del cuello a la mujer para posteriormente colocarle una navaja a la altura de la yugular, exigiéndole que entregara su equipo telefónico y el dinero que llevaba consigo.
Los hechos se presentaron alrededor de las 22:30 horas, en el fraccionamiento Palmas 2, a la altura de la calle Areca, en donde un hombre de tez morena, que se encontraba circulando sobre el boulevard Palmas 2, percibió a una mujer que estaba atendiendo su teléfono celular al interior de su vehículo, y aprovechando el descuido de la fémina, se acercó sigilosamente para posteriormente tomarla fuertemente con la mano izquierda en el cuello y con la derecha colocarle un cuchillo a la altura de la yugular para proceder inmediatamente a quitarle sus objetos de valor.
Al momento de que el sujeto consiguió quitarle su equipo telefónico y una cantidad aproximada de los dos mil pesos y emprendió la huida regresando en sentido contrario al que inicialmente había arribado al lugar, procedió la mujer a girar en “U” para seguirlo y a la vez solicitar apoyo a las personas que pasaban por el lugar, por lo que las personas que se sumaron y empezaron a solicitar a gritos detener al ladrón que caminaba por la acera. Un grupo de trabajadores que se acercaba le cerró el paso, intentó huir corriendo, pero fue capturado y derribado por el grupo de trabajadores.
Una vez estando en el suelo, fue golpeado a puñetazos y patadas, tanto por las personas que lo habían detenido como por otro grupo de personas que se aglomeraron en el lugar quitándole las pertenencias de la mujer y entregándoselas nuevamente.
Mientras tanto, elementos de seguridad privada solicitaron el apoyo de una unidad de Seguridad Pública, que luego de tardar aproximadamente 20 minutos en arribar a la dirección, finalmente rescataron de sus captores al ladrón, ya que estaban dispuestos a lesionarlo como castigo por su fechoría.