Por Yolanda Gutiérrez
Mediana presencia de bañistas en los balnearios públicos invadidos por el sargazo, en tanto que las playas “limpias” registraron un mayor número de visitantes, especialmente Tortugas, donde familias y grupos disfrutaron unas agradables horas al aire libre sin las molestas algas, contrario a Delfines, donde, además de la hierba acumulada en la orilla, se apreciaban manchones de sargazo acercándose ominosamente a los arenales.
Eran muy pocas las personas que se animaron a meterse al mar en Delfines y las que lo hicieron nadaban entre las manchas de algas más cercanas a la orilla, arriesgándose sin saberlo a recibir la picadura de algún organismo que pudiese guarecerse entre la hierba flotante.
Muchos visitantes descendían de sus vehículos o bajaban de los camiones y, tras observar desde arriba las condiciones del balneario, optaban por dar media vuelta en busca de otra playa más limpia o, a lo sumo, aprovechaban su estancia para tomarse la foto del recuerdo en el Parador, donde la fila de turistas a la espera de su turno alcanzaba varios metros.
Tras llevar a cabo un recorrido por estos balnearios públicos se pudo constatar que mientras en Delfines la presencia de bañistas era relativa, los arenales se apreciaban mucho más poblados en Tortugas.
Meseros de los distintos restaurantes señalaron que es en las tardes cuando por lo general se contabiliza un mayor número de visitantes en Tortugas, especialmente en la parte de las rocas.
La mayor parte de los cancunenses llevaban consigo todo lo necesario para pasar la mañana en la playa y mientras algunos buscaron un lugar entre las rocas, que proyectan grandes espacios de sombra y forman unas especies de repisas, ideales para dejar las pertenencias, otros decidieron rentar una sombrilla con asientos y una mesa sobre la que dispusieron los alimentos que consumirían.
Los turistas, con algunas excepciones, se instalaron en camastros, al amparo de sombrillas que los protegían del sol, o bien se acomodaron en las mesas de los restaurantes, tanto al aire libre como bajo las palapas.
Un trasiego de turistas se observó en el muelle de la empresa que ofrece el cruce a Isla Mujeres, a la espera de que arribase el ferry para trasladarlos al vecino destino, en tanto que otros visitantes nacionales preguntaban en el módulo de información por los precios de los tours y las diferentes opciones de diversión.
Y pese a que nos encontramos en temporada baja y la afluencia turística disminuyó, muchas de las familias que llegaron a Tortugas a bordo de sus carros sufrieron en carne propia el problema que implica estacionarse, al serles prácticamente imposible encontrar un cajón libre, viéndose obligados a dar vueltas y más vueltas hasta tener la fortuna de que algún vehículo saliese o, en su defecto, buscar otra playa sin tantos problemas para estacionar.