Pedro de la Hoz
Las gacetillas del mundo del espectáculo recordaron hasta la saciedad el aniversario 35 del estreno del video musical Thriller, de Michael Jackson, el 2 de diciembre de 1983 por el canal MTV. Jackson, obviamente, como principal protagonista. Toneladas de frases elogiosas –el más influyente video musical de todos los tiempos, la ambición artística más cara del icónico cantante pop, el reingreso del tema a la lista de los 100 de Billboard luego de más de tres décadas– y recordatorios de avales consagratorios, como la obtención de un Grammy y la inscripción en 2009 en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso.
En las notas conmemorativas del éxito de Thriller, un nombre se soslaya y otro, si bien aparece asociado a su realización, no es puesto de relieve en su justa medida. Uno es el compositor británico Rod Temperton; otro, el cineasta norteamericano John Landis.
Desde las sombras, pocos músicos, a excepción del inefable Quincy Jones, contribuyeron tanto a perfilar lo más reconocido del repertorio de Jackson. En su país natal, Temperton había apuntalado el recorrido de la banda Heatwave, donde el foco estaba dirigido hacia su líder, Johnnie Wilder Jr. Esa facilidad para vestir el pop de largo fue advertida por Quincy Jones, que lo invitó en 1979 a integrarse a su equipo.
En la ruta hacia Thriller, Temperton dio pruebas de encajar en el estilo Jackson al entregarle varios temas para el disco Off the Wall, entre ellos el muy popular “Rock with you”. Aprendidas las cosas, el inglés trabajó fuerte, junto a Jones, en la producción de Thriller, comenzando por la canción que dio título al álbum y quedó un año después confirmada por el video musical. Temperton colaboró con Jones en la banda sonora del filme El color púrpura, versión de Steven Spielberg sobre la novela homónima de Alice Walker.
A Landis lo buscó Jackson. Admiraba al cineasta por la atmósfera de terror de Un hombre lobo americano en Londres y el cantante, que se desvivía por verse en la gran pantalla, lo llamó para hacer un video musical diferente.
Landis ya se había sentido cómodo en su trato con la música al rodar en 1980 The Blues Brothers, deliciosa comedia, protagonizada por James Belushi y Dan Ackroyd, por la que desfilan Cab Calloway, Aretha Franklin, Ray Charles, James Brown, Twiggy, Chaka Khan, y Lou Marini, entre otros.
De todos modos un video musical exigía una perspectiva muy diversa. En recientes declaraciones a Billboard, Landis confesó que el primer obstáculo pasó por el presupuesto. Ningún video clip, por muy ostentoso que fuera, superaba el techo de los 50 000 dólares, mientras que para Thriller se calculaban no menos de 1.2 millones. MTV y el canal Showtime arriesgaron la producción, al olfatear cuánto podrían sacarle si se potenciaba su comercialización en el naciente negocio de los videos domésticos. Mucho más problemático resultó el aval de la disquera Columbia. Sus directivos no veían por qué debían comprometerse con un video musical tan delirante, cuando ya habían asegurado la jerarquía del álbum Thriller como el más vendido, y circulaban ampliamente los clipes de “Billie Jean” y “Beat it”.
Landis recordó que los videos musicales en ese momento eran solo una gota de aguja dentro de la industria: “Algunos eran bastante buenos, pero la mayoría no, y eran comerciales. Como Michael era una estrella tan enorme, me dije: quizás pudiéramos alcanzar otra meta. Michael estaba extremadamente entusiasmado porque quería hacer películas. Exigí que los bailarines tuvieran al menos una semana de ensayo, y luego el maquillaje, por lo que era caro. Yo quise hacer un producto muy profesional, que fuera cine. Que tuviera sentido y no quedara en una mera mezcla de imágenes enloquecidas como las que predominaban en los videos musicales de aquellos tiempos. Michael me pidió una secuencia de monstruos y zombies, yo le ofrecí una interpretación visual de lo que él deseaba”.
El año pasado la versión en 3D del video musical y el documental restaurado Making Michael Jackson’s Thriller, dirigido por Jerry Kramer, se estrenó en el Festival de Cine de Venecia. Las gacetillas destacaron la novedad: iba a ser el primer video musical lanzado en IMAX 3D. Casi ninguna se refirió a si se sostenían o no los hallazgos del lenguaje audiovisual.